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Austria confina a toda su población a partir del próximo lunes y hace la vacunación obligatoria desde febrero

El Gobierno austriaco toma medidas para frenar el avance de la pandemia. Los contagios están disparados con la incidencia rondando los 1.000 casos y la tasa de inmunizados sigue estancada: solo el 65% de la población tiene la pauta completa.

Un letrero informa sobre las restricciones de viaje en un cruce fronterizo en Scharnitz, Austria.
Un letrero informa sobre las restricciones de viaje en un cruce fronterizo en Scharnitz, Austria. PHILIPP GUELLAND / EFE

Austria confinará a partir del  lunes a toda toda su población para frenar el avance de la pandemia en el país. "Los ciudadanos deberán asumir nuevas restricciones durante 20 días porque hubo demasiados que se han mostrado insolidarios. Les pido que sigan las medidas y que reduzcan los contactos", ha dicho el canciller federal, Alexander Schallenberg.

Así, los ciudadanos solo podrán salir de sus viviendas para realizar compras de primera necesidad, ir al médico, ayudar a dependientes o pasear y hacer ejercicio al aire libre. Los establecimientos no esenciales quedarán cerrados, pero las guarderías y los colegios permanecerán abiertos. 

Del mismo modo, el país hará obligatoria la vacunación a partir del mes de febrero de 2022 de todos los ciudadanos y se convertirá así en la primera nación europea en aprobar esta medida. "Hemos adoptado una decisión muy difícil", ha explicado Schallenberg. Los que no cumplan la normativa se enfrentarán a duras sanciones administrativas, según informa Efe.

En Austria, solo alrededor del 65% de la población tiene la pauta completa y es el estado con una de las cifras de inmunizados más bajas de Europa Occidental. Además, la tasa de contagios se encuentra entre las más altas del continente, con casi 1.000 casos por cada 100.000 habitantes. 

"A pesar de meses de persuasión, a pesar de todas las campañas en los medios de comunicación, a pesar de todo, no hemos podido convencer a la gente de que se vacune", ha lamentado Schallenberg, que ha cargado duramente contra las fuerzas políticas que se oponen a la vacunación, como el partido ultraderechista FPÖ y ha definido su postura como "un atentado contra el sistema sanitario".

Hospitales al borde del colapso

Las medidas han sido adoptadas por el Gobierno federal en consenso con las autoridades regionales después de que médicos y expertos sanitarios reclamasen mano dura para contener al virus con la presión hospitalaria en creciente aumento.

Los hospitales de dos de las regiones más afectadas, Salzburgo y Alta Austria, estuvieran al borde del colapso y las medidas adoptadas hasta el momento, entre las que se incluía el confinamiento de los no vacunados, no han causado el efecto esperado. 

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