Cuello de Botella. Una denominación que ya impone respeto. Este peligroso paso, cercano a la cumbre del K2, se ha cobrado la vida este fin de semana la vida de, al menos, 11 miembros de una expedición multinacional. Por algo temen esta montaña los alpinistas de todo el mundo. Es la segunda cima más alta del planeta (8.611 metros) y allí es donde los experimentados montañeros Edurne Pasaban y Juanito Oiarzabal también corrieron peligro de muerte.

De los montañeros que integraban la expedición, el alpinista alavés Alberto Zerain, uno de los que abrían el paso, coronó y logró volver al campo base sin verse afectado por la avalancha. De su blog parte la información de los 11 fallecidos.

La Agencia Agi emitió en un principio la cifra de cuatro fallecidos, entre ellos un coreano y un serbio, indicando que se despeñaron desde el paso conocido como Cuello de Botella. El desprendimiento de una gran masa de hielo rompió al parecer las cuerdas que ya estaban fijadas y eso les impidió el avance. El alpinista italiano Marco Confortola, sufrió una congelación en el brazo de la que no se esperan grandes secuelas.

La cifra exacta de fallecidos no se ha confirmado aún. La Agencia Agi indicó que “la expedición estaba compuesta por 18 alpinistas, de los que sólo cinco o seis han regresado al Campo 4”.

Sin embargo, la fuente más autorizada es sin duda el blog de Zerain. En él se podía leer ayer que estábamos ante una de las mayores tragedias del Himalaya. En su web se especifican las nacionalidades de 10 de los fallecidos: tres coreanos, dos nepalíes, dos pakistaníes, un serbio, un holandés y un noruego.

La causa del alud podría ser una avalancha provocada por un gran número de personas sobre nieve inestable, o por un desprendimiento del serac del Cuello de Botella. Precisamente el jueves pasado se cumplían 54 años del primer ascenso a esta cumbre.