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Azote de la Unión Europea y enemigo de los gays

 Lech Kaczynski y su gemelo Jaroslaw fueron protagonistas ya desde los 13 años

CARLOS ENRIQUE BAYO

Nació 45 minutos más tarde (el 18 de junio de 1949, en Varsovia) que su gemelo monocigótico, Jaroslaw, pero a lo largo de su vida Lech Kaczynski siempre logró ponerse un paso por delante de su hermano en la ambiciosa carrera política de los dos hermanos, en la que a veces parecían operar como una sola persona con dos cerebros... y por tanto con gran ventaja sobre sus contrincantes unicerebrales.

El cuarto presidente de Polonia desde el final del régimen comunista en 1989 se labró un imparable ascenso hacia la jefatura del Estado en la sociedad rural polaca más conservadora, a la que prometía recuperar el orgullo nacional, el orden social, las costumbres tradicionalistas, la moralidad y los valores familiares. Y en esa escalada populista fueron decisivos su talante ultracatólico como alcalde de Varsovia que prohibió en 2005 el desfile del Orgullo Gay por el delito de 'propagar la orientación homosexual' y su campaña contra la Constitución Europea, intolerable para él por no mencionar las 'raíces cristianas' del continente.

La preeminencia social de los hermanos Kaczynski comenzó cuando sólo tenían 13 añitos y protagonizaron la película Los dos que robaron la Luna, basada en el popular cuento de Makuszynski sobre dos gemelos revoltosos y avariciosos que planean capturar nuestro satélite para venderlo y hacerse millonarios. El aspecto rubicundo y angelical de los dos pecosos idénticos cautivó al público infantil polaco de entonces y durante muchos años ese film siguió estando entre los favoritos del país.

Como ultracatólico alcalde de Varsovia, prohibió el desfile del orgullo gay

Así que cuando Lech y Jaroslaw empezaron a actuar en política, su fama les precedía y les aupó rápidamente a otro papel protagonista en la organización del Comité de Autodefensa de los Trabajadores (KOR), creado en 1976 por el disidente comunista Jacek Kuron. Ése fue el germen del célebre sindicato Solidaridad, del que Lech Kaczynski llegó a ser vicepresidente tras las grandes huelgas del verano de 1980 impulsadas por su homónimo y durante largos años amigo y mentor Lech Walesa, quien acabaría querellándose (en 2009) contra el presidente fallecido ayer porque en su celo revisionista llegó a acusar al líder sindical y premio Nobel de la Paz de haber sido confidente de los servicios secretos comunistas en la década de los setenta.

Recluido, como miles de sindicalistas, de diciembre de 1981 a octubre de 1982, durante el 'estado de guerra' decretado por Jaruzelski, toda su trayectoria posterior estaría guiada por el revanchismo y la intolerancia fundamentalista. Ambos hermanos cargaron una y otra vez contra el aborto, la homosexualidad, la eutanasia y otras 'patologías' que prometían 'purgar' mediante una 'regeneración moral' que había de conducir a Polonia hacia una 'Cuarta República'.

Defensor de la pena de muerte, lanzó una caza de brujas anticomunista

En las primeras presidenciales, en 1990, los gemelos Kazcynski fueron el motor de la victoria de Walesa, bajo cuyo mandato Lech degustó su primera etapa de auténtico poder, como ministro de Estado para Asuntos de Seguridad de la Presidencia.

Los gemelos habían fundado el Acuerdo de Centro, que pese a ese nombre era una formación muy conservadora, a la derecha de la democracia cristiana. Ambos agitaban una campaña macartista de desenmascaramiento de supuestos colaboradores del régimen comunista.

Lech dirigió el Tribunal de Cuentas, fue ministro de Justicia y fiscal general del Estado (1999-2000), puesto desde el que aplicó una política implacable con la delincuencia, y fundó con su hermano el Partido Ley y Justicia (PiS), que pedía el restablecimiento de la pena de muerte. Pero su objetivo era la jefatura del Estado y para ello conquistó en 2001 la alcaldía de Varsovia, que empleó como trampolín a la presidencia.

Elegido presidente a finales de 2005, al año siguiente pudo nombrar primer ministro a Jaroslaw, quien entonces dirigía el PiS y ganó las legislativas, pero sólo logró conservar el poder ejecutivo año y medio, tiempo en el que dos gemelos idénticos ultraderechistas rigieron Polonia. Luego tendría que cohabitar con el neoliberal laico Donald Tusk, muchos de cuyos decretos vetó.

Igual que se enfrentó a Angela Merkel por su férrea oposición al Tratado de Lisboa, que le valió el apodo de Azote de la Unión Europea.

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