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Berlusconi: "Estoy demasiado ocupado para organizar mi funeral"

El primer ministro italiano se toma a broma la derrota electoral de las municipales e ignora las voces críticas en su partido

DANIEL DEL PINO

Tras la previsible derrota electoral de Silvio Berlusconi en las elecciones municipales que se cerraron ayer en Italia había tres posibilidades: que Il Cavaliere admitiera su caída y presentara su dimisión, que la Liga Norte de Umberto Bossi precipitara su salida del Gobierno disolviendo el Ejecutivo de Berlusconi, o que todos hicieran como si no hubiera pasado nada.

Y esta es la estrategia por la que ha optado el primer ministro, que desde Bucarest, donde se encuentra en visita oficial, dijo esta mañana estar 'demasiado ocupado para preparara mi funeral'.

El premier había convocado para las 20.00 horas de hoy a los pesos pesados de su partido, el Pueblo de la Libertad, para reorganizar todas las piezas tras unos comicios que han dado al centroizquierda por primera vez en 17 años la alcaldía de Milán, el feudo por antonomasia del berlusconismo.

Se esperaba que Berlusconi ascienda a coordinador único del partido a Angelino Alfano, el ministro de Justicia, después de la dimisión ayer de Sandro Bondi, lo que ya sería una señal de cambio, porque Alfano es visto como uno de los posibles sucesores del premier. Finalmente esa cita se ha aplazado hasta mañana porque Berlusconi primero se entrevistará con Bossi.

Pero este gesto no va a calmar las críticas dentro de su propia formación y cada vez son más las voces que reclaman unas primarias. Ayer fueron el ministro de Exteriores, Franco Frattini, y el diputado Gaetano Quagliarello. Y este martes hizo lo propio la ministra de Medioambiente, Stefania Prestigiacomo: 'Ya está bien de imponer candidatos que no representan a la gente. Las primarias son un instrumento extraordinario para seleccionar dirigentes'.

Hasta Il Foglio, uno de los medios afines al primer ministro, reclamaba esta mañana que Berlusconi se enfrente a unas primarias para comprobrar si sigue siendo el alma del centroderecha italiano. Su director, Giuliano Ferrara, lo dijo ayer: 'Berlusconi es el gran perdedor de estas elecciones'.

Luego está la línea que opta por el debate. Ayer el ministro de Defensa, Ignazio la Russa, reclamó la convocatoria del Congreso Nacional del Partido para analizar la derrota y hoy, Fabrizio Cicchitto, portavoz del PdL en el Parlamento, advirtió que 'es necesaria una amplia renovación sin ningún tipo de impedimento'.

Y también asoma la posibilidad de la fundación de un nuevo partido, sugerido esta mañana por el alcalde de Roma, Gianni Alemanno. 

Berlusconi no está dispuesto que nadie cuestione su autoridad y hay que esperar a ver si alguien de los suyos es capaz de hacer lo que nadie había hecho hasta ahora: pedirle que se eche a un lado. Mientras tanto, Bossi e Il Cavaliere tratarán de alargar lo más posible la aventura de Gobierno. La Liga Norte se ha reunido esta mañana con el ministro de Economía, Giulio Tremonti, otro de los vistos como sucesor de Il Cavaliere.

La idea, según coinciden la mayor parte de los medios, es presionarle para que relance la aprobación del federalismo regional y el Plan Sur, de manera que determinadas zonas del país que han mostrado su descontento en las municipales reciban una lluvia de millones que calme los ánimos. 

Pero el Gobierno se enfrenta en junio a otras dos citas decisivas. El 12 y el 13 de junio se celebra el referéndum sobre la privatizción del agua, la energía nuclear y el legítimo impedimento, tres caballos de batalla del Ejecutivo que pueden terminar enterradas si la izquierda es capaz de volver a movilizar al electorado.

Y el día 20, los diputados decidirán en el Parlamento si dan el visto bueno al nombramiento de los nuevos subsecretarios anunciados por Berlusconi el 6 de mayo.

Todos son tránsfugas que han acabado por apoyar a la coalición Bossi-Berlusconi, pero al no haber militado previamente en ninguno de los dos partidos, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, obligó a Il Cavaliere a someter su decisión al voto parlamentario.

En este tiempo tanto la oposición, como las diferentes facciones que han surgido en el Gobierno, podrán organizarse y aclararán de una vez por todas si ha llegado el fin del berlusconismo que pronosticaron ayer las urnas.

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