Este artículo se publicó hace 12 años.
Bombas capaces de reventar 10 metros de hormigón armado
Si Israel lanza una ofensiva aérea contra Irán, sus pilotos tendrían que sobrevolar más de 1.600 kilómetros de territorio hostil
En el caso de que Israel lanzase una ofensiva aérea contra Irán, sus pilotos tendrían que sobrevolar más de 1.600 kilómetros de territorio hostil, repostar combustible en ruta, luchar contra las defensas antiaéreas iraníes y atacar de forma simultánea bases nucleares subterráneas superblindadas. Para ello, los expertos calculan que Teherán necesitaría movilizar a más de un centenar aviones.
Esta es la estimación que publicó ayer el New York Times basándose en los cálculos de varios oficiales de Defensa de EEUU y analistas militares cercanos al Pentágono, que describen la hipotética operación como extremadamente compleja. De hecho, no tendría nada que ver con los "quirúrgicos" ataques que efectuó Israel en 1981 y 2007, contra dos reactores nucleares iraquí y sirio, respectivamente. Además, los analistas dudan de que Israel pueda tener la capacidad militar para lanzar un ataque de tal envergadura.
Dudas sobre EEUU e IránEntre los principales retos para la escuadrilla atacante, destaca el de la recarga de los tanques de combustible en pleno vuelo. Además, dos interrogantes apuntan a EEUU e Irán: ¿aportaría Washington el arsenal que le falta a Israel? ¿Cómo reaccionaría Teherán al ataque a sus instalaciones?
Para alcanzar los cuatro mayores centros nucleares (los dos complejos de enriquecimiento de uranio de Natanz y Fordo, el reactor de agua pesada de Arak y la planta de conversión de uranio de Isfahan) las tres posibles rutas son la del norte, a través de Turquía; por el sur, cruzando Arabia Saudí; o por el centro, sobrevolando Jordania e Irak. La más directa y eficaz sería esta última, según los expertos, debido a que Irak no cuenta con defensas antiaéreas.
Los expertos creen que el complejo de Natanz se encuentra enterrado bajo casi diez metros de hormigón armado y que el de Fordo está en el corazón de una montaña. Para destruirlos sin utilizar dispositivos nucleares, Israel cuenta con bombas revienta-búnkeres GBU-28 de casi 2.300 kilos fabricadas en EEUU, capaces de penetrar refugios antiatómicos.
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