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Brexit Las advertencias a Reino Unido ante un brexit sin acuerdo

Reino Unido parece cada vez más abocado a un brexit sin acuerdo con la UE. El gobierno británico y los responsables europeos trabajan ya en sus propios planes para hacer frente a una salida que supondría el fin de cualquier acuerdo comercial. Una situación dramática ante la que el gobierno británico no para de recibir advertencias desde sus propios organismos.

La pancarta de un manifestante en una protesta anti brexit - REUTERS/Toby Melville

Cristina Casero

En Whitehall, como se conoce a las oficinas del gobierno británico, se trabaja estos días a contrarreloj. Han redistribuido a su personal y puesto en marcha la contratación de 5.000 nuevos empleados -comerciales, gestores de proyectos, técnicos, etc-. El plan de aquí a nadie sabe cuándo es trabajar 24 horas al día los 7 días de la semana en un posible escenario sin acuerdo que todo el mundo parece temer. Pero el gobierno británico no puede decir que no haya recibido suficientes advertencias; éstas son algunas:

Impacto económico

Para el Banco de Inglaterra un brexit sin acuerdo supondría el colapso de la economía. El país se vería sumido en una profunda recesión, con el aumento de los tipos de interés, una subida de la inflación del 6.5%, subida del precio de la vivienda y un incremento de la tasa de paro del 4.1% actual hasta el 7.5%. Además, la depreciación de la libra podría suponer hasta un 25%.

Mercado de valores

Un análisis de Financial News alerta de que 12.000 millones de euros diarios en transacciones podrían abandonar la bolsa de Londres y trasladarse a mercados de otros países de la UE.

La frontera con Irlanda

Es el tema más polémico y delicado de todos pero si finalmente se produce un brexit sin acuerdo no habría nada que discutir. Theresa May sabe que los productos del Reino Unido estarían sometidos a un régimen aduanero y regulatorio distinto al de Irlanda. Por más que se haya intentado evitar, habría que volver a una frontera con controles.

Frontera marítima con Francia

Dos de las ciudades donde se vive con mayor temor la posibilidad de una salida de la UE sin acuerdo son Dover y Kent, ambas puertos frente a Francia que en el referéndum votaron mayoritariamente por abandonar la Unión Europea por miedo a los migrantes procedentes de los campamentos de Calais. Ahora la amenaza es la de un atasco monumental el próximo 29 de marzo que podría durar 14 días. 16.000 camiones cruzan a diario el canal de la Mancha. Con el fin de la unión aduanera, estos vehículos tendrían que someterse a controles que hasta ahora no eran necesarios. Las autoridades de Kent temen que el tapón en las carreteras haga que su localidad sufra retraso en la recogida de basuras, fallos en el transporte escolar y de ambulancias o que incluso los servicios funerarios se vean afectados y los cadáveres se acumulen durante días sin poder ser enterrados. Además, recalcan, de un considerable aumento en la contaminación del aire hasta niveles peligrosos.

Seguridad y lucha contra el terrorismo

Los jefes de los distintos cuerpos de seguridad han alertado directamente a los parlamentarios británicos de que el país será menos seguro sin acuerdo. Dejarían de tener acceso a bases de datos de delincuentes extranjeros y los 10 días que pueden tardar ahora en conseguir un historial criminal podrían llegar a ser 66. Además, para detener a un ciudadano de otro país necesarian una orden judicial que podría retrasar la operación. Y temen que sabiendo todo esto, algunos delincuentes viajen hasta aquí para evitar ser detenidos.

Salud

Preocupante el impacto que supondría un no-acuerdo para el Sistema Nacional de Salud (NHS). Se calcula un gasto extra de más de 2.500 millones de euros, derivados de los nuevos costes por la importación de equipamiento, materiales, medicinas o alimentos. A eso, alertan los expertos, hay que sumar el coste económico y de tiempo que supondría preparar a personal suficiente para reemplazar a los ciudadanos de la UE que abandonarían el país. Todo esto podría verse reflejado en operaciones canceladas y retrasos en los diagnósticos.

Industria farmacéutica

Sólo las consecuencias para la industria farmacéutica serían “catastróficas” , según sus responsables. El 50% de los medicamentos que se utilizan pasan por la UE antes de llegar aquí. Por eso el Secretario de Estado de Salud ha pedido a las farmacéuticas que almacenen productos para seis semanas. El problema es que los almacenes frigoríficos de los puertos de Reino Unido están ya saturados. De ahí que la Asociación de Distribuidores de Medicamentos haya pedido a los propios ciudadanos que sean ellos quienes acumulen en casa medicinas para una temporada.

Importaciones y exportaciones

La subida en el precio de algunos productos ya se está notando porque los hay que han empezado a hacer acopio. El objetivo es evitar una subida mayor cuando esos productos vengan grabados con gastos de importación. Algo que, lógicamente, también pasarían con los productos británicos que hagan el viaje en sentido contrario. Ahí el temor es que la subida de precio de los Made In Britain haga que dejen de consumirse fuera.

Agricultura y pesca

Sólo en cuanto a ayudas procedentes de la política común, la agricultura británica perdería más de 3.300 millones de euros. Pero además, los agricultores de Reino Unido se enfrentan a una espera de nueve meses para que les aprueben la exportación de productos orgánicos a la UE. Y por su parte, los pescadores se verían obligados a tener que dejar de faenar en aguas europeas.

Mano de obra y “cerebros” de otros países

Son muchos los sectores que han dado la voz de alarma ante las consecuencias que pude suponer la pérdida de trabajadores europeos en sus filas. Casi 4 millones de ciudadanos de la unión residen en Gran Bretaña. La consecuente pérdida económica que supondría para el país resulta obvia pero además es una pérdida inmediata de talento con efectos a largo plazo. El ejemplo está en los trabajadores de los museos, en los profesores e investigadores de las universidades, pero también en otras industrias como la del entretenimiento. Las compañías de videojuegos, por ejemplo, creen que les sería difícil sustituir esa talento con ciudadanos de Reino Unido. Por eso, un 40% de estas están pensando en trasladar su sede.

Éxodo de empresas a la UE

La Confederación de la Industria británica asegura que los empresarios están "desesperados" y ya han desviado cientos de millones de libras en inversiones fuera de Reino Unido. El Royal Bank of Scotland, por ejemplo, se está preparando para trasladar un tercio de sus clientes de bancos de inversión y miles de millones de activos a Amsterdam. Porque, según el analista Laith Khalaf “las ganancias que estas compañías pueden obtener se verán afectadas, y esta preocupación se traducirá en precios de acciones más débiles”.

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