Este artículo se publicó hace 13 años.
Bruselas exige a Dinamarca que no blinde sus fronteras
La UE estudia la legalidad de las medidas anunciadas por Copenhague
La guerra institucional por la libertad de movimientos en Europa quedó hoy oficialmente abierta. Por una parte, los Gobiernos de los 27, con excepciones como España, están claramente a favor de endurecer el Tratado Schengen, que garantiza desde 1995 una Europa libre de controles de pasaportes de la que forman parte 25 países, no todos miembros de la Unión Europea (UE).
Es su forma de responder a las presiones de Francia e Italia, que lograron en el refuerzo de los controles fronterizos un leitmotiv que esgrimir ante el avance en las encuestas de la extrema derecha, que exige un blindaje contra la inmigración procedente del norte de África. Al otro lado se encuentra la Comisión Europea, encargada de hacer que se cumplan las leyes comunitarias en vigor.
El campo de batalla fue delimitado esta semana por sorpresa cuando Dinamarca anunció que pretende reinstaurar los controles en sus fronteras con Suecia y Alemania. Copenhague asegura que realizará controles aduaneros y contra el crimen organizado compatibles con las reglas actuales, pero la Comisión no se fía; y hoy alzó la voz. "Le pido que se abstenga de tomar medidas unilaterales", escribió el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, en una carta dirigida al primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen.
Durao Barroso: "Absténganse de tomar medidas unilaterales"
La Comisión sigue con "grave preocupación" el acuerdo del Gobierno danés con la extrema derecha. El pacto pretende luchar contra el tráfico de personas, el contrabando y la inmigración ilegal reocupando los puestos de control vacíos desde 2001, cuando Dinamarca se adhirió a Schengen. "Si las medidas se llevan a cabo como se han anunciado, podrían violar las obligaciones contraídas por Dinamarca bajo la legislación europea e internacional", aseguró Cecilia Malmström, comisaria europea de Interior.
El ministro de Hacienda danés, Peter Christensen, respondió que "el control de aduanas" seguirá adelante porque se parece al que en el pasado pusieron en marcha países vecinos como Suecia. El vicepresidente del ultraderechista Partido Popular danés, Peter Skaarup, confió en que "el Gobierno no se deje amedrentar" por la UE. "El Ejecutivo deberá convencer a Europa o suspender Schengen".
¿Qué busca la Comisión Europea? Según Malmström, garantías de legalidad en "la base legal de los controles, en las fuentes de información en las que se basarán para realizarlos". Y también "si esas medidas serán parte de otras más amplias para combatir el crimen a lo largo del territorio danés".
Según el ministro de Hacienda danés, el control de aduanas seguirá adelante
El acuerdo de Schengen en vigor que los 27 negocian endurecer ya permite controles fronterizos, pero han de estar supeditados a la evaluación de una amenaza concreta para la seguridad o el orden público y además deberán ser temporales. El ejemplo más habitual es el de amenaza terrorista o la seguridad de eventos como un campeonato deportivo.
Con el euro en crisis, la sensación de que en Dinamarca se juega el futuro de otro de los grandes éxitos europeos (viajar y comerciar sin pasaporte), ha llevado a algunos países a recordar que es precisamente por estos logros por los que los ciudadanos valoran la existencia del proyecto comunitario.
Libertades globalesLa UE comienza a ver el auge de la ultraderecha como un problema global
Además, la UE comienza a ver el auge de la ultraderecha ya no como un problema nacional, sino que compromete libertades globales. Para el ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, es imprescindible no olvidar el problema de fondo: la oleada de hasta 30.000 inmigrantes ilegales y refugiados recibidos por Italia y Malta. La afluencia de personas que escapan de la guerra está en el origen de la crisis migratoria que llevó a Nicolas Sarkozy y Silvio Berlusconi a pedir el endurecimiento del control de las fronteras, interiores y exteriores.
"No es razonable: ¡qué contentos estamos con las revoluciones y los cambios en el norte de África!, pero no queremos saber nada de lo que pase allí", explicó Pérez Rubalcaba. "Por la mañana nos felicitamos y por la tarde permitimos que la gente se ahogue en el Mediterráneo", criticó. Según él, la UE está mostrando una "hipocresía intolerable".
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