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Cameron y Clegg prometen un matrimonio estable

Anuncian un Gobierno para toda la legislatura comprometido con las reformas políticas

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Sólo faltaban los padrinos, los anillos y el sacerdote. O un alcalde, porque más parecía la ceremonia de una boda civil. En los jardines de Downing Street, David Cameron y Nick Clegg escenificaron un matrimonio que quiere ser estable y profundo. Al menos, hasta que las próximas elecciones los separen.

Los líderes de los partidos conservador y liberal demócrata presentaron ayer un Gobierno de coalición para los cinco años de legislatura. No es una alianza táctica que pueda romperse en un año. 'Será una Administración unida bajo un principio fundamental, dar a nuestro país el liderazgo estable y fuerte que necesitamos a largo plazo', dijo Cameron.

Clegg protagonizó una escena desconocida para su partido desde 1945. No quiso justificarla como un acuerdo de mínimos y llegó a decir que ambos comparten valores comunes: 'Nuestra ambición es simple y profunda. Poner el poder y las oportunidades en manos de la gente, las familias y las comunidades para que puedan cambiar sus vidas', dijo el viceprimer ministro.

Liberalismo y conservadurismo son dos tradiciones políticas muy diferentes en el Reino Unido, pero ayer parecieron fundirse en un solo proyecto. En la misma línea de frases grandilocuentes, Clegg llegó a decir que estaban allí 'para cambiar la naturaleza de la política británica'.

El pasado les perseguirá, aunque de momento se queda en motivo de bromas. Un periodista recordó al primer ministro que en una ocasión le preguntaron cuál era su chiste favorito y respondió: 'Nick Clegg'. El liberal hizo el gesto de irse y entre risas Cameron le dijo '¡Vuelve!'. Exactamente como una novia (o novio) a la que están a punto de abandonar en el altar. Cameron dijo que estaba dispuesto a comerse sus palabras del pasado, pero que eso era 'una buena dieta' para solucionar los problemas del país.

No habrá tantas risas cuando el nuevo Gobierno tenga que afrontar el problema del déficit presupuestario, que supone un 12% del PIB. Los liberales aceptan que el recorte del gasto comience en este ejercicio. Pero esos 6.000 millones de libras en recortes quedan pendientes de la opinión que tenga el Banco de Inglaterra, que se supone positiva.

Los tories permiten que una de las primeras medidas sea elevar el mínimo fiscal exento hasta 10.000 libras, como querían sus socios, y dejan para más adelante elevar el mínimo exento del impuesto de herencias a un millón de libras. Y se eliminará el aumento de las cotizaciones sociales anunciado por los laboristas.

Clegg se ocupará de las reformas políticas, incluidas las electorales, y sustituirá a Cameron en el Question Time cuando el primer ministro esté en el extranjero. Tendrá con él a cinco ministros liberales en el Gabinete. Ambos son de edad, 43 años, y estatura similares. Casi parecen intercambiables. Los dos son producto de la educación privada británica: Eton y Oxford, en el caso de Cameron; Westminster y Cambridge, en el de Clegg. El 75% de los miembros del Gobierno ha estudiado en Oxford o Cambridge, frente a un 36% del Gabinete anterior. Sólo hay cuatro ministras en un Gobierno de 23 miembros.

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