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El candidato prorruso gana las presidenciales moldavas y eleva las tensiones en las regiones separatistas

Igor Dodon, candidato socialista, obtiene un 52,18% en la segunda vuelta tras prometer alejarse de la UE. Su victoria puede complicar la situación en la zona independentista de Transnistria

Cientos de personas sostienen una bandera nacional gigante durante una manifestación en contra del nuevo presidente, el socialista prorruo Igor Dodon, en Chisinau, Moldavia. EFE

ESTHER POMARETA 
@EstPom

MADRID.-Tras 15 años sin elecciones presidenciales y después de haber tenido que pasar a una segunda vuelta, el socialista prorruso Igor Dodon se proclama el nuevo presidente de Moldavia con un 52,18% de los votos. Ya desde su campaña, Dodon promete un acercamiento a la esfera de Putin para, de esta forma, frenar la integración en la Unión Europea.

El resultado ha provocado manifestaciones en Chisinau y Maia Sandu, rival de Dodón en la segunda vuelta, asegura que impugnará el resultado a pesar de haber sido legitimado por los observadores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).

La cuestión étnica y los conflictos separatistas son una realidad que afecta a la mayoría de las repúblicas exsoviéticas. Con la llegada del nuevo presidente surge la pregunta de cómo afectaran sus políticas en las zonas separatistas de Moldavia. Tanto Gagaúzia, que goza de un estado de autonomía, como Transnistria, que de facto es independiente de la república moldava desde la guerra en 1992, son regiones rusófonas y a favor del régimen de Putin.

El caso de los conflictos separatistas de Moldavia ofrece una peculiaridad: Transnistria presenta un conflicto armado y por lo tanto violencia étnica mientras que en Gagaúzia, a pesar de a simple vista ser más propensa al conflicto (mayor diferencia étnica, origen idiomático distinto, la etnia gagaúza representa un 80% de la población de la región…), no se registran muertes relacionadas con la cuestión separatista.

Varios estudiantes participan en una manifestación en contra del nuevo presidente, el socialista prorruo Igor Dodon, en frente de la Comisión Electoral Central en Chisinau, Moldavia. EFE

Varios estudiantes participan en una manifestación en contra del nuevo presidente, el socialista prorruo Igor Dodon, en frente de la Comisión Electoral Central en Chisinau, Moldavia. EFE

La tensión étnica en Gagaúzia fue frenada con un  sistema federal asimétrico

La etnia per se no es la razón del conflicto un conflicto entre grupos comunales, la explicación reside en las políticas y en los intereses de las élites. Así, la tensión étnica en Gagaúzia fue frenada por una política interior, generando un sistema federal asimétrico en el que esta zona del sur de Moldavia es la única que goza de autonomía dentro de la república. Se frenó el independentismo aumentando la soberanía local.

Este no fue el caso en Transinistria, donde la élite rechazaba un aumento de la autonomía opr completo impulsada por el gobierno ruso que sembró la semilla del irredentismo en la región. En otras palabras, las políticas de Putin en Transnistria impulsaron no solo el separatismo sino también el deseo de anexionarse al gigante postsoviético.

Algunos analistas políticos vieron en esto una evidencia más del llamado ‘postimperialismo ruso’ para frenar la entrada de Moldavia en la OTAN y en la UE, fenómeno que se dio tanto en Georgia en 2008 como en Ucrania en 2014, con la activación del separatismo en las zonas de Abjasia y Osetia del Sur, en la primera y de Crimea y Donbás en la segunda.

Ahora se abre el interrogante de cuáles serán las medidas de Dodón y de sí un acercamiento a Rusia puede frenar la violencia entre la zona separatista y Chisinau o más bien todo lo contrario y favorecer la independencia legal del territorio prorruso.

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