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Colombia Carlos Caicedo, gobernador amenazado de muerte: "La derecha y sus conductas fascistas temen un cambio progresista en Colombia"

El gobernador del departamento de Magdalena, Carlos Caicedo, habla con 'Público' en Bruselas días después de abandonar su país por una amenaza de muerte que atribuye al 'Clan del Golfo'. Denuncia que hay connivencia entre el Gobierno derechista de Iván Duque y esa banda del crimen organizado heredera del paramilitarismo. 

Carlos Caicedo
El gobernador del departamento colombiano del Magdalena, Carlos Caicedo, realiza declaraciones a EFE en Bruselas donde ha mantenido encuentros con funcionarios del Servicio Europeo de Acción Exterior. Leo Rodríguez / EFE

¿Tiene miedo de regresar a Colombia? – "Sí, el temor necesario, pero nuestro compromiso debe ser superior al miedo. Su propósito es eliminarnos o infundirnos el miedo para que dejemos el cargo. Pero tenemos que llenarnos de valor", responde Carlos Caicedo, quien abandonó hace unos días su país natal tras desvelarse un plan para asesinarle. Ahora busca apoyo en Europa.

Conocido por su agenda progresista y su lucha contra la corrupción, atribuye estas amenazas al poderoso Clan del Golfo, muy activo en esa región caribeña marcada por la histórica presencia del narcotráfico y la violencia. Gracias a las invitaciones cursadas por varios eurodiputados y por gobiernos como Países Bajos ha podido prolongar su estancia en Europa, donde permanecerá hasta el 6 de septiembre. El permiso otorgado por el Ministerio de Interior colombiano concluye ese día, cuando cruzará el Atlántico tras una gira internacional que le está sirviendo para recabar apoyos y poner la atención mediática sobre su caso. Por el momento descarta pedir asilo, porque -considera- supondría abandonar a los que han apostado por él.

"La extrema derecha mafiosa quiere sacarnos del camino. Le daríamos un gusto si lo consiguen", afirma en una entrevista a Público. Caicedo denuncia la connivencia del Gobierno de Duque con esta estructura criminal. Alega que todo forma parte de un plan orquestado para crear inestabilidad de cara a las elecciones presidenciales de 2022. "El Gobierno colombiano y su visión de cómo gobernar, eliminando a la oposición o reprimiendo las protestas sociales, muestra que está desesperado por perder el poder y quiere atajar cualquier posibilidad de cambio", relata.

A su paso por Bruselas se ha reunido con eurodiputados de Izquierda Unitaria y miembros del equipo de Josep Borrell, alto representante de Asuntos Exteriores de la UE. Quiere que la comunidad internacional ponga el foco en su caso y exija al Ejecutivo de Bogotá que respete los derechos humanos y los de los opositores. "En Colombia, lamentablemente, hacer política, especialmente en nombre de las fuerzas del cambio y de sectores alternativos, se ha vuelto una de las actividades más peligrosas", denuncia en la capital comunitaria, poco antes de partir a Países Bajos.

Advierte también de que "la visión fascista de eliminar cualquier factor de riesgo" que impone el Gobierno desde Bogotá ha llegado al mismo Gustavo Petro, líder de Colombia Humana, excandidato presidencial, exalcalde de Bogotá, exguerrillero del M-19 y referente de la izquierda. Ambos, Petro y Caicedo, se batieron por la candidatura presidencial del partido progresista en 2018, y la ganó el primero. Desde entonces, el gobernador de Magdalena le acompaña y le muestra lealtad, pero tiene su agenda propia. Y es muy ambiciosa.

Ético y desconfiado

Hay quienes argumentan que su ambición política va más allá y que toda esta gesta forma parte de una estrategia electoral para darse a conocer fuera del país y, quien sabe, si para habitar un día La Casa de Nariño. "Alvaro Uribe lo tiene ubicado como uno de sus enemigos más importantes porque ve su vocación internacional y presidencial", afirma a Público un periodista asesor de comunicaciones de su gobernación.

Unos anhelos que en caso de ser reales no podrían ser reconocidos, ya que la ley colombiana prohíbe a un funcionario en ejercicio participar en política electoral. "No estoy ahora en aspiración electoral ninguna. Si no se ponía en conocimiento público [la amenaza], el Gobierno colombiano habría seguido haciéndose el loco. Nos ve con animadversión. Descalificó la amenaza y la ridiculizó. Si no lo hubiera hecho público y hubiese seguido en Colombia, probablemente el plan se habría ejecutado", dice Caicedo.

Quienes le conocen aseguran que es un hombre decente y honesto, pero también paranoico, desconfiado e incluso autoritario. Buena cuenta de ello da el continuo juego de sillas de su equipo. En un año y medio de mandato, su secretario de Salud ha cambiado en cuatro ocasiones. "Soy exigente. Creo que la izquierda debe ilusionar, pero también debe tener la capacidad de ejecutar los cambios que son necesarios", se defiende.

El regreso de gobiernos progresistas a América Latina

¿Es Colombia un país de derechas? Lo cierto es que en el país nunca ha gobernado la izquierda. Latinoamérica suma meses de giros políticos, de inestabilidad y de numerosas protestas. Prueba de ello son las crisis políticas y sociales en Cuba o Venezuela. En contrapartida, Perú, México, Bolivia o la Constituyente en Chile aportan hitos alternativos a las fuerzas conservadoras.

Crear sistemas educativos y sanitarios sostenibles y de calidad está en la diana de la agenda política de Caicedo; por ello pide exportar esta receta de reformas profundas a nivel económico y social a un país gobernado también por la desigualdad.

El gobernador se muestra optimista. Ve aires de ola progresista en su país y más allá. "Las ideas progresistas están de regreso en América Latina. Esta ola que no ha tocado aún Colombia a nivel nacional es lo que le preocupa a la élite colombiana y a sus aliados internacionales, que no quieren que cambie el estatus quo", relata a este periódico.

Figura clave en una región cargada de simbolismo

El aterrizaje de Caicedo en el departamento de Magdalena, lugar originario del narcotráfico en el país, tiene un significado político y simbólico. Es la primera vez que la región cuenta con un liderazgo alternativo y combativo con los clanes, con las redes clientelares y con las mafias que han gobernado una región minada y gobernada por la corrupción durante el último siglo. Y es también el único gobernador de centroizquierda que se ha plantado abiertamente ante el Ejecutivo de Duque y familias muy poderosas.

Los acuerdos de paz con las FARC no han traído toda la paz que se esperaba. Los grupos paramilitares en el país se están rearmando y las redes de narcotráfico están creciendo. La región de Magdalena ha sido testigo directo de su huella destructora. Su orografía, grandes montañas, situación estratégica o acceso al mar Caribe han creado el caldo de cultivo para ser un lugar clave en el tráfico de drogas. Muchas de ellas son transportadas en las cajas de bananos, uno de los principales recursos de la región.

Grupos como Los Conquistadores de la Sierra o el Clan del Golfo han sujetado desde hace años las riendas del lugar, algo que no podrían haber hecho sin una red de colaboradores sólida, transversal y fuerte. Santa Marta, la capital del departamento, fue durante la pandemia el principal puerto exportador de cocaína del Caribe colombiano. Pero la ciudad también se erige como un oasis de la izquierda en el país. Sus habitantes han gritado "basta" en las urnas durante dos elecciones consecutivas. "Quedan nueve meses muy complejos hasta las elecciones presidenciales porque la derecha y sus conductas fascistas están profundamente preocupadas porque se produzca un cambio progresista en Colombia", anticipa el gobernador.

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