Este artículo se publicó hace 13 años.
El caso conmociona la política francesa
Los socialistas, "dolidos", mantienen las primarias
En Francia, no hay nada más sagrado que la presunción de inocencia y es detrás de este escudo donde se escondió la mayoría de la clase política francesa que, ante la conmoción que provocaron las portadas de la prensa nacional de la detención de Dominique Strauss-Kahn, se encontraba ayer entre la incredulidad y el reproche. Los socialistas, que dijeron estar "conmocionados", "estupefactos" y "dolidos", han convocado un consejo político de urgencia para los próximos días, aunque descartaron cambiar el calendario de las primarias.
La estrategia de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido del presidente Nicolas Sarkozy, es el silencio. El Elíseo no se pronunció y Jean-François Copé, secretario general de la UMP, dijo ayer que había hablado con "numerosos amigos de la dirección del partido para pedirles que midiesen sus palabras o que optaran por el silencio". "No tenemos que dar la impresión de alegrarnos", añadió. Y muchos políticos conservadores llamaron a respetar la presunción de inocencia. En Francia, la ley prohíbe a la prensa publicar fotografías de un detenido no condenado con esposas. Y hasta la exministra Christine Boutin, del Partido Democristiano, calificó el caso de "trampa en la que cayó Strauss-Kahn".
Para la dirección del PS, se trata de "un asunto privado" de Strauss-Kahn
Sin embargo, esta estrategia no fue la de todos. Bernard Debré, diputado UMP, opinó ayer que Strauss-Kahn es "un hombre poco recomendable y su detención es una humillación para Francia". "Es una total desconsideración, un hombre que se deja llevar por el lujo, como está comentando la prensa estos días, y ahora también por el sexo... Es inaceptable", añadió Debré.
Pero los más afectados son los socialistas. El Partido Socialista (PS) francés parecía ayer como un boxeador tocado por un duro golpe, pero en pie. La dirección de la primera secretaria, Martine Aubry, intentó hacer de todo para demostrar que el programa para la designación de un candidato presidencial prosigue como si nada. El portavoz del PS, Benoît Hamon, calificó el caso de "informaciones parciales, incompletas y fruto de versiones contradictorias". El partido reiteró ayer que va a ratificar el programa y que va a celebrar unas primarias para designar a su candidato presidencial.
El eurodiputado Harlem Désir afirmó que "el PS no está ni decapitado, ni debilitado", porque "tiene una líder, Martine Aubry", que va a conducir a la formación hacia la carrera presidencial y legislativa de 2012, al margen de "lo que no es más que un asunto privado, y no un caso político".
"Su detención es una humillación para Francia", dice un diputado
Varios partidarios de Strauss-Kahn dentro del partido aseguran que su ídolo no va a tirar la toalla y piensa seguir concurriendo, cosa que constituye una amenaza de tener que seguir durante meses con el colgajo del escándalo sexual a cuestas, a nivel de partido. Los strausskahnianos, como Jean-Christophe Cambadelis o Jean-Marie Le Guen, dejaron claro ayer que no ceden a las sirenas y no abandonaran a DSK. Y al no tirar la toalla, los que constituyen un auténtico lobby dentro del PS amenazan a Aubry con una dura guerra antes de poder alzarse como candidata presidencial. Esa guerra interna complicaría el juego al PS, dentro del ecosistema de la izquierda francesa. Los Verdes insisten en regresar a la "autén-tica política". El Frente de Izquierdas y el Nuevo Partido Anticapitalista subrayaron al PS que, si cabe alguna lectura de lo ocurrido, es una lectura feminista y antisexista.
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