Público
Público

Chávez aprieta al Gobierno de Uribe

Llama a consultas al embajador venezolano en Colombia y los empresarios advierten del impacto económico

GORKA CASTILLO

La crisis diplomática desatada entre Bogotá y Caracas entró ayer en terreno pantanoso tras la llamada a consultas del embajador venezolano en Colombia, Pavel Rondón. El anuncio cayó como un jarro de agua fría en el empresariado de ambos países que durante las últimas 48 horas no han cesado de llamar a la cordura para enfriar una crisis cuyo alcance económico es imprevisible en la región .

El portavoz de la Cámara de Integración Económica Venezolano Colombiana (Cavecol), Luis Alberto Russian, afirmó ayer que, de acentuarse el conflicto diplomático, las empresas y miles de puestos de trabajo pueden verse seriamente afectados. Y el peor parado puede ser Venezuela. En 2006, la balanza comercial se cerró en 4.500 millones de dólares y se espera que el intercambio para 2007 se ubique entre los 5.000 y los 6.000 millones de dólares. La balanza es claramente favorable a Colombia.  

El tema más preocupante para Caracas afecta al suministro de alimentos, especialmente azúcar, pollo y leche, que hoy en día se cotiza al alza en cualquier mercado de abastos de la capital. Muchos ciudadanos venezolanos acusan del desabastecimiento a las empresas distribuidoras, cuya actitud pretende asfixiar al Gobierno de Hugo Chávez a cuatro días de un referéndum crucial.

Cooperativa ineficiente

El presidente venezolano tampoco se libra de críticas. La más punzante se refiere a la desastrosa gestión de su Gobierno, que hace dos meses puso en manos de 'una cooperativa incapaz buena parte de la producción lechera del país y ha provocado un colapso', aseguraba ayer el propietario de una tienda del centro de la capital.

Ante la previsible repercusión comercial de esta crisis diplomática, fuentes oficiosas dan por hecho que el Gobierno venezolano ya ha comenzado a mover ficha para que Brasil se haga cargo de las importaciones procedentes de Colombia. Ya lo hizo en diciembre de 2002 cuando una huelga general paralizó el país durante 62 días y Caracas importó combustible y víveres de Brasil haciendo saltar por los aires un paro destinado a estrangular al régimen de Hugo Chávez.

El problema más grave se encuentra en la frontera entre los dos países. Las tensiones por la acción de paramilitares, guerrilla y narcotraficantes son casi continuas.

También hay graves fricciones por la delimitación de aguas marinas  en el Golfo de Venezuela que  en 1987 casi desata una guerra entre ambos países. Los datos que manejan fuentes independientes como Human Rights Watch indican quince muertos diarios en enfrentamientos entre grupos ilegales y militares venezolanos.

Caracas aseguró ayer que los pasos fronterizos seguirán abiertos 'pase lo que pase' con el fin de garantizar el tránsito de casi 50.000 vehículos que diariamente cruzan de un país a otro. 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional