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Cinco años de negociaciones y de represalias

Desde el 25 de junio de 2006, cuando Shalit fue capturado, al canje de prisioneros entre Israel y Palestina

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La captura

El 25 de junio de 2006, un ataque de un comando contra una base israelí junto a la frontera con Gaza termina con la muerte de dos milicianos palestinos, dos soldados israelíes y la captura de Guilad Shalit, artillero de carros blindados, que es llevado herido a la Franja por el túnel que había sido excavado para el asalto.

Tres días después de su captura, Israel lanzó una ofensiva de un mes contra Gaza en la que murieron cien palestinos. La operación se vio ensombrecida por la guerra que Israel mantuvo durante ese verano con Hizbolá. Al mismo tiempo, Israel detuvo a cientos de miembros de Hamás en Cisjordania. El Gobierno israelí decidió imponer entonces un férreo bloqueo a Gaza que privó a la Franja de alimentos y materiales esenciales de construcción, sanidad y suministro eléctrico.

Los presos árabes en las cárceles israelíes es un asunto de importancia nacional para todas las facciones palestinas. Es difícil encontrar una familia en Gaza o Cisjordania en la que alguno de sus miembros no haya pasado por una cárcel israelí en los últimos 30 años. Se estima (Israel no da cifras oficiales) que hay unos 5.800 presos palestinos. Las autoridades palestinas denuncian que entre ellos hay 280 menores y otros 260 detenidos que permanecen encarcelados sin que haya ninguna acusación formal contra ellos.

Tres meses después de la captura de Shalit, su familia recibió una carta vía Egipto firmada por el soldado. En diciembre de 2008, Hamás exigió la liberación de 1.400 presos a cambio de Shalit. En abril de 2008, Hamás e Israel pactaron una tregua pero sin llegar a un acuerdo por Shalit, ya que Israel rechazó la condición palestina de levantar el bloqueo sobre Gaza. Vencida la tregua, Israel lanzó la ‘operación Plomo Fundido' contra la Franja en la que mató a 1.300 palestinos. En octubre de 2009, Hamás difundió un vídeo de Shalit en el que se le vio en buen estado. En noviembre de ese año Israel rechazó un intercambio en el que se incluía a varios dirigentes de Hamás.

Hay dos figuras que salen hoy reforzadas del intercambio. Por un lado, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, y por otro Hamás. Netanyahu ha logrado desviar la atención de la presión creciente que sentía por parte de un sector importante de la sociedad israelí que está muy descontento con sus políticas sociales y que se había manifestado en las principales ciudades de Israel imitando al movimiento de los indignados. Netanyahu ha logrado imponer su decisión al sector más radical de su Gobierno de extrema derecha. Para Hamás es una victoria que le devuelve parte de la iniciativa perdida en los últimos meses ante Fatah. La imagen de Ismail Haniya (en la foto), el primer ministro de Hamás, recibiendo ayer a los presos en Gaza ha sido muy bien explotada por la organización islamista. También ayuda para su campaña que en el canje de presos se exigiera desde el principio que se liberase a miembros de todas las facciones palestinas, y no sólo a los de Hamás.

En los cinco años de captura de Shalit se ha especulado con la posibilidad de que se liberase a Marwan Barguti, dirigente de Fatah condenado en Israel a cinco cadenas perpetuas bajo la acusación de organizar ataques en Cisjordania. Barguti, muy carismático entre los palestinos y considerado el sucesor natural del presidente Mahmud Abás, continuará entre rejas. Igual que Ahmed Saadat, líder del Frente Popular para la Liberación de Palestina.

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