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Cirugía sin anestesia en Corea del Norte

Amnistía denuncia la precariedad de la sanidad del régimen de Kim Yong-il

ANDREA RODÉS

Operaciones de apendicitis sin anestesia, epidemias de tuberculosis, uso de jeringuillas no esterilizadas. Estos son algunos de los ejemplos citados en el informe presentado ayer por Amnistía Internacional para denunciar la precariedad del sistema sanitario de Corea del Norte.

Basándose en entrevistas a cerca de 40 refugiados norcoreanos que huyeron de su país entre 2004 y 2009, Amnistía logró recopilar detalles sobre el estado deplorable de la atención sanitaria en Corea del Norte, uno de los países más pobres y cerrados del mundo.

El informe describe la falta de higiene en centros médicos y hospitales públicos, desprovistos de equipamiento básico y medicinas, que causan epidemias.

El texto recoge el testimonio de Song, una mujer de 56 años que describe cómo en 2001 le extirparon el apéndice sin anestesia: 'La operación duró cerca de una hora y diez minutos. Grité tanto de dolor que pensé que me iba morir. Me ataron las manos y las piernas para que no pudiese moverme'.

Ante la falta de medicamentos o de dinero para poder pagarlos, miles de norcoreanos recurren al uso de remedios caseros o narcóticos, como el opio, alerta la organización.

'Grité tanto de dolor que pensé que me iba morir. Me ataron las manos y las piernas' Los problemas de desnutrición también han agravado la crisis sanitaria. Las diarreas son frecuentes, especialmente en niños menores de cinco años, a causa de la ingestión de alimentos en malas condiciones y sin el nivel nutritivo suficiente.

Tras una grave hambruna en los noventa, la situación económica del régimen de Kim Yong-il mejoró en 2001, pero se deterioró en los últimos años por diversos motivos, entre ellos, las sanciones comerciales impuestas por la ONU a Pyongyang por su programa nuclear.

La pobreza también se agravó con el estallido de la crisis internacional, en 2008, que redujo temporalmente las transacciones comerciales de Corea del Norte con China, su principal aliado político y comercial.

El detonante llegó en noviembre del año pasado, cuando Pyongyang decidió llevar a cabo una revaluación de la moneda, que disparó la inflación y acabó con los tímidos ahorros de miles de norcoreanos.

La medida llegó a doblar el precio del arroz, provocando la muerte de miles de personas por desnutrición entre enero y febrero de este año, según la ONG Good Friends.

El informe de Amnistía subraya que, de acuerdo con datos de la ONU, Corea del Norte invierte menos de un dólar por persona al año en atención sanitaria, menos que cualquier otro país del mundo.

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