Este artículo se publicó hace 11 años.
Comienza el consejo de guerra contra Bradley Manning
El soldado estadounidense está acusado de la filtración de más de 700.000 documentales a Wikileaks. Podría ser condenado a cadena perpetua
Este lunes comienza el consejo de guerra contra el soldado de primera clase Bradley Manning, acusado de filtrar más de 700.000 documentos a Wikileaks que, según la Fiscalía, han puesto en peligro vidas de ciudadanos estadounidenses.
La defensa se basa en que la filtración ha permitido abrir un debate sobre la política exterior militar estadounidense y las organizaciones de defensa de las libertades civiles denuncian que el juicio pretende intimidar para evitar nuevas fugas. Mientras, el Gobierno denuncia que la filtración ha supuesto un perjuicio para la seguridad nacional. De ser considerado culpable de los 21 cargos que se le imputan -incluido el de colaboración con el enemigo-, podría ser condenado a cadena perpetua por haber "ayudado al enemigo".
Después de 18 meses de audiencias, el juicio castrense se celebra en Fort Meade, en Maryland, a unos 50 kilómetros al noreste de Washington, y podría durar unos cuatro meses, algo que podría complicarse por la complejidad de la pruebas, las transcripciones de las vistas a puerta cerrada y hasta por los recortes presupuestarios que obligarían a reducir las jornadas laborales de los empleados civiles de la base militar. La Fiscalía ya ha anunciado su intención de llamar a más de un centenar de testigos. "Probablemente es el ejemplo más dramático de la utilización por parte de la Administración de la Ley de Espionaje (de 1917) para perseguir judicialmente las filtraciones de información a los medios de comunicación", ha denunciado la codirectora del Programa de Libertad y Seguridad Nacional del Centro Brennan para la Justicia, Elizabeth Goitein.
El juicio militar podría durar unos cuatro meses
Manning fue detenido en mayo de 2010, cuando prestaba servicio en Irak y acusado de descargarse documentos de los servicios secretos, cables diplomáticos y vídeos de combates que remitió a Wikileaks. Durante la instrucción, Manning se ha declarado culpable de diez cargos menores, incluido el que se le imputa por filtrar los documentos a la organización de Julian Assange, pero la Fiscalía ha rechazado la propuesta y buscará su condena por los cargos originales, mucho más graves.
El sábado, cientos de simpatizantes de Manning desfilaron frente a una de las entradas de Fort Mead reclamando la libertad del soldado. Entre los manifestantes estuvo Daniel Ellsberg, el analista militar que en 1970 entregó al diario The New York Times y otros medios documentos reservados o secretos del Pentágono relacionados con la guerra de Vietnam.
Manning dijo a la juez militar Denise Lind, que preside el proceso, que su intención fue incitar el debate público sobre la política exterior y las campañas militares de Estados Unidos. Después de que varios medios de comunicación empezaran a publicar en 2010 los documentos, funcionarios del Gobierno de EEUU argumentaron que las evaluaciones directas y la información de acciones militares divulgadas ponían en peligro la vida de estadounidenses y de aliados, y perjudicaban a la diplomacia de Washington. Uno de los materiales divulgados fue un vídeo captado desde un helicóptero militar de EEUU durante una operación en Bagdad en la que fueron atacados civiles.
La acusación intentará probar que Manning hizo conscientemente uso inapropiado de información clasificada
Los fiscales, que representan al Gobierno estadounidense, llamarán al estrado a 24 testigos cuyas declaraciones deberán ser protegidas bajo secreto, entre ellos diplomáticos, responsables de inteligencia, militares y otros funcionarios estadounidenses de alto nivel. La acusación intentará probar que Manning hizo conscientemente uso inapropiado de información clasificada y la puso a disposición de Wikileaks sabiendo que ponía en riesgo la seguridad nacional y podría ser utilizada por enemigos como Al Qaeda.
Uno de los platos fuertes del juicio, el testimonio tras una mampara de uno de los participantes en la misión que dio muerte al caudillo de Al Qaeda, Osama bin Laden, en mayo de 2011 en Pakistán, podría no ser necesario para probar la acusación de "ayuda al enemigo" contra Manning. La juez podría aceptar en el juicio como prueba un hecho desclasificado: que en el registro de la guarida de Bin Laden se encontró una comunicación del líder de Al Qaeda en la que pedía examinar las filtraciones de Wikileaks, el contenido de los diarios de la Guerra de Afganistán y los cables diplomáticos del Departamento de Estado.
El proceso pondrá a prueba la capacidad de las instituciones estadounienses para garantizar el derecho a la libertad de prensa, en un momento en que se cuestiona públicamente el celo de la administración de Barack Obama por proteger su operaciones encubiertas en la guerra contra el terrorismo internacional. El juicio permitirá ver más de cerca la política de secretos militares y de inteligencia de Estados Unidos, mientras que los activistas que piden la liberación de Manning esperan que demuestre que el joven soldado actuó para defender los valores democráticos y denunciar la crueldad de los conflictos en los que está implicado el país.
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