Este artículo se publicó hace 4 años.
Coronavirus en ItaliaAprobado general y clases virtuales, las medidas educativas italianas para afrontar el coronavirus
Tal como reflejan los principales periódicos transalpinos, el Ejecutivo italiano tiene como prioridad "garantizar el derecho al estudio previsto en la Constitución", aunque para ello haya que apostar por la tecnología y la no presencialidad.
Roma-
El coronavirus está suponiendo un cambio de hábitos sociales a todos los niveles. El primer ámbito que se vio afectado fue el educativo. Italia, de hecho, el primer país afectado a gran escala por las consecuencias de la covid-19 en Europa, decretó a principios de marzo el cierre total de todos los centros educativos. Desde las escuelas primarias, hasta las universidades, pasando por las academias de idiomas.
Temiendo por la alta transmisibilidad del coronavirus entre los más jóvenes en perjuicio de los mayores, el mundo del aprendizaje fue el primero en cerrar por completo en el país con forma de bota. Un mes después, Italia tiene ya una solución de cómo será la vuelta a la escuela. Durante y después de la covid-19.
El Gobierno italiano ha decretado el aprobado general y el paso a las clases virtuales. Con esta medida, los alumnos transalpinos tendrán más claro cómo será el final de sus clases durante este curso, y cómo será el comienzo del próximo año escolar. Igualmente, hay una serie de excepciones en base al nivel educativo en cuestión, sobre todo en relación a los estudiantes de bachillerato.
Tal como reflejan los principales periódicos transalpinos, el Ejecutivo italiano tiene como prioridad garantizar el derecho al estudio, aunque para ello haya que apostar por la tecnología y la no presencialidad: "La didáctica a distancia nos ha ayudado a salvar el año escolar", explica la ministra de Educación, Lucia Azzolina, quien añade: "No sustituye y no podrá nunca sustituir por completo, obviamente, la didáctica presencial. La didáctica a distancia era la única respuesta posible para no dejar solos a los alumnos y garantizarles el derecho al estudio previsto por la Constitución italiana". Admitiendo que en Italia hay un "problema de digitalización", Azzolina confirma que el Ejecutivo invertirá 85 millones de euros para financiar la educación virtual.
No habrá suspensos. Las asignaturas pendientes se recuperarán en las primeras semanas del próximo año académico. El próximo curso, de hecho, debería empezar el 1 o el 2 de septiembre –y no entre la segunda y la tercera semana de dicho mes, como suele ser en Italia– para que, de este modo, los alumnos puedan recuperar los contenidos o por recuperar en los primeros 20 días del nuevo curso académico. Dichos contenidos, pertenecientes al año escolar anterior, serán evaluados a lo largo del primer cuatrimestre.
La fecha clave para los alumnos de bachillerato es el próximo 18 de mayo. Si para entonces el Gobierno italiano no ha decretado la vuelta a las clases, algo muy probable, los exámenes de Estado para entrar a la universidad serán en versión light, es decir, nada de pruebas escritas a cambio de un examen oral, aún más largo que de costumbre. Y que se podrá realizar desde casa.
¿Clases virtuales o presenciales? Por el momento, mientras no haya novedades desde el punto de vista sanitario, las clases digitales pasarán a ser obligatorias: "Este año la didáctica a distancia no será una herramienta opcional. El próximo curso podría arrancar con clases a distancia", asegura la ministra. Tanto si hubiera una vuelta al aprendizaje esta misma primavera, como si todo se pospusiera directamente al otoño, lo digital será "clave" para el Gobierno del premier Giuseppe Conte. Por la simple razón, además, de que si en septiembre hubiera todavía que aplicar medidas de seguridad interpersonal, sería verdaderamente complicado, en aulas con una veintena de estudiantes de media, garantizar a la vez sanidad y educación pública.
Según la prensa italiana, los directivos del Ministerio de Educación italiano están todavía planteando cómo debe desarrollar el actual año escolar, con un ojo puesto en septiembre. "Nadie", según el diario La Repubblica, "está todavía meditando acerca de cómo será la vuelta a las clases en otoño". Y añade: "Una vuelta en septiembre implicaría turnos por la mañana y por la tarde, la adaptación del horario lectivo, el uso temporal de edificios públicos y la puesta en seguridad de muchos colegios". Según un directivo consultado por La Repubblica, "si no se acelera el proceso el otoño podría ser peor aún que la primavera", entre otras cosas, porque hay una fuerte sospecha de que la educación telemática, poco a poco, se convierta en la normalidad escolar.
Uno de los problemas que tienen muchos transalpinos a la hora de que sus hijos puedan asistir a las clases virtuales, es que, tal como confirma un estudio del ISTAT, el Instituto Nacional de Estadística del país, un tercio de las familias italianas no tienen un ordenador o una tableta disponible en casa. El dato empeora notablemente conforme de baja hacia el Sur de Italia, ya que más del 40% de las familias no dispone, en el hogar, de tecnología lista para el aprendizaje. Según la información aportada por cabeceras italianas como La Repubblica, además, "cuatro de cada diez menores viven en viviendas muy aglomeradas".
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