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Croacia se aprieta el cinturón para firmar su entrada en la UE

Los severos recortes y las dificultades de Bruselas suscitan inseguridad en los ciudadanos

VESNA BERNARDIC

Con la firma del tratado de adhesión de Croacia a la UE se cumplió uno de los históricos anhelos del país balcánico, aunque su ingreso está sujeto a una serie de incertidumbres. La crisis económica y las dificultades por las que atraviesa la propia Bruselas han suscitado inseguridad en la clase política y en la sociedad. Hay muchos en Croacia que incluso temen que la UE podría dejar de existir en su estado actual en julio de 2013, cuando el país tiene previsto entrar en el club comunitario.

'Sería como los que llegan a una fiesta a las tres de la mañana y no queda más bebida ni comida. Todos se van y los que se quedan hacen cosas sospechosas encerrados en las habitaciones', comentó irónicamente el profesor británico Niall Ferguson.

Croacia tiene poco tiempo para convencer a su gente de que la adhesión aún vale la pena. El socialdemócrata Zoran Milanovic, flamante ganador de las elecciones parlamentarias y futuro primer ministro, reconoció que la fecha tope es febrero, cuando se celebrará el referéndum sobre la entrada en la UE. Los políticos están convencidos de que la mayoría está garantizada, pero la última encuesta indica que sólo un 53% está a favor del . Los detractores tampoco parecen tener mucha fuerza, si tenemos en cuenta al centenar de personas que participaron el jueves en una concentración de protesta en Zagreb.

Conservadores y progresistas consideran prioritario acompañar a los 27 en la travesía comunitaria. La premier saliente, Jadranka Kosor cuyo partido fue acusado de malversación de fondos cree que Croacia ha superado el proceso de adhesión 'más duro' debido a las exigencias de Bruselas, que 'merecen la pena'. Sin embargo, frente al tono triunfalista del Gobierno y la prensa ('Estaremos como en casa'), los ultras se preguntan cuál será el destino de Croacia, aunque la respuesta a corto plazo fue avanzada por Milanovic antes de los comicios, a los que se presentó al frente del bloque Kukuriku.

Habrá 'recortes dolorosos' para preparar el ingreso en la UE, ya que el crecimiento no llegará al 1%, el paro subió hasta el 13,5%, la deuda pública supera el 60% del PIB y el déficit fiscal es del 6%. 'Sudor, pero sin sangre ni lágrimas', prometió tras la victoria Milanovic, que se enfrenta al descontento de los trabajadores, que verán cercenados sus derechos sociales en aras de las cifras macroeconómicas.

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