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"Cuestión de confianza" al alcalde de Duisburgo tras el 'Loveparade'

Las fuertes presiones recibidas le han empujado a someterse a la aprobación de sus gestiones por parte del pleno del ayuntamiento

El alcalde de la ciudad alemana de Duisburgo, Adolf Sauerland, se mostró hoy dispuesto a someterse a un proceso de destitución tras la tragedia ocurrida en el festival musical Loveparade, en el que hace nueve días murieron veintiuna personas y más de 500 resultaron heridas.

'Lógicamente, estoy preparado para someterme al proceso de destitución dispuesto en la ley de régimen local del estado federado de Renania del Norte-Westfalia', señaló el alcalde en un comunicado difundido por su oficina. De esta manera pondría a prueba la confianza del ayuntamiento en pleno, práctica habitual en cuestiones que, por la polémica que suscitan, necesitan su aprobación por la totalidad de los miembros del equipo de gobierno del ayuntamiento. 

El regidor de Duisburgo ha visto aumentar las peticiones locales, regionales y federales para que abandone el cargo y asuma su responabilidad política a causa de los errores en el plan de seguridad del Loveparade.

'Para mí está claro: no voy a asumir la responsabilidad, ni la personal ni la política. Ambas van juntas. Primero quiero tener claro que el Ayuntamiento tiene una responsabilidad, antes de asumir yo cualquier responsabilidad política', indicó Sauerland.

El partido La Izquierda anunció la semana que promovería un proceso de destitución del alcalde, que poco después fue apoyado por el Partido Liberal (FDP).

La tragedia de Duisburgo conmocionó a Alemania el pasado 24 de julio, cuando en la mayor fiesta de música electrónica del mundo, la Loveparade, numerosos fallos de previsión y errores por parte del Ayuntamiento, la policía y los organizadores propiciaron una avalancha humana de miles de personas atrapadas en un túnel de los años 60, de unos 10 metros de ancho y sin salidas de emergenia.

Entre los veintiún fallecidos había dos jóvenes españolas, Clara Zapater y Marta Acosta, ambas de 22 años.

En total fueron ocho los extranjeros que perdieron la vida en el suceso.

Tras la avalancha, se multiplicaron las voces que pidieron responsabilidades políticas al alcalde Sauerland, entre ellas numerosas procedentes de su propio partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU).

El presidente de Alemania, Christian Wulff, perteneciente a la misma formación, se sumó indirectamente a esas exigencias durante el funeral oficiado el sábado en Duisburgo, al que acudió también la canciller alemana, Angela Merkel.

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