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David Cameron pierde a su ministro de Defensa

Liam Fox dimite porque un buen amigo se hacía pasar por asesor suyo

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

David Cameron ha perdido a uno de los pesos pesados de su Gobierno con la dimisión del ministro de Defensa. Liam Fox se vio obligado a presentar la renuncia ante las constantes informaciones aparecidas en la prensa sobre las actividades de su amigo y padrino de boda, Adam Werritty. Nadie ha dicho que Fox se beneficiara económicamente de esta relación, pero los privilegios de que gozaba su amigo y el hecho de que se presentara como su asesor, lo que no era, terminaron colocándolo en una posición insostenible.

Werritty no era nada en el Ministerio de Defensa. Sin embargo, acompañó a Fox en no menos de 18 viajes al extranjero en los últimos 16 meses y se le podía encontrar en el despacho del ministro una vez al mes.  The Guardian publicó el 7 de octubre que Fox y Werritty se habían reunido con el presidente de Sri Lanka. Era obviamente inusual que el amigo apareciera en una cita tan importante. En la última semana, la prensa descubrió que la relación era permanente y que Werritty hasta repartía tarjetas de visita en las que figuraba como asesor de Fox.  

Fox y Werritty aprovechaban visitas oficiales para hablar de negocios

Nada se hacía a espaldas del ministro. Después de algunos de sus viajes, era normal que Fox permaneciera en ese país uno o dos días en visita privada. Era entonces cuando ambos mantenían contactos con políticos y empresarios locales. A veces, ningún funcionario estaba presente en las reuniones, lo que contraviene el código de conducta de los ministros.

¿Quién financiaba el elevado tren de vida de Werritty, incluidos vuelos en primera clase y estancias en hoteles de lujo? The Times ha revelado, y quizá eso fue el último clavo en el ataúd de Fox, que el dinero venía de un grupo selecto de empresas y financieros. Entre ellos, estaba G3, una consultora internacional relacionada con los intentos de Fox de promover inversiones en Sri Lanka, un empresario inmobiliario que preside una ONG que trabaja a favor de Israel, y un financiero donante habitual del Partido Conservador.

Las informaciones sobre Sri Lanka han sido especialmente dañinas para Fox. Tenía toda la apariencia de haber montado una política exterior paralela en relación a ese país. Mientras el Foreign Office mantenía las distancias con el país asiático por las denuncias de violaciones de derechos humanos en su guerra contra la guerrilla, Fox trabajaba para apoyar a ese Gobierno en la reconstrucción económica tras décadas de guerra civil.

Apoyaba al Gobierno de Sri Lanka en contra de la línea oficial de su país

En su carta de dimisión, Fox admitió que había permitido que quedara confundida 'la separación entre mis intereses personales y las actividades del Gobierno'. Cameron aceptó la renuncia, que no había querido forzar, y nombró de inmediato para el puesto al ministro de Transportes, Philip Hammond.

Cameron había dado hasta ahora la impresión de que no quería desprenderse de Liam Fox. La relación entre Cameron y Fox se inició con algunos problemas por la filtración desde su Ministerio de una carta de Fox en la que criticaba el recorte de gasto militar, pero desde entonces había mejorado.

El ya ex ministro era el político más importante del ala derecha del partido dentro del Gobierno. Con el escándalo a pleno rendimiento, decenas de diputados se presentaron esta semana en una comparecencia parlamentaria de Fox sobre otro asunto para mostrarle su apoyo.

El primer ministro no tiene muchos partidarios en ese sector. Por eso, incluyó en el Gabinete tanto a Fox como a Iain Duncan Smith, en Trabajo, con la intención de mantener controlado a un grupo de diputados bastante indisciplinado y siempre dispuesto a pasar por la derecha al Gobierno.  

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