Este artículo se publicó hace 4 años.
David HumeEl racismo del filósofo David Hume abre el debate sobre su eliminación en la universidad de Edimburgo
Las opiniones racistas y esclavistas en el siglo XVIII han llevado a que la universidad retire temporalmente su nombre de un edificio. Profesores y alumnos debaten sobre lo que esto supone.
Julia Tena de la Nuez
Mánchester (Reino Unido)-Actualizado a
El 2020 ha sido el año de la pandemia global, pero también el de las protestas Black Lives Matter y del revisionismo histórico. En Reino Unido se ha debatido si ciertas estatuas o monumentos históricos glorifican a figuras asociadas con la esclavitud y la época colonial. En junio, activistas antirracistas derribaron la estatua del mercader y traficante de esclavos Edward Colston en Bristol y pintaron la frase "fue un racista" en el busto de Winston Churchill que se encuentra a escasos metros de la residencia del primer ministro en Londres. Nombres que hasta ahora se consideraban intocables (como el del comandante Horacio Nelson; el fundador de Rhodesia, Cecil Rhodes, o el propio Churchill) han dejado de serlo. Y en Escocia, una de las figuras más veneradas por los escoceses es el nuevo centro de la controversia.
El filósofo David Hume (1711-1776) es uno de los pensadores clave de la filosofía occidental y uno de los representantes más importantes de la Ilustración escocesa. Es difícil sobrestimar la importancia del escocés y exalumno de la universidad de Edimburgo: en una encuesta realizada en 2009 en la que se preguntaba a filósofos de todo el mundo con qué pensador muerto se identificaban más, Hume quedó el primero, por delante de Aristóteles o Kant.
Y, sin embargo, estudiantes de su antigua universidad han pedido a los rectores que cambien el nombre del edificio más alto del campus (la Torre de David Hume) debido a las opiniones racistas del filósofo. Los estudiantes se refieren a unos comentarios en su ensayo De los caracteres nacionales escrito en 1753, donde Hume escribe: "Tengo tendencia a sospechar que los negros y en general todas las demás especies de hombres (porque hay cuatro o cinco clases diferentes) son naturalmente inferiores a los blancos". La universidad de Edimburgo ha cambiado el nombre del edificio temporalmente "hasta que se lleve a cabo una revisión completa del asunto".
¿Un hombre de su tiempo?
El debate gira en gran parte en torno a la pregunta de si se puede juzgar a un hombre del pasado aplicando criterios morales modernos. Sir Tom Devine, profesor de la universidad de Edimburgo y uno de los historiadores más preeminentes de Escocia, dice que en la época de Hume el concepto del racismo "no existía" y que Hume "era un hombre de su tiempo". "La sociedad escocesa de los años 1760 aceptaba la esclavitud como algo necesario para la importación del tabaco, el azúcar y demás productos. Era un motor importante de la economía escocesa, toda Escocia estaba implicada. Invertir en las islas del Caribe no era motivo de controversia en aquella época", dice el profesor.
Sir Tom Devine se refiere a una carta escrita por Hume en 1766 en la que el filósofo anima a su patrón a comprar una plantación de esclavos en Granada, una isla del mar Caribe. El doctor Felix Waldmann, profesor de la universidad de Cambridge, es el autor de Further Letters of David Hume, el libro que dio a conocer más detalles sobre esta correspondencia. "La carta muestra que Hume estaba directamente envuelto en la trata de esclavos", explica Waldmann. "No sólo facilitó la compra de la plantación, sino que también prestó dinero a uno de los principales inversores".
Tumi, una de las estudiantes de la universidad que ha organizado y firmado la petición, rechaza el argumento de que el racismo de Hume es comprensible porque era un hombre de su época."La gente negra existía y ha estado luchando por sus derechos y dignidad incluso antes del nacimiento de David Hume. El racismo estaba mal entonces y está mal ahora", dice la estudiante.
El profesor Waldmann afirma que aunque es indudable que los pensamientos del filósofo eran típicos de la sociedad en la que vivió, Hume es una persona a la que hoy admiramos porque fue capaz de ir más allá de los prejuicios de su tiempo. "En 1770 se publicó un libro titulado History of Two Indies (Historia de dos Indias) que criticaba el concepto de la esclavitud. En los círculos que Hume frecuentaba en Francia (donde vivió durante un tiempo), las críticas a la esclavitud eran muy frecuentes. Y sabemos que uno de sus contemporáneos, el profesor de Filosofía Moral James Beattie, atacó duramente las opiniones racistas de Hume, acusándolo de arrogancia eurocéntrica y de ignorar otras civilizaciones. Yo tendría mucho cuidado a la hora de sugerir que Hume era solo un hombre de su tiempo, y por lo tanto incapaz de ver los males de la esclavitud. Decir que era intelectualmente incapaz de deshacerse de sus prejuicios le hace un flaco favor, y no refleja ni el contexto en el que vivió ni sus propias capacidades intelectuales", dice el profesor.
Para Waldmann, los comentarios racistas en el libro de Hume devalúan su propia filosofía. "Hume no es coherente a la hora de aplicar sus propios principios filosóficos. Escribió esos comentarios sin conocer prácticamente a personas negras. De hecho, parece ser que personas negras con educación intentaron reunirse con él y Hume los ignoró. Aquí hay un evidente fallo epistemológico". El profesor también incide en que aunque en sus ensayos Hume se opone a la esclavitud de los tiempos romanos, en su vida personal no parecía tener reparo en apoyar la esclavitud de su época. "En la mente de Hume no había contradicción porque consideraba a los negros como personas inferiores. Pero claramente es una forma de hipocresía".
Cancelar a Hume
La decisión de la universidad de Edimburgo de cambiarle el nombre al edificio ha alarmado a muchas personas dentro y fuera de la universidad, que ven en esto un intento de cancelar (dejar de enseñar al fiolósofo y retirar su nombre) a Hume. Sir Tom Devine afirma tajantemente que la universidad no va a cancelar al filósofo. "David Hume se seguirá enseñando en las clases, de eso no hay la menor duda. Cambiarle el nombre del edificio es más bien una cuestión simbólica", dice el profesor.
Aún así, Devine lamenta que la universidad haya decidido responder a las preocupaciones de sus estudiantes de esta manera. "La universidad podría dejar claro que aborrece estos comentarios de Hume, por ejemplo en una placa a la entrada del edificio que lleva su nombre. Las opiniones racistas de Hume son sólo un pie de página en su enorme trabajo intelectual. Ahora que estos comentarios son de dominio público, la universidad tiene la responsabilidad de denunciarlos, pero no de una manera que denigre a Hume".
El profesor Douglas Cairns, que enseña a los clásicos en la universidad, piensa que cambiarle el nombre al edificio no es la solución adecuada porque "ésta es la universidad de Edimburgo, y queremos celebrar a una de las figuras más importantes de la Ilustración escocesa". El profesor Cairns también teme que cambiarle el nombre al edificio sea tan solo un primer paso. "Me parece inevitable pasar del no queremos que el edifico lleve el nombre de un racista al no queremos estudiar los pensamientos de un racista. Además, añade el profesor, cambiarle el nombre a un edificio no hace nada para resolver el racismo que existe hoy en día en la sociedad escocesa. "En Reino Unido y Escocia hay claros problemas de xenofobia y racismo. La universidad puede hablar sobre esto. Y si a los estudiantes les preocupan las opiniones racistas de Hume, podemos hablar sobre ellas en clase".
En su petición, los estudiantes escriben que "nadie está pidiendo que eliminemos a David Hume de la historia". "Podemos leer los escritos de Hume y aprender sobre ellos teniendo en cuenta su contexto, pero no hay razón para que el edificio más alto del campus deba llevar su nombre", dice el texto. Pero, ¿es cambiarle el nombre al edificio una manera de cancelar a Hume?
El profesor Waldmann no lo ve así. "He dedicado mi vida profesional al estudio de Hume, no estaría a favor de cambiarle el nombre al edificio si pensase que esto es una manera de cancelarlo. Sería lo mismo que cancelarme a mí mismo", dice el profesor. "No hay duda de que seguiremos estudiando y ampliando los conocimientos de Hume. La pregunta es si debemos seguir venerándole".
El profesor explica que hay una diferencia importante entre estudiar o aprender de un individuo y celebrarlo de manera pública: "Yo soy judío y me encanta la música de Wagner, que además de ser un genio musical era un antisemita. Aprecio la música de Wagner y si alguien me pidiese que dejase de escucharla me negaría, esa es mi elección personal. Pero si tuviera que trabajar en un edificio que lleva el nombre de Wagner, o si tuviera que pasar junto a una estatua de él todos los días, me sentiría muy incómodo", dice el profesor.
Tumi, la estudiante universitaria, expresa un sentimiento parecido al hablar de Hume: "En el caso de David Hume, su gran obra filosófica se seguirá enseñando en las clases. Podemos reconocer las contribuciones de los grandes pensadores, pero las personas racializadas no tenemos por qué estudiar en un edificio que lleva el nombre de alguien que nos consideraba inferiores a los blancos".
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