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Delta Airlines expulsa de un avión a una familia por negarse a ceder el asiento de su bebé

La aerolínea americana amenazó a los padres del pequeño con ir a la cárcel por incurrir en una "defensa federal" si no abandonaban el avión.

Imagen del vídeo que muestra la discusión entre el pasajero y una agente aeroportuaria.

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Delta Airlines expulsa de un avión a una pareja y su hijo de dos años por ocupar con su bebé un asiento que previamente habían pagado. Miembros de la tripulación le indicaron al padre del pequeño, Brian Schear, que debían ceder el asiento, que inicialmente compraron para otro de sus hijos que embarcó en el avión anterior, a otro pasajero.

Brian Schear se negó a ceder el asiento ya que por motivos de seguridad consideraba más seguro que su hijo viajase en un asiento que en brazos de su madre. "No dormirá si no está en su sillita. Si no, estaría sentado sobre las piernas de mi mujer y moviéndose por todas partes, y no es seguro", afirmó Brian. Una agente aeroportuaria se personó en el avión para amenazarle con ir a la cárcel si no cumplía sus ordenes y abandonaba el avión.

Schear defendía en todo momento su derecho de ocupar ese lugar, "compré el asiento", repitió varias veces después de embarcar con su familia en Maui (Hawai) con destino a Los Ángeles. 

Ante la negativa de la familia de abandonar el avión los agentes portuarios les amenazaron con incurrir en "una defensa federal" si no cumplían sus ordenes. "Será una ofensa federal. Tú y tu mujer iréis a la cárcel", le amenazó a Brian Schear uno de los agentes. 

La aerolínea afirmó que los niños deben, por ley, ir en el asiento de sus padres pero la Administración de Aviación Federal (FAA por sus siglas en inglés),indica lo contrario: "los niños deben ir en una sillita o butaca durante todo el vuelo por razones de seguridad". Las reglas también señalan que "los brazos (de un adulto) no son capaces de sostener a un niño con seguridad, especialmente durante las turbulencias". Incluso la propia aerolínea, en sus normativas, recomienda a familias que compren asientos para niños de dos o más años de edad.

Este ciudadano viajaba también con su hijo mayor a quien mandó en un vuelo anterior y utilizar ese asiento para su bebé. Delta Airlaines defiende que su política no permite que  que alguien ocupe en un asiento registrado para otra persona. Además, la pareja viajaba con un tercer hijo de un año de edad. 

Tras el incidente, Delta, emitió un comunicado afirmando que habían recompensado económicamente a la familia Schear.

Este no es el primer escándalo que sacude a una aerolínea americana. El pasado mes de abril durante un  vuelo de United Airlines 3411 entre Chicago y Louisville (Estados Unidos) un pasajero fue sacado por la fuerza de la aeronave porque se negaba a ceder su sitio a unos empleados de la compañía aérea. En este el pasajero sufrió una contusión cerebral, una rotura nasal y la pérdida de dos dientes en el incidente.


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