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Desembarco de Normandía "Glorioso y desgarrador": el Día D tal como lo vivió un corresponsal de Reuters

Doon Campbell, el primer corresponsal de Reuters, que con apenas 24 años narró el Desembarco de Normandía. "Es un milagro que esté vivo para escribir este texto", confesaba un día después. 

Cañones disparando en el Desembarco de Normandía. / REUTERS

Reuters / Rachel Joyner

Hace setenta y cinco años, mientras el fuego de las ametralladoras barría la playa de desembarco en el norte de Francia y por encima de las cabezas de los soldados volaban proyectiles de artillería, el corresponsal de Reuters Doon Campbell se esforzaba por impedir que en su máquina de escribir entrara la tierra removida con las explosiones.

Necesitaba escribir su crónica, así que arrancó una página de un cuaderno, se quedó agachado y garabateó a mano: "Una zanja situada 200 metros en el interior de Normandía."

Campbell fue el primer corresponsal de guerra de una nación aliada que pisó la arena de Normandía. También era el más joven. "Incrustado" o "incorporado" en la Primera Brigada de Comandos de Lord Lovat, el reportero de 24 años, que nació con solo medio brazo izquierdo, caminó tambaleante por el "cementerio arenoso" que era Sword Beach.

"Hace unos minutos llegué a tierra con los comandos que avanzan tierra adentro, impacientes y ansiosos por enfrentarse al enemigo", comenzaba la nota. "La invasión está en marcha a gran escala: en todas partes hay miles de hombres y cientos de aviones y barcos. Cada minuto llegan más hombres y armas, tanques, vehículos y grandes cantidades de suministros... Nuestros aviones dominan los cielos. Por el momento, me quedo en esta zanja con los heridos", detallaba el corresponsal. 

Doon Campbell, el primer corresponsal de guerra de Reuters que cubrió el Desembarco de Normandía en junio de 1944. / REUTERS

Doon Campbell, el corresponsal  de Reuters que cubrió el Día-D. / REUTERS

Habiendo escrito el primer artículo sobre la mayor invasión anfibia de la historia, Campbell se arrastró de vuelta a la orilla, dio el escrito a un oficial de la marina y una propina de cinco libras.

Cinco décadas más tarde, Campbell escribió que nadie en Reuters recordó haber recibido la crónica; solo hay constancia del mismo por su relato. No estaba claro, dijo, si alguna vez llegó a la oficina. Los eventos de ese día fueron "estimulantes, gloriosos y desgarradores", recordaría Campbell.

Pero muchas otras notas sí llegaron a su destino, mientras se desplegaba la operación que allanó el camino para que Francia se liberara de las garras de la Alemania nazi. "Es un milagro que esté vivo para escribir este texto", escribió un día después de los desembarcos.

Nadie en Reuters recordó haber recibido la crónica

Durante la invasión aliada, Campbell fue testigo de sangrientas batallas para liberar aldeas, soportó el ametrallamiento de aviones de guerra de la Luftwaffe y buscó refugio donde pudo. "He tenido diversos alojamientos, desde trincheras húmedas hasta alcobas y bodegas de palacios, desde el pie de un manzano hasta un agujero en una pared", escribió cuatro días después de los primeros desembarcos.   "Cuando las bombas dejan de caer, empiezan a sonar los proyectiles y los francotiradores sustituyen a los morteros", relataba.

Campbell comenzó su carrera de 30 años de exclusivas un año antes de la invasión de Normandía. Murió en 2003, a la edad de 83 años.

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