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La dimisión del presidente alemán pone en aprietos a Angela Merkel

La canciller debe encontrar un candidato de consenso para la votación a fin de mes

PATRICIA BAELO

La dimisión del presidente de Alemania, Horst Köhler, por las críticas de sus desafortunadas declaraciones sobre la guerra de Afganistán ha pillado por sorpresa a todo el país. Pero si hay alguien a quien la decisión de Köhler ha cogido totalmente desprevenida es la canciller Angela Merkel, quien debe encontrar un candidato para ocupar la presidencia en un tiempo récord.

Según la legislación alemana, el nuevo presidente federal tiene que ser elegido en un plazo máximo de 30 días desde que fue comunicado el abandono. Por ello, el presidente del Bundestag, Norbert Lammert comunicó ayer que la fecha fijada para nombrar al sucesor de Köhler es el próximo 30 de junio, justo al límite de lo que permite la ley.

Es muy poco tiempo para que Merkel presente un candidato o candidata con el perfil adecuado y que sea del gusto de todos sus socios de Gobierno que últimamente no se destacan por andar muy unidos.

La marcha repentina de Köhler llega en el momento más inoportuno para la canciller. A la crisis del euro y el debate por el plan de ahorro se sumió hace apenas una semana la retirada del primer ministro de Hesse, Roland Koch, un peso pesado de la CDU de Merkel. La coalición tiene que acallar las críticas que apuntan a una crisis interna que se ha agudizado tras el varapalo a cristianodemócratas y liberales en los comicios regionales de Renania del Norte-Westfalia hace un mes.

Los dos únicos requisitos que fija la legislación para ser presidente es ser alemán y haber cumplido los 40 años. Sin embargo, Merkel y su equipo buscan algo más. Alguien que, a diferencia de Köhler secretario de Estado de Hacienda con Helmut Kohl y después director del FMI 'tenga experiencia política', y 'posibilidades de ser aceptado por todos' los partidos, según explicó la propia canciller ayer tras reunirse con los otros líderes de la coalición para encontrar un candidato común hasta finales de esta semana.

Entre los posibles nombres que se barajan se encuentran, entre otros, la ministra de Trabajo Ursula von der Leyen, una de las políticas más queridas por los alemanes, y el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ambos cristianodemócratas.

El líder de los socialdemócratas, Sigmar Gabriel, instó ayer al Gobierno a consultar su decisión con todos los grupos, y que no elija a alguien 'con un perfil politizado'. Los conservadores y los liberles gozan de una mayoría estable en la Asamblea Federal, formada por 1.244 personas, que vota al jefe de Estado el 30 de junio.

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