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Dimite el gobernador de Nueva York, implicado en una red de prostitución

En una nueva comparecencia junto a su mujer ante la prensa, Eliot Spitzer ha dicho que 'los remordimientos me acompañarán siempre'.

ISABEL PIQUER

Eliot Spitzer, el gobernador de Nueva York, ahora más conocido como el cliente número 9, dimitió ayer, dos días después de que se supiera que usaba regularmente una red de prostitución de lujo. Acompañado una vez más por su mujer, Silda, Spitzer compareció brevemente ante los medios para anunciar que renunciaba a la vida pública y pedir de nuevo disculpas a su familia y a los neoyorquinos.

“No puedo permitir que mis fallos personales entorpezcan la labor de otros”, dijo Spitzer, “Siempre he pensado, y lo mantengo, que la gente, independientemente de su posición, debe asumir sus responsabilidades. No puedo pedir menos de mí mismo”. Y con cierta amargura añadió: “Veo mi etapa de gobernador (sólo 14 meses) y pienso en lo que podría haber sido”. Fue una declaración breve que terminó con una intensa y controvertida carrera política que algunos en el Partido Demócrata veían como presidenciable. El ex fiscal dudó en presentar su dimisión, animado entre otros por su mujer a permanecer en el cargo. Finalmente la presión y el escándalo le llevaron a la renuncia. David Paterson, vicegobernador, congresista local por el distrito de Harlem, ciego y afroamericano asumirás las funciones de Spitzer el próximo17 de marzo.

“Mi corazón está con él y con su familia en estos momentos difíciles y dolorosos. Ahora Albany debe volver al trabajo tal y como esperan nuestros ciudadanos”, dijo Paterson.Ahora que ha terminado el episodio político, empieza el culebrón legal. Se desconocen los cargos que se presentarán contra Spitzer, que está negociando su caso con la fiscalía, pero en principio deberían limitarse a la transferencia indebida de fondos a las sociedades tapadera de la red.

Y luego están los tabloides. Se han cebado en el asunto. El New York Post aseguró ayer que el gobernador era cliente habitual del Emperors VIP Club y que se gastó más de 80.000 dólares en prostitutas de lujo. También sacó una entrevista con una tal Sienna, que declaró haberse acostado con Spitzer hace dos años y matizó que “no hizo nada que no fuera limpio”.

La noticia ha sido un terremoto en Nueva York donde no se habla de otra cosa desdehace tres días.Lo más irónico es que Spitzer ayudó a endurecer las leyes contra la prostitución. Con el mismo celo con el que persiguió los delitos de Wall Street, se asoció con diversas organizaciones de derechos humanos para perseguir a los clientes de estos servicios y endurecer las penas. La legislación, en la que trabajó como fiscal e impulsó como gobernador, entró en vigor el pasado noviembre.

Dos horas y media de servicio

En el informe que maneja el FBI se detallan las negociaciones para un encuentro de unas dos horas y media entre el cliente número 9 y una prostituta, identificada sólo como Kristen, en un hotel de Washington en febrero.Una fuente de la investigación identifica el hotel como el Mayflower. Spitzer reservó dos habitaciones, una a nombre de su amigo, y contribuyente del Partido Demócrata, George Fox.

En el informe de 47 páginas se registra que el cliente número 9 también pagó el viaje de la prostituta de Nueva York a Washington, algo que hubiera violado una ley de 1910 que castiga el traslado de personas de un estado a otro para ejercer la prostitución.

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