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Dimite el ministro de Interior libio

Abdulá Younis anuncia su apoyo a la llamada 'revolución del 17 de febrero', que reclama la salida de Gadafi, y pedido al Ejército que se sume a las protestas

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Gadafi niega cualquier uso de la fuerza contra los manifestantes, pero la brutal represión de las protestas y el enrocamiento del dictador en el poder está empezando a provocar el desmoronamiento del régimen libio.

Abdul Fatah Yunis, el ministro del Interior del país, ha dimitido y ha presentado su adhesión a la llamada 'revolución del 17 de febrero', que pide el fin de Gadafi, según asegura la cadena Al Yazira. El ministro además ha pedido al Ejército que se sume a las protestas y que respalde y defienda las demandas 'legítimas' de los manifestantes.

'El bombardeo contra la población civil es lo que me ha hecho unirme a la revolución, nunca imaginé que íbamos a llegar a disparar contra la gente', dijo en una grabación difundida por el canal qatarí, con uniforme y sentado en la mesa de lo que parece ser su despacho 

Yunis aseguró además que la Libia de Gadafi, 'se ha desmoronado' y que el régimen ha 'traicionado a la revolución'. 'Expreso mi fe en las demandas del pueblo y en su legitimidad', dijo el general y subrayó que 'las Fuerzas Armadas deben estar al servicio de la gente'. Yunis era uno de los más estrechos colaboradores de Gadafi y formaba parte del movimiento de los entonces coroneles que, junto a él, llevaron a cabo un golpe de Estado para acceder al poder en 1969.

Yunis se une a Mustafá Abul Jalil, el ministro de Justicia libio que presentó su dimisión ayer por  'el uso excesivo de la fuerza contra los manifestantes', y a la cadena de dimisiones de varios diplomáticos que se han rebelado contra el régimen.

'Nunca imaginé que íbamos a llegar a disparar contra la gente'

Uno de los primeros en renunciar fue el embajador de Libia ante la Liga Árabe, Abdel Moneim al Honi. Hoy mismo, la Liga Árabe anunciaba además la expulsión de Libia de la organización.  A este le siguió Alí al Essawi, embajador en India, que renunció a su cargo y pidió a las potencias internacionales que ayudaran a la población contra la represión del régimen. Hizo lo propio un alto diplomático libio en China, mientras que las embajadas de Malasia, Indonesia, Reino Unido y Pekín criticaban con dureza las tácticas del régimen.

Desde la ONU, los diplomáticos libios alzaban la voz contra el dictador. Ibrahim Dabbashi calificaba los ataques de 'genocidio' y auguraba que 'si Gadafi no renuncia, el pueblo lo derrocará'. Las mismas críticas llegaban desde EEUU por parte del ministro de Estado de Emigración, Ali Errichi, que en los micrófonos de Al Jazeera exigió la dimisión de Gadafi.

Por último, el embajador libio en EEUU, Ali Aujali, que ya ayer lanzó ataques contra las autoridades libias, anunció esta mañana su dimisión porque no puede 'seguir representando el régimen dictatorial' de su país. Asimismo también han renunciado los jefes de de las misiones libias en Estados Unidos, Polonia, Indonesia, Australia y Malasia.

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