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La división entre los grupos rebeldes sirios se agudiza tras fracasar la fusión con la rama de Al Qaeda

Una guerra abierta entre Nusra y Ahrar al-Sham complicará todavía más un conflicto que ya dura cinco años

Miembros del del grupo islamista rebelde Jabhat al-Nusra posan sobre un tanque capturado a las fuerzas sirias en el norte de la provincia de Idlib. REUTERS

Mariam Karouny / REUTERS

BEIRUT.- En una reciente reunión el líder de la rama de Al Qaeda en Siria trató sin éxito de convencer a facciones islamistas rivales para fusionarse en un solo grupo, según informaron varias fuentes de la insurgencia. Abu Mohamad al-Golani, líder del Frente Nusra (Jabhat al-Nusra), llegó a sugerir que estaba dispuesto a cambiar el nombre de su grupo si los demás, entre ellos la poderosa organización Ahrar al-Sham, aceptaban el acuerdo, añadieron las fuentes.

Sin embargo, dejó claro que Nusra no cortaría sus lazos con al Qaeda y mantendría su lealtad a Ayman al-Zawahri, que asumió el liderazgo después de que el ejército de Estados Unidos matara a Osama bin Laden en 2011. En la reunión, que tuvo lugar según las fuentes hace aproximadamente 10 días, había mucho en juego.

Nusra y Ahrar al-Sham son los grupos más poderosos del norte de Siria: cuando se asociaron el año pasado temporalmente con otros islamistas en una alianza llamada Ejército de Fatah, los rebeldes consiguieron una de sus principales victorias, la captura de la ciudad de Idlib.

Algunos rebeldes consideraban que la fusión crearía un rival más fuerte de Estado Islámico y podría atraer el tan necesitado apoyo militar y reconocimiento por parte de los poderes regionales e internacionales.

Sin embargo, los líderes no llegaron a ningún acuerdo y las fuentes declararon que el ambiente fue tenso en la reunión, de cuyo fracaso Nursa culpó a Ahrar al-Sham.

La capital de la provincia siria de Idlib en poder de Jabhat al-Nusra. REUTERS

La capital de la provincia siria de Idlib en poder de Jabhat al-Nusra. REUTERS

Unos días después varios miembros de los dos grupos se enfrentaron en las ciudades Salqin y Harem, en la provincia de Idlib, cerca de la frontera con Turquía. Murió un gran número de combatientes en ambos bandos, pero otros grupos insurgentes negociaron un rápido alto el fuego.

Fuentes yihadistas, incluidas algunas de Ahrar al-Sham, dijeron que solo es cuestión de tiempo que estalle una nueva batalla entre ambos. También añadieron que la brecha es cada vez más profunda, aunque la mediación continúa. Un elemento a favor de la contención ha sido un ataque inminente del ejército sirio y sus fuerzas a liadas al noroeste de Siria.

Combatientes de Jabhat al-Nusra, en Aleppo. REUTERS/HOSAM KATAN

Combatientes de Jabhat al-Nusra, en Aleppo. REUTERS/HOSAM KATAN

"La situación está cargada, el fracaso de las iniciativas podría causar un estallido", dijo un yihadista en Idlib cercano a los dos grupos. "Lo que ha ocurrido solo evitó un conflicto total, una batalla total. Pero será difícil decir lo que va a pasar en el futuro".

Una guerra abierta entre Nusra y Ahrar al-Sham complicará todavía más el conflicto en Siria, que ya dura cinco años, en el que se multiplican los grupos rebeldes bajo diferentes consignas, luchando a veces entre sí. 

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