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El duelo entre Merkel y Steinbrück, última esperanza del SPD

El debate televisivo de este domingo entre la canciller alemana y su principal adversario es la última oportunidad de la oposición socialdemócrata para dar la vuelta a unas encuestas con 15 puntos en contra.

EFE

El duelo televisivo de la noche de este domingo entre la canciller alemana, Angela Merkel, y su principal contendiente en las elecciones generales del 22 de septiembre, Peer Steinbrück, es, para muchos, la última esperanza de la oposición socialdemócrata para darle la vuelta a las encuestas.

Todos los sondeos de opinión ven al partido de Merkel, la Unión Cristianodemócrata (CDU), sumado a su ala bávara, la Unión Socialcristiana (CSU), más de 15 puntos por encima del Partido Socialdemócrata (SPD).

Esa constelación, sin embargo, no implica necesariamente que Merkel pueda continuar la coalición con su actual socio, el Partido Liberal (FDP).

Los mismos sondeos apuntan a un final reñido entre un bloque formado por la CDU/CSU y el FDP y otro representado por el SPD, Los Verdes y Die Linke (La Izquierda), una formación resultante de una fusión entre postcomunistas y disidentes socialdemócratas.

La fórmula más probable sería la gran coalición entre CDU/CSU y SPD, que gobernó Alemania entre 2005 y 2009.

 El SPD y Los Verdes han descartado reiteradas veces una posible coalición con La Izquierda, con lo que -pese a quedarse sin mayoría para su alianza actual- Merkel, como líder del partido más votado, podría formar gobierno buscando otros socios.

La fórmula más probable sería la repetición de la gran coalición entre CDU/CSU y SPD que gobernó Alemania entre 2005 y 2009.

Dada la situación de los sondeos, lograr evitar la mayoría para la actual alianza de gobierno y forzar una nueva gran coalición sería un éxito para el SPD.

No obstante, Steinbrück ha descartado participar en una alianza de ese tipo y su meta sigue siendo una alianza con Los Verdes. Cuando se le confronta con las encuestas entonces recuerda el gran número de indecisos, algunos sondeos hablan del 50% de los electores, a los que ve como su gran basa.

Por ello, para Steinbrück el debate de esta noche es clave y no en vano, de cara al mismo, presentó la semana anterior su programa para los primeros 100 días de gobierno que fue visto como una especie de pistoletazo para la recta final de la campaña.

Steinbrück viene procurando marcar diferencias ante Merkel, sobre todo en lo relativo a la política social. Merkel, en cambio, tiende a ignorar a su rival, a quien ni siquiera suele mencionar en sus discursos cuando formula ataques contra la oposición.

El duelo frente a frente transmitido simultáneamente por cuatro cadenas de televisión distintas y ante las preguntas de cuatro periodistas es la posibilidad de Steinbrück de que se establezcan comparaciones directas.

La ventaja de Steinbrück en el duelo puede estar en que la gran mayoría espera que Merkel lo gane. Ante ello, el candidato puede resultar mejor de lo que muchos esperaban y la canciller puede decepcionar.

En todo caso, es de esperar que el candidato será quien esté al ataque mientras que Merkel seguramente procurará desviar la atención de la confrontación con su rival para hablar de los retos de la próxima legislatura con la actitud de quien ya se siente reelegida.

Los duelos televisivos de los candidatos a la cancillería son relativamente recientes en Alemania. Helmut Kohl, durante los 16 años que estuvo en la cancillería (1982-1998) siempre se negó a ellos.

Su sucesor, Gerhard Schröder a quien muchos llamaban el 'canciller de los medios', en cambio, aceptó el reto de medirse en 2002 con Edmund Stoiber y en 2005 con la propia Merkel.

Merkel continuó la tradición y, después de enfrentarse a Schröder en 2005, se midió hace cuatro años a Franck-Walther Steinmeier y ahora tendrá a Steinbrück como contendiente.

Los partidos pequeños han sido desde el comienzo críticos con los duelos televisivos entre los candidatos a la cancillería de los dos grandes partidos por considerar que se trata de una institución contraria a una democracia parlamentaria y más propia de una democracia presidencialista como la de Estados Unidos.

A eso se agrega que Alemania es un país en el que las mayorías absolutas son raras por lo que casi siempre -la única excepción fue la segunda legislatura de Konrad Adenauer- ha habido gobiernos de coalición. Ello hace que muchas veces sean los partidos pequeños los que deciden quien será el canciller.

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