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Una economista hija de obreros del Ruhr

Hannelore Kraft levantó el SPD renano cuando ningúnhombre se atrevía a dirigirlo

T. SCHÄFER

En 2007, el antaño poderoso Partido Socialdemócrata alemán estaba hecho añicos en su feudo tradicional de Renania del Norte-Westfalia, como también en el resto del país. Dos años antes había perdido el poder en Düsseldorf tras 39 años y Gerhard Schröder fue derrotado en Berlín, lo cual dio lugar a la gran coalición. Nadie en el SPD, ningún hombre, se atrevía a tomar las riendas de la mayor agrupación socialdemócrata del país. Sólo quedaba una mujer rubia y peleona pero bastante desconocida incluso en su tierra.

La carrera política de Hannelore Kraft ha sido atípica. Nacida de padres obreros en Mühlheim, en la Cuenca del Ruhr, el corazón industrial de Alemania, Kraft tuvo que luchar duro para conseguir el bachillerato y estudiar la carrera de Economía, incluyendo un año en Londres. Luego trabajó como consultora de empresas. 'Sin el SPD no hubiera podido tener esta educación', reconoció esta mujer casada con un ingeniero y madre de un hijo.

A pesar de tener la biografía perfecta para una socialdemócrata, Kraft sólo se hizo militante del partido con 33 años, en 1994. Su carrera fue meteórica. En 2000 consiguió el acta de diputada regional en Düsseldorf y poco después la hicieron ministra de Europa y luego de Ciencias en los gobiernos liderados por el SPD en Düsseldorf.

Tras la derrota en 2005, asumió la portavocía del grupo parlamentario. Las cosas iban a empeorar y en las elecciones generales de septiembre pasado el SPD obtuvo su peor resultado en Renania con el 28,5%. Nadie daba un duro por esa mujer de 48 años. 'Podemos recuperar el poder en Düsseldorf', declaraba, algo que le ganaba muchas sonrisas. Estas voces subestimaron el carácter ambicioso de Kraft que en su juventud fue campeona regional de balonmano.

Pero gracias a su manera directa y campechana de hablar, típica de la gente del Ruhr, ha conseguido superar a su rival Jürgen Rüttgers, que parecía imbatible, en popularidad y especialmente en cuanto a credibilidad, según los sondeos.

Ahora tiene abiertas las puertas del Gobierno, lo cual catapulta a la vicepresidente federal del SPD a la primera fila de la política alemana. 'Siempre me he marcado objetivos realistas', comentaba Kraft hace días. No se ha equivocado.

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