Este artículo se publicó hace 16 años.
Ecuador vota hoy la nueva Constitución
Los sectores empresariales y la influyente Iglesia católica piden el ‘no’ en el referéndum
Ecuador decide hoy cuál será su modelo político y económico para el siglo XXI. El país andino celebra un referéndum constitucional que, en palabras del presidente Rafael Correa, debe poner fin "a la triste y larga noche del neoliberalismo".
Pero el optimismo inicial mostrado por los partidarios del cambio tras la engorrosa e interminable Asamblea Constituyente, se ha encontrado con una campaña repleta de obstáculos. Los más importantes están encabezados por los sectores empresariales de Guayaquil y, sobre todo, por la influyente Iglesia católica.
"El texto es una hermosa tarta con gotas de cianuro", aseguró un obispo en una de las tres multitudinarias misas populares organizadas por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) en apoyo del no en el referéndum.
El veneno al que se refiere la jerarquía eclesiástica son los espinosos artículos constitucionales sobre el matrimonio, la libertad sexual y la planificación familiar para un país donde el 65% de los ciudadanos asegura ser fervientemente religioso.
Durante las dos últimas semanas, la CEE ha ido incrementando su presión a la nueva Carta Magna hasta hacer asfixiante la campaña favorable que ha liderado Correa. En opinión de los obispos, el texto "es una burla para los ecuatorianos" y abre las puertas a los matrimonios homosexuales y al aborto.
"Estos aspectos son inaceptables para una conciencia cristiana", dijo el presidente de los obispos ecuatorianos, Antonio Arregui, dos días antes del fin de la campaña.
El enfrentamiento eclesiástico al proyecto constitucional es absoluto. El ex presidente de la CEE, Néstor Herrera, afirmó hace dos días que, "si Correa busca guerra, lamentablemente tendremos que darle guerra". Los evangelistas, que movilizan al 20% de los ecuatorianos, pidieron que no se acate un hipotético triunfo del sí.
Disturbios en la universidad
El primer efecto de estos dardos fueron los disturbios registrados durante un mitin que los partidarios del sí celebraron en la Universidad Católica de Guayaquil en agosto.
Hubo varios heridos y una explosiva declaración del presidente ecuatoriano afirmando que "grupos extremistas pretenden extender la misma situación que la que se vive en el departamento boliviano de Santa Cruz".
El ex presidente de la Asamblea Constituyente, Alberto Acosta, un economista con gran carisma en el país, respondió a las acusaciones de la CEE que "hasta tres artículos de la nueva Constitución recogen que el Estado es el garante de la vida humana desde la concepción pero también que existe el derecho a tomar decisiones libres sobre salud reproductiva y a decidir cuándo y cuántos hijos tener".
Desobediencia civil
La oposición empresarial de la rica Guayaquil, que lidera su alcalde, el conservador Jaime Nebot, no descartó que, si triunfa el cambio, "promovamos una consulta popular" en esa ciudad portuaria.
Para Nebot, ideólogo de un manifiesto contrario al referéndum, "tributaremos lo indispensable y la propiedad privada es intocable, al igual que el dólar como moneda nacional".
Además, acusó a Correa de seguir en la senda "autoritaria de Hugo Chávez y Evo Morales". Sin embargo, las encuestas le dan la espalda.
Dependiendo de las fuentes consultadas, todos los sondeos publicados esta semana reflejan que entre el 54 % y el 57% de los ecuatorianos están dispuestos a votar hoy a favor de la nueva Carta Magna.
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