El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, volvió a plantear el pasado fin de semana la nacionalización de sectores clave de su economía, como el de la minería y el petróleo. 'Completaremos la meta de tener a sectores estratégicos en manos del Estado', dijo Correa el pasado sábado (madrugada del domingo en España), en el transcurso de una rueda de prensa conjunta con su homólogo venezolano, Hugo Chávez.

Correa y Chávez, que han dedicado el fin de semana a evaluar proyectos conjuntos, expresaron su satisfacción por la recuperación del precio internacional del petróleo, que es vital para la economía de ambos países.

Durante sus dos años en el poder, Correa ha mantenido una dura pugna con las compañías petroleras y mineras que operan en el país para lograr nuevos contratos más favorables al Estado.

Entre esas empresas está la española Repsol YPF, que hace apenas tres meses firmó un principio de acuerdo para modificar su contrato de operación en el país andino y extenderlo seis años más, hasta 2018. Ese acuerdo, que está pendiente de formalizarse a lo largo de este año, convertirá a Repsol en una empresa prestadora de servicios en el país. Uno de los puntos en discusión es qué porcentaje de las ganancias del pozo que opera Repsol se quedará el Estado. A lo largo de este año, bajará, de forma transitoria, del 99% ordenado por Correa al 70%.

Para Repsol, Ecuador es insignificante desde el punto de vista de las reservas. A cierre de 2008, el país, en el que el año pasado la empresa no realizó ningún sondeo exploratorio, apenas representaba un 0,5% del total de reservas. El año pasado, la compañía vendió su red de gasolineras (123 establecimientos) y sus negocios de lubricantes y aviación en Ecuador. Ingresó 32 millones de euros.

El ministro venezolano de Petróleo, Rafael Ramírez, dijo este domingo que el mercado del crudo adolece de 'sobreoferta', aunque cree que es pronto para saber si la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), a la que pertenece Venezuela, decidirá recortar su producción en su reunión del próximo jueves en Viena. Otros miembros del cártel, que controla el 40% de la producción y el 70% de las reservas, sí apoyan recortar el bombeo para intentar elevar los precios, que han subido un 86% desde finales de 2008 y que la semana pasada tocaron su máximo de 2009, aunque están muy lejos de los de hace un año.

Libia ve un 50% de posibilidades de que se produzca esa decisión, que el ministro ecuatoriano de Petróleo, Derlis Palacios, no comparte. 'No creo que sea necesario', dijo Palacios, cuyo país también pertenece a la OPEP. Los países consumidores, reunidos este domingo en la cumbre de Energía del G-8, urgieron a los productores a mantener los precios estables para no perjudicar a la frágil recuperación económica.