Las autoridades penitenciarias de Florida (EEUU) han ejecutado al reo de origen cubano Manuel Valle, después de pasar más de tres décadas en el corredor de la muerte por el asesinato de un policía en 1978.

Valle, de 61 años, fue ejecutado mediante una inyección letal en la Prisión Estatal de Florida, en el norte del estado, después de que el Tribunal Supremo de EEUU rechazara atender los recursos presentados. El reo se ha convertido en el primer preso en Florida a quien se le administró un nuevo fármaco en la inyección letal que los abogados del prisionero cuestionan por considerar que su uso podría causarle dolor. Florida sustituyó el tiopentato de sodio por pentobarbital y la defensa de Valle alegaba que ese anestésico era un castigo 'cruel e inusual'.

La familia del policía asesinado, Louis Peña, dijo en un comunicado que sentía un gran alivio porque 'después de 33 años se ha hecho justicia finalmente para Louis y nuestra familia'.'Todos estamos aquí hoy porque Valle, quien estaba en libertad condicional conduciendo un automóvil robado con una identificación falsa, no quería regresar a la cárcel', dijo la familia.

España intercedió para que se anulara la ejecución de Valle, quien aparentemente tenía ascendencia española. La cónsul general de España en Miami, Cristina Barrios, solicitó al gobernador de Florida la suspensión de la ejecución por ser miembro de la Unión Europea , Barrios explicó que en el caso de su país se hizo la petición como un 'asunto de principios' porque la Constitución española es contraria.'

'Incluso personalmente le he trasladado al gobernador Scott nuestra preocupación. Hemos hecho las gestiones con las personas adecuadas que podían influir en un cambio de decisión, hemos enviado también una petición de nuestra ministra de Exteriores para intentar cambiar la posición del estado de Florida', precisó Barrios.

Manuel Valle viene a engrosar la lista de ejecuciones en EEUU, de actualidad tras la condena de Troy Davis. Después de 20 años en el corredor de la muerte, fue ejecutado el pasado 21 de septiembre a pesar de los llamamientos de clemencia y las dudas que pesaban sobre su condena. 

La defensa de Davis, agotó todas las vías posibles ante los tribunales. El caso suscitó una gran campaña mundial alentada por Amnistía Internacional, que consiguió recoger un millón de firmas en protesta. Además, la organización entregó más de 630.000 cartas en las que se pedía a la Junta la suspensión de la ejecución.