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EEUU prepara la división de Siria en dos estados: al norte y al sur

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

Mientras la guerra sigue desangrando Siria y las potencias occidentales discuten qué hacer con el país, la última idea que se baraja vuelve a ser la de una partición, no en tres o cuatro minipaíses (sunníes, kurdos, alawíes y drusos) como se sugirió anteriormente, sino en dos mitades, la Siria del Norte y la Siria del Sur.

Según dos expertos, esta es la idea que predomina estos días en Washington. El profesor Joshua Landis y el historiador Farid Zakaria creen que Estados Unidos, harto de una guerra que no conduce a ninguna parte, está preparando la división con Alepo como capital de la Siria del Norte y Damasco, de la Siria del Sur.

La idea no es muy original puesto que las 'primaveras árabes' y la intervención militar occidental ya han fracturado de facto otros Estados de la región como Afganistán, Irak o Libia. En el caso de Siria también existe una división real, un mosaico indigerible donde operan alrededor de un millar de milicias de todo tipo, principalmente islamistas.

'El intento americano de construir en Irak un Estado laico ha fracasado estrepitosamente', dice Joshua Landis, y en Siria está ocurriendo algo parecido, aunque el régimen de Bashar al Asad mantiene el control de casi la mitad del país. La interconfesionalidad precaria pero firme que impulsaba el partido Baaz en Irak y Siria se ha desmontado como consecuencia de la intervención extranjera y las 'primaveras árabes'.

Las 'primaveras árabes' y la intervención militar occidental ya han fracturado otros estados de la región

Tanto en Siria como en Irak la gente no está dispuesta a convivir con gente de otras confesiones o etnias y esta circunstancia reaccionaria ha sido sencillamente una consecuencia de las 'primaveras árabes' y de las visiones idealistas de los ideólogos neoconservadores que desde sus despachos en Washington prometieron llevar la democracia a Oriente Próximo.

La Siria del Norte estaría bajo la influencia de Turquía y el patronazgo de los países sunníes del Golfo Pérsico, y contaría con la bendición política y militar de Estados Unidos. La Siria del Sur estaría bajo la influencia y el patronazgo de Irán contando con el respaldo de Rusia, dice Landis.

Esta división presenta el problema de que para Israel es inaceptable tener en otra de sus fronteras a Irán, máxime cuando ya tiene al norte a Hizbola, cuyas milicias cuentan con el apoyo militar de Teherán. Pero por otra parte, la partición de Siria sería beneficiosa para Israel en la medida en los nuevos países quedarían muy debilitados.

'El pueblo sirio está más dividido que nunca' La aviación israelí bombardeó recientemente varios objetivos en el área de Damasco. Es la tercera vez que ocurre un ataque de este tipo en lo que va de año. En medios políticos locales se interpretaba anoche que el motivo del bombardeo es político y puede marcar el inicio de la campaña electoral en Israel.

Según Landis, ahora mismo no se vislumbra otra salida que no sea la de dos Estados con dos ejércitos y dos pasaportes diferenciados. Turquía vería con buenos ojos esta partición aunque el objetivo que ha tenido desde el principio es la caída de Bashar al Asad y el establecimiento en toda Siria de un estado 'democrático' de orientación islamista, algo que no acaba de agradar a Estados Unidos después de la amarga experiencia egipcia.

La Administración Obama está dividida respecto a la estrategia a seguir

Se da la paradoja de que cuando comenzaron las protestas en la ciudad de Deraa a principios de 2011, la consigna más coreada por los manifestantes era la de la unidad del pueblo sirio. Tres años después el pueblo sirio está más dividido que nunca y ya se habla abiertamente de la partición.

Con toda seguridad serán las potencias extranjeras, que son las que están financiando la guerra, las que decidan el futuro de Siria en función de sus propios intereses en la región. Estados Unidos es quien lleva la voz cantante pero en Washington hay división de opiniones acerca de cuál es la mejor estrategia a seguir.

El diario Al Hayat ha citado a funcionarios americanos que dicen que existen 'diferencias radicales' entre el departamento de Estado y la Casa Blanca. Mientras el equipo de John Kerry es partidario de una implicación militar decisiva en Siria, los asesores del presidente Barack Obama ven con aprensión la posibilidad de enredarse de manera indefinida en ese frente, como ya ocurrió con anterioridad en Afganistán e Irak.

Aunque la Casa Blanca y el departamento de Estado están de acuerdo en que la estrategia actual ha fracasado estrepitosamente, las diferencias están en lo que se debe hacer a partir de ahora. Este es un problema que deben resolver los americanos entre ellos y sólo entonces se verá qué dirección sigue el conflicto y si se considera seriamente la partición.

Mientras tanto, siguen adelante las declaraciones de circunstancias, como las de John Kerry, que ha acusado al régimen de Damasco y al Estado Islámico de colaborar y haber pactado un acuerdo de no agresión. Sus palabras llegan apenas unos días después de que el Estado Islámico decapitara a decenas de soldados sirios delante de las cámaras de televisión.

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