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Elecciones 26M La doble cara de las elecciones europeas: más control sobre el doble voto y hundimiento del voto exterior

Ni españoles residentes fuera ni europeos dentro del país están satisfechos con el sistema de votación, con la comunicación ni con las garantías que ofrece.

Papeletas electorales. Europa Press

Mireia Domènech i Bonet

La noche electoral europea de mayo de 2014, un caso muy particular sorprendió a la opinión pública alemana. En un debate televisivo de análisis el jefe de redacción del prestigioso semanario Die Zeit, Giovanni de Lorenzo, aseguró haber votado doble: como italiano en su consulado y como alemán en urna. Aquello cambió para siempre el planteamiento de las autoridades alemanas para las futuras citas europeas. El doble voto es un tipo de fraude electoral, con multas y penas de cárcel en la mayoría de países, hasta de tres años en España. Un ciudadano europeo no tiene porque poder votar dos veces pese a tener dos pasaportes, pues su voz contaría el doble que el de cualquier conciudadano. Pero puede seguir pasando hoy.

Objetivo: detectar el fraude electoral

A raíz del informe Hübner y Leinen del Parlamento Europeo, el año pasado el Consejo aprobó varias medidas para evitar el doble voto. De los 512 millones de europeos, unos 17 millones, provienen de uno de los 28 Estados miembros y residen o trabajan en otro, equivalen a la población de Holanda. Siguen votando en su país de origen, pero manifestando su voluntad expresa pueden pasar a votar en su país de residencia para las europeas y las municipales.

"Nosotros lo hacemos con los españoles inscritos en el CERA que han manifestado la intención de votar", señala el INE

El intercambio de datos entre el INE y las autoridades equivalentes en otros países de la UE se ha reforzado desde hace unos meses con una herramienta criptográfica. "Se comunica a cada país quienes son las personas extranjeras residentes que han optado por votar en España y corresponde al país receptor establecer un mecanismo para que no voten allí. Nosotros lo hacemos con los españoles inscritos en el CERA que han manifestado la intención de votar. Lo enviamos a las Juntas Electorales Provinciales que son las que hacen el escrutinio para que si alguno hubiera votado allí también se anule el voto", informan desde el INE. Las instrucciones del voto rogado español sí incluyen una referencia inicial, para quien las lea antes de emitir el voto, pero por algún motivo no se hace pedagogía desde los consulados. "No participan de ello", se limitan a aclarar desde el INE.

El doble voto de los residentes al exterior parece controlado. Pero en el caso de quien tiene doble nacionalidad sigue habiendo un cierto ángulo muerto. Desde Alemania, donde trabaja como traductora, M.R. recibió las dos tarjetas censales.

“Realmente si no te informas por tu cuenta puedes estar incurriendo en el fraude por puro desconocimiento", asegura M.R.

"Realmente si no te informas por tu cuenta puedes estar incurriendo en el fraude por puro desconocimiento. Tengo dos pasaportes y recibo dos tarjetas censales para ir a votar. ¿Por qué no me hacen escoger o no me informan de que es ilegal en el caso español como se hace en Alemania? Tampoco tengo claro que se tenga controlado a todo el mundo. En la gran mayoría de países europeos puedes adquirir el apellido de la pareja al casarte, con lo que los datos oficiales cambian de un país a otro". Un censo único europeo acabaría de resolverlo, pero difícilmente los Estados cederán la soberanía sobre sus datos.

¿Caciquismo consular?

"Fui a votar y en mi consulado me quisieron hacer abrir el sobre de votación dirigido a la junta provincial y que añadiera mi nombre como remitente. Tuve que discutirme, pues no lo ponía en ningún sitio. ¿Dónde queda el anonimato de mi voto entonces?, pregunté. Fue absurdo. Y claro, no podía acudir a nadie más, casi nunca hay apoderados ni interventores. Estamos a la merced de las decisiones de los cónsules y funcionarios. Y si se enfadan contigo, a saber dónde acaba tu sobre alguna de las noches siguientes".

"Fui a votar y en mi consulado me quisieron hacer abrir el sobre de votación dirigido a la junta provincial y que añadiera mi nombre como remitente", explica María F.

Es el relato de María F., una madrileña afincada en Miami indignada por la experiencia del 26 de mayo. Y es que la inscripción en el registro y la gestión del voto exterior emitido depende exclusivamente de la red consular del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC). Los votos llegados por correo o en urnas se acumulan durante días sin ningún control externo hasta su envío por valija diplomática.

Desde Marea Granate, Berta Bruguete denuncia la falta de transparencia y de información en la mayoría de consulados y embajadas. "Tienen todos nuestros datos, los mails y teléfonos. Pero no los usan de manera proactiva para informar de novedades cruciales como la ampliación del período de votación. Algunos consulados son eficientes pero en otros pasan cosas increíbles como que se reinterpreta la ley electoral según un funcionario o un cónsul y no hay nadie más a quién acudir, deciden quien se inscribe y quién no, quien vota y quien no. Se están vulnerando derechos, y esta indefensión de los ciudadanos hace que acaben desistiendo de votar".

El censo de españoles con derecho a voto que residen fuera sobrepasa ya los 2,1 millones de ciudadanos. La cifra no para de crecer a la vez que sigue en declive la del voto exterior. Sólo el 5,74% (120.786) rogaron el voto para el 26 de mayo frente al 8,7% del 28 de abril. El voto exterior del 26 de mayo se escrutó en cada provincia el pasado 29 de mayo pero el margen para hacerlo público es de 40 días. El resultado dependerá de cuántos votos se emitieron finalmente, cuántos llegaron a tiempo a consulado, y cuántos son escrutados, no todos los datos son públicos. En esta ocasión han coincidido dos citas electorales seguidas, plazos solapándose entre ambas, obstáculos acumulados que siguen desincentivando el voto exterior.

Opacidad máxima en el consulado de Zurich

Tras Alemania (con 19.077), Francia y el Reino Unido, Suiza es el cuarto país en el que más españoles habían rogado el voto para estas elecciones, más de 9.000 personas que habían vuelto a rogar el voto para el 26 de mayo. "Acabo de tener un hijo pero he podido venir a votar en persona esta vez. Aunque hay que decir que el sistema es arcaico. Algo tendrán que cambiar en el siglo XXI", afirma Adelaida a la salida del consulado de Zurich. "Vengo, dejo mi voto, pero luego nadie me confirma que se recontará. Hay que tener fe para seguir insistiendo, sólo votamos los militantes", afirma David, un investigador universitario que se niega a desistir.

"Vengo, dejo mi voto, pero luego nadie me confirma que se recontará. Hay que tener fe para seguir insistiendo, sólo votamos los militantes", afirma David

Esta periodista intentó hacer el seguimiento de la jornada electoral durante la mañana en el consulado de Zurich. Pero pese al consentimiento del servicio de prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, el cónsul Juan Carlos Gafo se lo negó el mismo día tras hacer esperar su decisión tres horas fuera del consulado. Al llegar a las 14.00 horas, hora de cerrar, mandó a un funcionario para trasladar que no había aparecido en ninguna lista, ni se daría ninguna información sobre los tipos de incidencia ni participación. No se podía hablar con la prensa porque el cónsul así lo había decidido, "aunque haya autorización del propio ministerio por escrito" destacó el canciller.

De hecho esta no es la primera polémica alrededor de Juan Carlos Gafo. Militar y diplomático licenciado en derecho, saltó a la fama en julio de 2013 con su tuit "Catalanes de mierda. No se merecen nada", cuando era adjunto de la Marca España dedicada la promoción exterior. El entonces ministro, José Manuel García-Margallo lo destituyó a las pocas horas. Pasaría un año fuera del foco público bajo el paraguas del MAEC antes de volver a primera línea. Fue premiado con el consulado general de España en Melbourne antes de aterrizar en Zurich hace unos pocos meses. Se suma pues a su polémico currículum la vulneración del derecho a la información y la toma de decisiones por encima del área de comunicación del propio Ministerio del cual depende.

Barcelona, la excepción para los europeos que votan en España

Para el 26 de mayo, Barcelona puso en marcha una campaña ambiciosa desde otoño pasado para animar a la participación para las elecciones europeas y municipales. Han logrado incrementar para aquellos extranjeros que pueden votar en dichos comicios, no sin dificultades y quejas.

"Parecía más propaganda electoral que un aviso para participar en el 26 de mayo", declara Hans G.

Hans G. vive y trabaja en una empresa tecnológica de la ciudad. "Recibí una carta en diciembre pasado. Estaba firmada por la alcaldesa. Parecía más propaganda electoral que un aviso para participar en el 26 de mayo votando para la ciudad y las europeas, la verdad. Incluso venía con un folleto en alemán. Pero fue imposible inscribirme online, y eso que me dedico a este sector. Me inscribí en papel como en los viejos tiempo y apuntándome en fechas navideñas, pero pude votar".

En otras ciudades, la queja general fue la falta de información. "Me dijeron que me tenía que haber apuntado por Navidad para votar ahora, en mayo. Estos plazos son absurdos. Para pagar multas sí que me encuentra el ayuntamiento, pero a la hora de votar se ve que no, y encima había que hacerlo hace 6 meses", se queja con indignación Leo, un italiano residente en Alicante.

"El INE es quien gestiona el censo electoral, marca las normas, cómo se inscriben, qué campañas, pone los plazos. Nosotros en esta ocasión desde Barcelona quisimos incrementar la participación organizando una campaña extraordinaria aprovechando que coincidían municipales y europeas, y contamos con fondos europeos para implementarla" señala Ramon Sanahuja, director de servicios de atención y acogida a inmigrantes del Ayuntamiento de Barcelona.

En la ciudad están empadronados 32.350 italianos, 14.158 franceses, 7.552 británicos y 6.971 alemanes, según datos del consistorio. El INE estipuló que el registro en el Censo Electoral para Ciudadanos Extranjeros sería del 30 de noviembre al 30 de enero. Y pese a las múltiples quejas por el sistema de inscripción y las fechas escogidas, en el caso de Barcelona los resultados fueron espectaculares: "Hemos incrementado del 50% la inscripción al censo, mientras que en el conjunto de España la variación del 0,5%. Queda mucho por hacer aún", afirma Sanahuja satisfecho.

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