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Un equipo de 'hackers' israelís, acusado de haber manipulado más de treinta elecciones en todo el mundo

Tal Hanan es el empresario que capitaneaba el grupo y presume del ciberataque que sufrió la Generalitat de Catalunya durante la consulta independentista del 9-N en 2014.

Imagen de archivo de Artur Mas, presidente de la Generalitat de Catalunya durante la consulta del 9-N que se celebró en 2014.
Imagen de archivo de Artur Mas, presidente de la Generalitat de Catalunya durante la consulta del 9-N que se celebró en 2014. Marc González / Europa Press

Un equipo de contratistas israelís asegura haber manipulado más de una treintena de elecciones en todo el mundo con herramientas de piratería, sabotaje y desinformación automatizada. Según ha destapado una investigación de la organización de periodistas Forbidden Stories, en la que han participado medios como El País, Le Monde o The Guardian, Tal Hanan sería el cabecilla de la unidad. El individuo, un exsubcomandante del Ejército de Israel, se escondía bajo el seudónimo de Jorge.

El empresario, vinculado a la consultora británica Cambridge Analytica, acusada de haber utilizado información de millones de usuarios de Facebook para influir en la victoria de Donald Trump en 2016, ha trabajado para servicios de inteligencia y organismos internacionales de seguridad pública. Entre los múltiples procesos en los que habría metido mano, Hanan se ha atribuido el ciberataque que sufrió la Generalitat de Catalunya durante la consulta independentista del 9-N en 2014.

El grupo de hackers ha trabajado durante más de dos décadas en distintos territorios y sus miembros utilizaban un nombre en clave para desarrollar las operaciones: Equipo Jorge. La investigación revela cómo esta unidad ha trabajado para clientes corporativos de todos los continentes. Su dirigente se ha limitado a negar "cualquier irregularidad". 

Hanan y su comitiva ofrecían sus servicios de intervención "encubierta" a una amplia clientela: agencias de inteligencia, campañas políticas o empresas privadas que quisiesen manipular la opinión pública sin dejar huella. En uno de sus encuentros con potenciales interesados, el Equipo Jorge expuso su hazaña en Catalunya como ejemplo de buen hacer. En dicha operación los atacantes habían trastocado durante tres días varias páginas web y teléfonos de la Generalitat, fundamentalmente aquellos dispositivos utilizados para organizar la votación, aunque también asediaron los servicios policiales o de emergencias médicas. 

En su modus operandi era crucial la desinformación. Los hackers utilizaban las noticias falsas para filtrar documentos no contrastados y adulterar el debate político al antojo de sus clientes. En el caso de Catalunya, por ejemplo, han difundido multitud de contenidos que vinculaban sin fundamento el independentismo catalán con el Estado Islámico. El propio Hanan se presentaba como un especialista en la materia con 33 campañas presidenciales a sus espaldas.

Su equipo, integrado por expertos en redes sociales, finanzas y auténticos estrategas, asegura haber cerrado con éxito casi todos sus proyectos, con un porcentaje de aciertos que supera el 80%. El trabajo del conglomerado periodístico apunta al Ministerio de Defensa de Israel como parte intrínseca de algunas de las operaciones. 

Los servicios del Equipo Jorge cuestan, como poco, la friolera cifra de seis millones de euros. Hay campañas en las que la cuantía asciende a los 12 o 14 millones y los pagos se pueden hacer tanto en efectivo como mediante criptomonedas. Según la investigación, el grupo llevaría trabajando desde el cambio de siglo y habría llegado a impartir cursos a funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en España. El Ministerio del Interior ha negado cualquier contrato en el que figure la firma de esta empresa.

Aunque en su catálogo Hanan destaca su experiencia en Latinoamérica, África o Europa del Este, lo cierto es que Forbidden Stories no ha podido verificar todas las afirmaciones que se vertían en las reuniones con clientes a las que los comunicadores acudían de forma encubierta. No obstante, se cree que la unidad pudo haber maquillado su historial para alcanzar nuevos públicos e incluso inflar sus honorarios.

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