Este artículo se publicó hace 15 años.
Escocia recibe la primera propuesta de independencia
Los nacionalistas quieren un referéndum en un año, pero no tienen mayoría para convocarlo
El primer ministro escocés, Alex Salmond, inició ayer un camino hacia la independencia que se presupone repleto de obstáculos. Su partido, el nacionalista SNP, no tiene la mayoría absoluta en el Parlamento de Escocia, pero cree que ha llegado el momento de comenzar el proceso aunque tarde muchos años en culminarse con éxito.
Con ocasión del Día de San Andrés, fiesta nacional en Escocia, Salmond presentó un 'libro blanco' con sus propuestas. Su intención es celebrar un referéndum dentro de un año. Sus 47 escaños en un Parlamento de 129 le obligan a encontrar un socio que apruebe la convocatoria.
Por eso, la consulta no se limitará a pedir un sí o un no, sino que planteará cuatro escenarios: la independencia, mantener la situación actual, recibir algunas transferencias en la línea descrita por la Comisión Calman, que lleva un año y medio en funcionamiento, o reclamar casi todos los poderes de un Estado soberano, excepto Asuntos Exteriores y Defensa.
“El debate en Escocia ya no está entre el cambio y el no cambio –dijo Salmond–, sino en el tipo de cambio que queremos y el derecho de la gente a elegirlo en un referéndum libre”.
Rechazo de la oposición
La primera respuesta de los demás partidos fue negativa. Ni laboristas, el segundo partido de la Cámara con 46 escaños, ni conservadores creen prioritaria la consulta. Prefieren que la Comisión Calman, a la que los nacionalistas no han prestado hasta ahora mucho interés, concluya sus trabajos.
El líder laborista escocés, Iain Gray, dijo que el referéndum puede costar hasta 12 millones de libras y que el Gobierno de Salmond debería centrar sus esfuerzos en hacer frente a la recesión.
En la actual crisis económica, la opinión pública es reacia a la idea de cortar lazos con Londres. Según un sondeo de Ipsos Mori de la semana pasada, un 25% aprueba celebrar un referéndum en esta legislatura y sólo un 20% está a favor de la independencia.
El apoyo a la consulta era mucho mayor a principios de año. La crisis económica ha golpeado con especial dureza a Escocia, mucho más vulnerable económicamente que Inglaterra, y los votantes no se muestran favorables a decisiones drásticas.
El proceso de consultas que ha desembocado en el 'libro blanco' ha estado abierto durante dos años a la participación ciudadana. A pesar de la movilización nacionalista, alentada por la victoria de Salmond en las elecciones de 2007, sólo 15.000 personas tomaron parte en él.
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