La Eurocámara ha roto la neutralidad de la Unión Europea en torno a las expulsiones de cientos de ciudadanos en Francia como parte de la nueva política de seguridad de Nicolas Sarkozy.

Una resolución apoyada por los partidos de izquierda, liberal y verde expresó su 'profunda preocupación por las medidas tomadas por las autoridades francesas', que ponen como 'objetivo a los romaníes y nómadas facilitando su expulsión'.

La resolución pide además la 'suspensión inmediata' de las expulsiones de ciudadanos romaníes, exigiendo a la Comisión Europea y al Consejo, la institución de los 27 Gobiernos, a que hagan lo propio. 

El texto fue apoyado por 337 diputados, mientras que 245 se opusieron, fundamentalmente desde las filas del Partido Popular Europeo, que había presentado un texto propio en el que no se citaba a Francia.

Los conservadores europeos, que vieron cómo su resolución fracasó con 328 votos en contra, rechazaron tras el voto la 'lamentable explotación política de la comunidad romaní europea'. 

Un gran aplauso celebró el resultado de la votación, destinada además a presionar a la Comisión Europea para que investigue y denuncie a Francia, en caso de haber incumplido la legislación comunitaria.

Según la mayoría de la cámara, las expulsiones de ciudadanos de étnia gitana -fundamentelmente procedentes de Rumanía-, atenta contra las leyes europeas en materia de libertad de movimiento, uno de los pilares de la Unión Europea. El Ejecutivo comunitario es el encargado de velar porque no haya discriminaciones por motivos étnicos y porque las expulsiones se basen en pruebas y en un estudio caso por caso.

El martes, durante un tenso debate, una mayoría de grupos parlamentarios denunció en pleno la 'escandalosa caza de brujas' de la que es responsable Sarkozy, 'una desgracia para Europa', en palabras del líder liberal, Guy Verhofstadt.