Este artículo se publicó hace 2 años.
Un exministro georgiano condenado por torturas asesora a Ucrania en Europa para sancionar a Rusia por crímenes de guerra
La participación en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa de un exministro georgiano, sentenciado en su país por secuestro, torturas, abuso de poder y otros delitos, y actualmente asesor de la Fiscalía General de Ucrania, ensombrece la credibilidad del Gobierno de Kiev a la hora de perseguir a las autoridades rusas por crímenes de guerra.
El exministro de Justicia georgiano Zurab Adeishvili, prófugo y condenado en su país por delitos de corrupción y violaciones de los derechos humanos, formó parte de una reciente delegación ucraniana ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE). Esta misión de la Fiscalía General ucraniana participó en la votación de la PACE que condenó hace unos días la anexión rusa de territorios de Ucrania desde el comienzo de la invasión.
Adeishvili fue fiscal general, ministro de Justicia y también de Seguridad de Georgia entre 2003 y 2012. Formaba parte del círculo de confianza del expresidente Mijaíl Saakashvili y era considerado como una de las figuras políticas con más influencia en Georgia durante el tiempo en que ocupó esos cargos. Tras escapar de Tiflis, se acabaría refugiando en Kiev, donde recibió la nacionalidad ucraniana y empezó a asesorar al Gobierno de Volodímir Zelenski.
El pasado 13 de octubre, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) adoptó la resolución titulada "Nueva escalada en la agresión de la Federación Rusa contra Ucrania". En este documento se condenó la anexión por parte de Rusia de cuatro regiones ucranianas en el curso de la actual guerra (Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk) y se calificó al Kremlin como un "régimen terrorista".
La resolución de la PACE calificaba como preso político a Mijaíl Saakashvili
En esa resolución de la PACE también se acusó a Georgia de mantener en prisión al expresidente Saakashvili, al que el organismo europeo calificó de "preso político" y de quien demandó su liberación. Saakashvili fue presidente de Georgia en dos periodos, de 2004 a 2007, y desde 2008 a 2013. Abandonó el país y acabó en Ucrania, donde desde 2015 a 2016, tras recibir la nacionalidad ucraniana, fue gobernador de la región de Odesa.
Al retornar a Georgia, en 2021, Saakashvili fue detenido y encarcelado. Estaban en marcha una decena de causas penales contra el expresidente, entre las que constaban varios asesinatos, incluidas la muerte del que fuera primer ministro georgiano Zurab Shvania, la malversación de fondos y la tortura de opositores en las cárceles durante su mandato.
Los representantes del partido en el Gobierno en Georgia, Sueño Georgiano, se negaron a ratificar la resolución de la PACE por la adenda en la que se consideraba a Saakashvili como "preso político" .
"La Asamblea pide también la revisión de casos de otros presos políticos opuestos al presidente Putin, en la Federación Rusia y en otros países, y su puesta en libertad (incluido Mijaíl Saakashvili, ciudadano ucraniano y expresidente de Georgia)", señalaba la resolución.
Exministro georgiano y hombre fuerte de Saakashvili, asesor de Fiscalía ucraniana
El estupor georgiano se convirtió en ira al comprobar dos días después que, entre los miembros de la delegación ucraniana ante el Consejo de Europa, aparecía Adeishvili, un prófugo de la Justicia de Georgia, que era presentado ante esa institución europea como "jefe del Departamento de Cooperación Legal Internacional de la Oficina del Fiscal General de Ucrania".
Adeishvili fue ministro de Justicia de Georgia entre diciembre de 2003 y febrero de 2004; ministro de Seguridad del Estado, de febrero a junio de 2004, y fiscal general desde junio de 2004 a enero de 2008. De enero a noviembre de 2008 fue el jefe de la Administración del entonces presidente Saakashvili, y volvió a ser titular del Ministerio de Justicia de Georgia entre noviembre de 2008 y octubre de 2012, absorbiendo en este periodo el cargo de fiscal general del Estado.
Adeishvili, sentenciado en ausencia tras su fuga
Después de que escapara en 2012 de su país, al perder Saakashvili las elecciones y quedar expuesto su círculo de poder a la persecución judicial, Adeishvili fue responsabilizado de masivas violaciones de los derechos humanos llevadas a cabo por agentes y funcionarios estatales a sus órdenes entre 2008 y 2012. Torturas, muertes en las cárceles, confiscaciones ilegales de inmuebles, grabación de vídeos para extorsionar a políticos, periodistas, diplomáticos o artistas, son algunos de los crímenes de los que fue acusado.
Adeishvili fue sentenciado en ausencia en 2020 a un año y seis meses de prisión por el cierre ilegal de Iberia TV en 2004. También fue condenado por el asalto de Imedi TV en 2007, por la confiscación del viñedo Akura y por abuso de poder en la bancarrota del Banco Cartu. En enero de 2021, fue sentenciado a seis años de prisión en ausencia por secuestro y abuso de poder contra el exlíder de la oposición Koba Davitashvili. En julio de 2021 fue encontrado culpable de humillación y trato inhumano de presos y condenado a cuatro años y seis meses de prisión.
Un prófugo georgiano en la misión ucraniana que dirime los crímenes de guerra rusos
Georgia protestó por la injerencia del exministro prófugo en las decisiones de la PACE y por su inclusión en el equipo de la Fiscalía General de Ucrania ante unas instituciones destinadas a evaluar los posibles crímenes de guerra e ilegalidades cometidas por Rusia tras su invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero.
La inmediata sospecha fue que la presencia de Adeishvili en las reuniones del Consejo de Europa fue clave para que la PACE denunciara la consideración de su antiguo jefe, el expresidente Saakashvili, como "preso político" en Georgia.
En las votaciones de condena a Rusia por la PACE participaron un miembro del georgiano Partido de los Ciudadanos y otro del Movimiento Nacional Unido (UNM), el partido opositor al que pertenecían Saakashvili y Adeishvili. Por su parte, los representantes de la formación actualmente en el Gobierno, el grupo Sueño Georgiano, se negaron a votar.
Adeishvili, creador de una máquina de represión en Georgia
Según indicó el líder del partido en el poder en Georgia, Irakli Kobakhidze, la participación de Adeishvili en las actividades de la Fiscalía General ucraniana con representantes del Consejo de Europa constituyó un "hecho grave". Kobakhidze subrayó que el exministro de Justicia "no solo está acusado de crímenes específicos, sino que fue el creador de una de las más horribles máquinas de represión habidas en el mundo".
"Una persona que pisoteó los derechos humanos, construyó una maquinaria represiva y aterrorizó a las empresas, ahora se pasea por las estructuras internacionales en nombre del Gobierno ucraniano", acusó Kobakhidze.
"Por decirlo suavemente, albergar a un criminal convicto y a un sádico infame en una institución que sirve como garante de los derechos humanos y el estado de derecho es algo impropio", dijo el parlamentario georgiano Levan Karumidze.
Para Michael Hikari Cecire, asesor en la estadounidense Comisión para la Seguridad y Comisión en Europa, "lo que irrita tanto a muchos georgianos es ver al exministro de Justicia Adeishvili haciendo de estadista. Su mandato vio innumerables abusos que llevaron a la expulsión de la UNM en 2012, pero Adeishvili se escondió bajo las faldas de Viktor Orbán (el actual presidente húngaro) durante años en Hungría".
Cecire insistió en su cuenta de Twitter: "Muchos georgianos corrientes sufrieron bajo Adeishvili y verlo rehabilitado es un shock".
Ucrania presiona a Georgia para que entre en guerra contra Rusia
La fricción entre Ucrania y Georgia no se limita al ámbito de la justicia y la acogida de prófugos. Desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, el Gobierno de Kiev ha presionado al de Tiflis para que abra un frente en el Cáucaso contra Moscú. El Gobierno de Zelenski acusa a Georgia de mantener una actitud prorrusa y de ayudar al Kremlin a evadir las sanciones impuestas por Occidente, algo que niegan en Tiflis, donde se ha condenado en diversas ocasiones la invasión de Ucrania.
Una muestra de estas presiones se dio cuando el pasado 19 de octubre Zelenski decretó una serie de sanciones contra allegados del fundador del partido Sueño Georgiano, Bidzina Ivanišvili. Este empresario y político, el hombre más rico de Georgia, es considerado en Kiev como el "agente de Putin" en el Cáucaso.
Según Kobakhidze, Zelenski está tratando de "chantajear" a Georgia para que declare una guerra a Rusia, similar a la que en 2008 enfrentó a los dos países por la región rebelde georgiana de Osetia del Sur, independizada de facto de Tiflis.
En declaraciones a un canal de televisión, el asesor presidencial ucraniano Oleksii Arestovich, también de origen georgiano, prometió hace unos días que "Ucrania salvará a Georgia". Este teniente coronel de la Inteligencia ucraniana subrayó la "catastrófica situación que vive Georgia, debido a su Gobierno prorruso". Acusó a la Administración georgiana de destruir "todo lo que había creado el ex presidente Saakashvili" y de convertir al país en "víctima de la corrupción policial, donde todos se venden al mejor postor".
Las llamadas a la "salvación" de Georgia por Ucrania lanzadas por este halcón de Zelenski han sido rechazadas incluso por el opositor UNM. Así, la diputada de esa formación Katia Dekanoidze dijo que no entendía "esas palabras de amenazas de guerra" para llevar a Georgia a enfrentarse a Rusia por la recuperación de Osetia del Sur y Abjasia. "Embarcarnos en una nueva guerra con los rusos por nuestros territorios ocupados es algo que está fuera de discusión", sentenció Dekanoidze.
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