Este artículo se publicó hace 13 años.
El FN pone en aprietos a la derecha de Nicolas Sarkozy
Marine Le Pen, la nueva líder ultra, copia las ideas del presidente conservador
La nueva líder de los ultras franceses, Marine Le Pen, lanzó ayer su candidatura presidencial para las elecciones de 2012, y se colocó a sí misma como rival de Nicolas Sarkozy. Al concluir ayer el congreso del Frente Nacional (FN) en la ciudad de Tours, la joven Le Pen confirmó que va a intentar transformar a su partido en una fuerza con credibilidad en política económica y social, complicando el juego de los conservadores.
Los 2.000 militantes del FN reunidos corearon sus gritos tradicionales: "¡Azul, blanco y rojo: Francia para los franceses!"; "¡Ni derecha, ni izquierda: Frente Nacional!". Fue el eco fósil del delirio de grandeza inicial de Jean-Marie Le Pen hace medio siglo y de su partido desde 1972: restaurar el poderío colonial, echar a los inmigrantes y hacer desaparecer ideologías en torno a la única idea de patria y de líder.
Pero esos vítores fundamentalistas no lograron ocultar el auténtico objetivo de la nueva líder, mucho más táctico, en el marco de un partido que no cesa de perder pie en la sociedad y en las urnas desde 2002. Marine Le Pen sentó las bases de su candidatura presidencial para 2012. Y, para intentar recuperar audiencia, lo hizo copiando al Sarkozy original, que defendió en su día un "Estado protector" al mismo tiempo que "una ruptura para liberar la economía".
Marine llegó a copiar fragmentos enteros del programa de Sarkozy y de los partidos de izquierda que se inspiran del movimiento alterglobalista. Y, para cumplir el ritual de decir algo contra el islam, se agarró a una defensa de la "laicidad activa". Para la Le Pen, la prioridad número uno es "restaurar un Estado protector y eficaz, al servicio de la comunidad nacional", y destinado a poner fin al "horror económico, al tsunami social, al Chernóbil moral".
Objetivo: tomar el poderElla ve al FN como "la herramienta más eficaz y poderosa para tomar el poder en el Estado, y devolverlo a una soberanía nacional recuperada". Y, en ese intento hay un enemigo: Nicolas Sarkozy. "Para que presidente sea respetado, primero debe ser él mismo respetable. Para ser el garante de la defensa de la nación, hay que dejar de ser el gobernador de un protectorado norteamericano, o el agente de una cantante, aunque esa cantante sea tu esposa", espetó.
Le Pen está segura de que el FN ya ha alcanzado "la madurez política" y porta un "programa con credibilidad y legitimidad". Entre las medidas que tomaría, habló de una "revolución fiscal" para "permitir las relocalizaciones de empleos", garantía "de nuestros salarios, de la protección social y de la biodiversidad".
Con esa línea de presentarse como una "Supersarkozy social", la de Marine Le Pen tiene con qué inquietar a los conservadores. Un reciente sondeo cualitativo ha demostrado que ha subido en un 12% la aceptación de su persona entre los votantes tradicionales del partido de Sarkozy, a dos meses de elecciones locales, y a 15 meses de las presidenciales y las legislativas.
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