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Frente Polisario El ejército saharaui lucha ahora contra el narco: se disparan en el desierto las incautaciones de droga de Marruecos

El Polisario ve una "connivencia" entre altos mandos militares marroquíes y narcotraficantes para dejar pasar a través del mayor muro defensivo del mundo que divide el Sahara en dos la mercancía con la que luego se financian grupos terroristas yihadistas en el Sahel.

Fuerzas saharauis muestran la droga incautada.
Fuerzas saharauis muestran la droga incautada.

El ejército del Frente Polisario que se batió en armas contra el de Marruecos durante 16 años tiene ahora un nuevo enemigo: los narcotraficantes que cruzan su desierto transportando toneladas de droga –hachís, fundamentalmente–, hacia zonas de los países del Sahel dominadas por organizaciones terroristas yihadistas. El Gobierno saharaui asegura que esa mercancía sale del otro lado del muro defensivo de 2.700 kilómetros que el Estado marroquí construyó durante la guerra para defender su territorio dividiendo el Sahara Occidental en dos tras el fin de la contienda en 1991.

Las últimas intervenciones se han producido esta misma semana. Las fuerzas armadas saharauis se incautaron el lunes de 3.775 kilos de hachís en Agüenit, al sur de los territorios liberados por el Polisario en la guerra contra Marruecos. En la operación fueron detenidas cuatro personas, tres de ellas de nacionalidad extranjera –no saharaui– sin especificar, e intervenidos fusiles de asalto, abundante munición y vehículos todoterreno de gran potencia. Un día después, confiscaron otros 775 kilos en la zona próxima de Dugej. Miembros de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO) estuvieron presentes como testigos en el operativo de quema de la droga intervenida.

Con estas dos intervenciones, el ejército del Polisario ya ha confiscado durante el primer semestre de 2020 un total de 4.550 kilos de droga, casi el doble de lo que se incautó en todo el año pasado, según han informado a Público fuentes del Gobierno saharaui. Y desde 2015, aseguran que han sido más de treinta las toneladas intervenidas en operaciones llevadas a cabo en la larga ruta de arena que, atravesando territorio saharaui, va desde el muro defensivo custodiado por las fuerzas armadas marroquíes hasta las regiones del Sahel en Mauritania, Mali y Níger.

Ahora bien, lo que se pregunta el gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática es cómo consiguen los narcotraficantes cruzar, sin ser detectados, el muro custodiado por entre 80.000 y 100.000 soldados marroquíes provistos de sofisticados radares capaces de detectar el paso de una simple hormiga, y atravesar luego, sin saltar por los aires, un campo de siete millones de minas antipersona y anticarro que protegen todo el perímetro de esa barrera defensiva. La respuesta, según el portavoz de comunicación del Polisario en España, Jalil Mohamed, es muy sencilla: "La connivencia entre las organizaciones del narcotráfico y altos mandos militares marroquíe"” es la que hace posible esa proeza.

El ejército del Polisario consiguió taponar las vías de entrada en su territorio por la parte norte del muro, y eso llevó, según sus responsables, a que las bandas de narcotráfico hayan desviado la introducción de los cargamentos en territorio saharaui a la parte sur de la barrera defensiva, que es donde se han llevado a cabo las últimas incautaciones.

Y esa ruta del narcotráfico acaba, a juicio del gobierno saharaui, en la financiación de las organizaciones terroristas yihadistas que dominan diversas zonas de la extensa región subsahariana del Sahel. "Ese tráfico sirve para desestabilizar la región. Marruecos está utilizando ese tráfico para desestabilizar al Sahara y a los otros países de la región y luego aparecer como salvador", dice Jalil Mohamed, quien se lamenta de que en cumbres como la del Sahel 5, a la que han asistido esta semana en Mauritania los presidentes del Gobierno español y de Francia, no se aborde cuál es el origen de la financiación de los terroristas.

La ONU teme por sus cascos azules en la zona

El secretario general de la ONU ya advirtió en su último informe sobre la situación del Sahara Occidental, presentado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el pasado mes de octubre, del peligro que entrañan esas bandas que atraviesan territorio saharaui. Concretamente, tras señalar que "han aumentado las denuncias de contrabando y otras actividades ilegales a ambos lados de la berma" –el muro defensivo de Marruecos- notificadas tanto por el Frente Polisario como por el ejército marroquí, subraya: "A pesar de nuestra plena confianza en el compromiso de las partes de proteger a la Minurso, esos grupos armados representan una amenaza creciente e impredecible para el personal de la Minurso", la misión internacional encargada desde hace casi 30 años de velar por la celebración de un referéndum de autodeterminación que aún no ha sido convocado.

En otro punto de su informe, el secretario general de la ONU precisa que "la amenaza relacionada con los grupos terroristas y las actividades delictivas en la región sigue siendo motivo de gran preocupación debido a su imprevisibilidad y al nivel desconocido de riesgo, especialmente para las bases de operaciones situadas en zonas remotas al este de la berma (la parte tomada por el Polisario en la guerra), las patrullas terrestres no armadas que cubren grandes distancias en todo el Territorio y el reabastecimiento de convoyes".

"Están convirtiendo la zona en un salvaje oeste y nosotros lo que queremos es un Magreb estable y próspero", dice el portavoz del Polisario en España

El Gobierno saharaui ha comunicado varias veces al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas su preocupación por la actividad de estas bandas de narcotraficantes en su territorio, la última el pasado miércoles, tras las incautaciones de más de cuatro toneladas de hachís en las dos operaciones citadas. En los escritos de su representante ante la ONU, el Polisario hace responsable al Reino de Marruecos de esas operaciones, que atribuye a su condición de ser el mayor productor del mundo de resina de cannabis, tal como se recoge en los informes de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

En octubre de 2011, dos cooperantes españoles y una italiana fueron secuestrados en los campos de refugiados saharauis de Tinduf, en Argelia, por un grupo terrorista yihadista del Sahel. Tras nueves meses de cautiverio, los secuestrados fueron liberados en el norte de Mali. Desde entonces, el Polisario ha extremado las medidas de seguridad en los campamentos para proteger, sobre todo, a los extranjeros de las organizaciones humanitarias que trabajan con la población local.

"Están convirtiendo la zona en un salvaje oeste y nosotros lo que queremos es un Magreb estable y próspero", dice el portavoz del Polisario en España.

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