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Frontera Ucrania Sanciones, tropas y 'amenaza inminente': así discrepan los aliados en la crisis ucraniana

Hay muchos intereses en juego: económicos, comerciales, energéticos o geoestratégicos en las tensiones actuales. Occidente coincide en que el objetivo es agotar la vía diplomática y caminar hacia la desescalada, pero difiere en el cómo.

Un soldado de las Fuerzas de Defensa Territorial de Ucrania, la reserva militar de las Fuerzas Armadas de Ucrania, participa en un ejercicio militar cerca de Kiev el 25 de diciembre de 2021. Los alumnos forman parte de batallones de reservistas creados pa
Un soldado de las Fuerzas de Defensa Territorial de Ucrania, la reserva militar de las Fuerzas Armadas de Ucrania, participa en un ejercicio militar cerca de Kiev el 25 de diciembre de 2021.  AFP

Hasta que un conflicto no ha estallado se puede evitar. Y en esas estas la diplomacia mundial estos días: en prevenir una guerra en Europa que acarrearía consecuencias imprevisibles. La tensión se agolpa en las fronteras europeas. El trasiego de ayuda militar de Occidente a Ucrania no cesa y se suma al fortalecimiento de la presencia militar de la OTAN en los países del Este. Y Rusia, por su parte, mantiene a los más de 100.000 soldados desplegados a lo largo de las fronteras ucranianas y aumenta sus ejercicios militares en la vecina bielorrusa.

Rusia mantiene a los más de 100.000 soldados desplegados

Es una partida de ajedrez global que ha vivido esta semana un punto de inflexión: el rechazo por escrito de Estados Unidos y de la Alianza Atlántica a una línea roja marcada por el Kremlin: el compromiso de que la OTAN no se extenderá al flanco oriental. Es decir, Occidente deja claro que su política de puertas abiertas a Ucrania, Georgia o Moldavia continúa vigente. No obstante, la incorporación de las repúblicas ex soviéticas a la Alianza es a día de hoy una quimera.

Los mensajes de alarma, las amenazas mutuas o las operaciones de rearme no cesan. Pero hay motivo para la esperanza en esta calma tensa. Rusia ha reaccionado con relativa contención al portazo a sus demandas. Estudiará los documentos en los próximos días. Y aunque no son de su agrado, el Kremlin enfatiza que la vía del dialogo continúa abierta. El hecho de que existan documentos oficiales por escrito hacen ganar tiempo y pueden ser una oportunidad para enfriar una coyuntura calienta que evoca a los tiempos de Guerra Fría. Además, las conversaciones entre Moscú, Kiev, Berlín y París de esta semana se han saldado con un respaldo del alto al fuego en el Donbás.

Y con todo escenario de fondo, los esfuerzos de la UE y de Estados Unidos se multiplican para transmitir imagen de unidad infranqueable. Pero, ¿es tal? ¿qué intereses hay en juego? ¿qué posturas? ¿cuáles son los escenarios posibles ante una situación que mantiene en vilo a Europa?

Diferencias en el seno europeo

Fuerza y unidad dentro de la UE. Para con Ucrania. Y junto a Estados Unidos. Esa es la prioridad del bloque comunitario en estos momentos: evitar mostrar fisuras internas que puedan jugar a favor de Vladimir Putin. Pero las costuras están saltando. Hay muchos intereses en juego: económicos, comerciales, energéticos o geoestratégicos. Y aunque todos los actores coinciden en que el objetivo es agotar la vía diplomática y caminar hacia la desescalada, difieren en el cómo.

Sobre sanciones, los países del Este y los Bálticos quieren las más duras. Y si de ellos dependiesen hubiesen aprobado ya medidas restrictivas de forma preventiva. En el otro lado, Alemania y Francia apuestan por la zanahoria. Berlín ya ha mostrado su escepticismo a la opción de aislar al sistema financiero ruso de SWIFT. Estados Unidos es el que va más lejos y amenaza con medidas contra el propio Putin, algo poco verosímil en la UE, que traslada las sanciones al más alto nivel al marco de la ONU.

Estados Unidos es el que va más lejos y amenaza con medidas contra el propio Putin

En torno al envío de armamento y tropas, algunos como Países Bajos y España han aportado cazas y buques de guerra a las misiones de la OTAN. Y Estonia, Letonia, Lituania y Polonia han enviado material bélico a Kiev. Pero Alemania se niega y ha hecho una donación simbólica de 5.000 cascos que ha desatado exabruptos por parte del Gobierno ucraniano. Berlín también prohibió a Estonia enviar armas 'Made in Germany' a Ucrania.

Es realpolitik. El presidente croata se ha desmarcado de la línea de consenso y ha culpado directamente a Estados Unidos de fomentar esta "peligrosa dinámica"; los empresarios de las principales firmas italianas se han reunido con Putin estos días; en medio de la tensión creciente y Víktor Orbán, primer ministro húngaro, visitará Moscú el 1 de febrero para hablar sobre vacunas, gas y centrales nucleares. Las discrepancias se extrapolan a los propios Gobiernos nacionales. En España y Alemania, los socios de coalición chocan en torno a cómo gestionar la crisis y las relaciones con Rusia.

Un año de "alianza Biden" que muestra fisuras

Doces meses después del aterrizaje de Joe Biden en la Casa Blanca, la luna de miel transatlántica no es tal. El demócrata llegó con la ambición de hacer cicatrizar la brecha de desconfianza que desató el huracán Trump. Pero el acuerdo Aukus sobre submarinos, la crisis de Afganistán y ahora Ucrania dejan ver las fisuras sueltas entre Bruselas y Washington.

Ambos aliados coinciden en que una intervención rusa en Ucrania será contestada con sanciones "masivas" y "coordinadas". Pero el diablo está en los detalles. Para empezar, norteamericanos y europeos difieren en la lectura de la amenaza. Para los primeros, inminente. Para los segundos; aunque grave, no es tal. La Casa Blanca ha adoptado un lenguaje más alarmista y ha dado algunos pasos como la llamada a evacuar sus embajadas, algo que en la capital comunitaria consideran de talente "dramático" y algo "histérico".

Los aliados coinciden en que una intervención rusa en Ucrania será contestada con sanciones "masivas" y "coordinadas"

El propio Josep Borrell, Alto Representante de Asuntos Exteriores de la UE, ha dicho en público que abandonar Ucrania y tomar estas decisiones es una afrenta para los inversores y mercado de capitales del país. Fuentes diplomáticas subrayan que lo importante es permanecer allí: para tranquilizar al país y a las bolsas internacionales, para gestionar los 1.200 millones de euros en ayuda financiera que ha anunciado recientemente la Comisión Europea y para apoyar a los ucranianos desde dentro.

Ha sido Washington, además, quien ha liderado las negociaciones sobre Europa, pero sin Europa. Aunque la comunicación y la coordinación sí ha sido una constante, se escudan a ambos lados del Atlántico.

Estados Unidos ha movilizado a 8.500 soldados que en caso de mayor tensión serían desplegados en los países del flanco oriental. Movimientos de este calibre se ve en buena parte de las capitales comunitarias como pasos que añaden tensión a una ya situación muy incendiada. "Es el momento de la disuasión, la diplomacia y el diálogo", asegura el jefe de la diplomacia europea.

Una de las consecuencias inmediatas para Europa de un choque directo con Rusia sería el cierre del grifo del gas. El 40% del gas que importa la UE proviene de este país. Y Estados Unidos está orquestando planes de contingencia para evitar una mayor inflación en los precios de la luz. Entre las opciones se encuentran aumentar sus propios envíos de gas natural licuado al Viejo Continente o sellar acuerdos con países como Catar.

Francia toma las riendas europeas

Dice Macron que el "diálogo con Rusia siempre es difícil". Francia, junto a Alemania, es el país de la UE que más empuja por el apaciguamiento con el Kremlin. Y Emmanuel Macron ha aprendido de la lección que dejó hace más de un siglo Otto von BIsmarck: "El secreto de la política es la amistad con Rusia".

El presidente galo es el único líder europeo que cuenta con línea directa al Kremlin. Hace unos días abogó en la Eurocámara por que la UE tenga voz y voto en estas conversaciones en las que se decide la arquitectura de su propia seguridad. Y con este objetivo busca resucitar el formado de Normandía. Sin embargo, la opción mayoritaria entre los Veintisiete sigue pasando por continuar de la mano de Estados Unidos.

Posibles escenarios

Las cartas ya están sobre la mesa. Durante los próximos días, el Kremlin estudiará las respuestas que la OTAN y EEUU le han dirigido por escrito a sus exigencias. Ya ha avisado que se tomará su tiempo. La crisis entra en una nueva fase: y solo Putin sabe o sabrá cuál será. Los europeos y los ucranianos descartan que se vaya a producir una invasión total a Ucrania, al menos ipso facto. Pero si finalmente la vía diplomática acaba fracasando, los escenarios que más peso cobrarían serían un aumento de los combates en la zona del Donbás –e incluso una anexión como la que ocurrió en Crimea en 2014- o una especia de guerra de guerrillas camuflada y de desgaste a lo largo de la frontera.

¿Catalizador para una UE más cohesionada?

La reunificación alemana culminó con la adopción del euro. La pandemia del coronavirus dio paso al hito de la deuda común y del plan de recuperación. Y la salida del Reino Unido aumentó la identidad europea. Ahora, una UE huérfana de política de seguridad y defensa real espera que "el momento más peligroso desde el fin de la Guerra Fría" pueda actuar como un catalizador hacia una autonomía estratégica que le permita operar como un actor fuerte e independiente en el terreno global. "La brecha entre nuestra capacidad de actuación y la magnitud de los desafíos a los que nos enfrentamos no para de crecer y eso es insostenible", reconoce Borrell. Durante los últimos años, el proyecto europeo ha estado ensimismado en la policrisis: financiera, migratoria, Brexit o de Estado de Derecho. Y mientras Rusia ha hecho los deberes protegiendo y preparando su economía contra las sanciones internacionales, la UE ha incrementado su dependencia energética y ha dejado dormir la crisis que comenzó en Crimea y que vuelve a latir ocho años después con fuerza.

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