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Gadafi desafía a las bombas

El líder libio se da un paseo por las calles de Trípoli después de los ataques de la OTAN

MAYTE CARRASCO

Un estruendo. Una gran columna de humo se eleva en el centro de Trípoli. Las baterías antiaéreas inician su cántico a las tres y cuarto de la tarde. No es la primera vez que los tripolitanos ven bombardeos a plena luz del día, pero muchos se asoman preocupados a las terrazas para ver el espectáculo, señalando y comentando cuál será la zona, especulando sobre el objetivo. Se oyen otras explosiones. Varias bombas de la OTAN cayeron ayer en la capital poco antes de que el coronel Muamar Gadafi hiciera una aparición estelar en las calles del centro, jaleado por sus seguidores.

Fue una aparición sorpresa. El 'gran líder' se mostró entre su gente tocado con un sombrero y subido en un todoterreno, con gesto triunfante y recorriendo las calles del centro en un corto trayecto, poco después de que dejara de oírse de lejos el sonido de los cazas de la OTAN surcando el cielo. Una de las bombas cayó en mitad de un campo despoblado, donde era visible una pequeña columna de humo a la que no dejaron acercarse demasiado a los periodistas. No muy lejos, al borde de la carretera, un tumulto se acumulaba entorno a un misil partido en tres trozos, mucha gente jaleando consignas a favor de Gadafi, con banderas verdes y fotografías del coronel. Había incluso familias y dos niñas vestidas con trajes tradicionales libios de color rojo y azul, respectivamente.

Mucha gente jalea al líder con banderas verdes y fotografías del coronel Gadafi

El Gobierno de Gadafi aseguró que los bombardeos de los aliados causaron tres muertos. La OTAN admitió que hubo ataques contra objetivos alrededor de Trípoli y prometió investigar las informaciones de víctimas.

El impacto de una de las bombas de la Alianza Atlántica destrozó los cristales de la cafetería y algunas aulas de la Universidad Al Fatah de Trípoli. Allí un estudiante explica que en el momento del estallido 'había unas 40 personas aquí tomando café que salieron corriendo, y unas siete resultaron heridas'.

Un grupo de compañeros canta y corea, con cintas verdes alrededor de la cabeza 'Ala, Muamar, Libia abas', ('Dios, Muamar y Libia, eso es todo'). En la calle, aparece otra manifestación en favor del líder de la Revolución libia, con presencia de niños pequeños y mujeres que no esconden su enfado furioso contra la OTAN. '¿A quién protegen, a qué civiles?' pregunta una de ellas.

'¿A quién protegen, a qué civiles?', se pregunta una mujer respecto a la OTAN

En otra cafetería de la Universidad, su propietario enseña las heridas que le ha causado un cristal en el brazo. 'Ha sido esta tarde, nos hemos asustado mucho. Estábamos aquí sentadas unas cuatro personas y de repente hemos escuchado el estallido', dice mostrando sus heridas leves.

En Trípoli, las calles presentan el habitual trasiego de vehículos y viandantes. Sólo un camión lleno de prisioneros, asomando por minúsculos barrotes, rompe el idílico escenario que quiere mostrar la mayoría de la población.

¿Cómo está Trípoli? Preguntamos a los comerciantes, 'Mia, mia', responden muchos de ellos, una expresión para dar a entender que todo va perfectamente. Las milicias pro Gadafi siguen acampadas frente a Bab al Aziziyah, el acuartelamiento militar en el que se encuentra la residencia del líder libio. Allí se reúnen, en varias tiendas de campañas en las que han instalado pancartas que rezan 'Parad el bombardeo imperialista y dejad el futuro al pueblo libio '.

'Algo se está moviendo en los barrios rebeldes', dice un comerciante

Mientras, en el exterior del hotel Rixos pueden verse decenas de fotografías de los cuerpos sangrientos de tripolitanos supuestamente muertos bajo los bombardeos de la OTAN. 'Víctimas de las barbaries de los cruzados', explica un cartel debajo de las imágenes.

'Se esperan protestas para hoy [viernes, día de oraciones]', asegura Mohamed mirando constantemente alrededor visiblemente nervioso. 'No sabemos qué va a pasar, pero algo se está moviendo en los barrios rebeldes'. Habla en voz muy baja y señala con prisa en un mapa dónde cayeron las bombas de la OTAN el pasado miércoles, al abrigo de las miradas de los controladores del Gobierno que vigilan de cerca a la prensa extrajera.

'Creo que es en un lugar donde Gadafi tiene gas mostaza', asegura Mohamed. Es imposible contrastar esta información, dado el estricto control que ejerce el régimen sobre los periodistas, obligados a moverse únicamente con los vehículos puestos a disposición por el Gobierno.

En la televisión libia, un clérigo habla durante horas sobre un rótulo que dice Breaking news. 'Bombardeos de los cruzados en calle de Trípoli en Misrata, aviones pasan encima de los colegios. Niños tienen miedo', informa la cadena. Ha sido una emisión excepcional. La mayor parte del día la televisión sólo exhibe sonrisas, cánticos y ambiente de fiesta y celebración que contrasta con la realidad del país.

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