Este artículo se publicó hace 2 años.
La guerra en Ucrania sacude la campaña presidencial francesa
Macron retrasó hasta el final la presentación oficial de su candidatura. La ultraderechista Marine Le Pen no sabe qué hacer con los 1,2 millones de folletos de campaña en los que aparece en una foto con Putin. El izquierdista Jean-Luc Mélenchon, anti OTAN, ha tenido que salir de su tradicional ambigüedad y condenar la invasión rusa en Ucrania.
Aída Palau Sorolla
París-
La gestión de la pandemia de coronavirus, la pérdida del poder adquisitivo, inmigración, terrorismo... Los equipos de campaña de los candidatos presidenciales lo tenían todo previsto para que los jefes de fila de los partidos salieran a la arena de los mítines y los platós de televisión con los deberes hechos; pero, sin duda, lo que no habían previsto, era una guerra en Ucrania y cómo ésta obligaría a los candidatos a posicionarse y a salir de sus equívocos con Rusia y Vladimir Putin.
Si bien la política exterior casi no cuenta, o poco, en una campaña presidencial, con una guerra en Europa y sus posibles consecuencias a nivel interno, especialmente económicas, los candidatos tienen que posicionarse y, muchas veces, quedan retratados.
A poco más de un mes de la primera vuelta de las elecciones, prevista el 10 de abril, Emmanuel Macron, demasiado ocupado gestionando la crisis en el este de Europa, ha apurado hasta el final para hacer oficial su candidatura. La fecha límite era este mismo viernes, 4 de marzo, y ha decidido anunciarla a través de una carta escrita publicada en los diarios regionales.
"No podré hacer campaña como hubiera querido por el contexto, pero con claridad y compromiso, explicaré nuestro proyecto… juntos podemos convertir estos tiempos de crisis en un punto de partida para una nueva época francesa y europea", reconoce en la misiva Macron que hará campaña a medio tiempo.
El miércoles pasado, en su mensaje televisado a la nación para explicar la situación en Ucrania y la posición francesa ante la invasión rusa, los telespectadores esperaban que, en algún momento de su discurso de unos quince minutos, anunciara que iba a presentarse a las elecciones. Pero, sin duda, hubiera sido de muy mal gusto.
No era el momento de lanzarse a la campaña para un Macron que ostenta demasiadas funciones: la de presidente francés, la de presidente de turno del Consejo de la UE y la de candidato favorito para repetir en el Palacio del Eliseo. Sin embargo, sí dejó claro, por los términos que empleó, por dónde iban a ir los tiros del Macron versión 2022: un Macron protector. "Vamos a proteger [a los franceses] ante la subida del precio de la energía y de la inflación… He pedido al primer ministro un plan de resiliencia", dijo el presidente francés.
El presidente candidato se distancia de sus adversarios
Macron está en primera línea de la crisis ucraniana y seguramente su intención de voto reconfortará su pole position (27% en las encuestas). Y saldrá beneficiado porque, aunque no consiguió evitar la guerra, su diplomacia fue y sigue siendo muy activa, viajando incluso hasta Moscú el 7 de febrero y estando en contacto constantemente por teléfono tanto con el presidente ruso como con el ucraniano.
La larga reunión de cinco horas que mantuvo con Putin en el Kremlin, separados por esa inmensa mesa, dio lugar a más de una interpretación, como la de que sus posiciones ante Ucrania estaban tan alejadas como la distancia entre una punta y la otra de dicha mesa. Aunque la explicación a esa separación tan exagerada, como se sabría después, era que Macron se había negado a hacerse una PCR anticovid en el Kremlin, como exigía Putin. "No podíamos aceptar que obtuvieran el ADN del presidente", aclaró una de las fuentes conocedoras del protocolo sanitario del Elíseo.
La larga reunión de cinco horas que mantuvo con Putin en el Kremlin, separados por esa inmensa mesa, dio lugar a más de una interpretación
Ahí el presidente francés ganó puntos, incluso entre los que no votan por él. Por primera vez en mucho tiempo, después de las huelgas contra la reforma de las pensiones con las que inició su mandato, la crisis de los chalecos amarillos y la ola de manifestaciones anti restricciones por covid, Macron está creando cierta unidad entre los franceses. Le va a ser muy difícil a Macron, en estos 37 días antes de la primera vuelta, separar al presidente del candidato, no tiene elección.
Le Pen y la embarazosa foto con Putin
Los candidatos de extrema derecha, Marine Le Pen y Eric Zemmour, conocidos por deshacerse en elogios hacia el hombre fuerte del Kremlin, han tenido que rearmar sus discursos en estos días de precampaña.
Marine Le Pen, candidata de Agrupación Nacional, es una de las pocas personalidades francesas que se ha reunido con Putin. Fue en la campaña para las presidenciales del 2017, una reunión que no figuraba en su agenda. De ese encuentro salió una foto que su equipo ha rescatado para el folleto de campaña de este año bajo la rúbrica Una mujer de convicciones. Una foto ahora embarazosa en el contexto de la guerra en Ucrania.
Su equipo no sabe qué hacer. Hay impresos 1,2 millones y no ha trascendido cuántos ya se han distribuido. Según publicaba el diario Libération esta semana, algunos de los responsables de la campaña de Le Pen han ordenado destruir los folletos con la excusa de que hay una falta de ortografía. Tras el artículo de Libération, miembros de la Agrupación Nacional desmintieron que se iban a tirar a la basura los folletos porque dicen que "hay que seguir hablando con Putin".
Pero lo cierto es que Le Pen está haciendo piruetas para distanciarse del presidente ruso. "El Vladimir Putin de hace cinco años no es exactamente el de hoy en día", declaró Le Pen esta misma semana.
Marine Le Pen, candidata de Agrupación Nacional, es una de las pocas personalidades francesas que se ha reunido con Putin
La guerra en Ucrania no ha dejado fuera de juego sólo a Le Pen. En una entrevista de 2018 en el diario L'Opinion, el otro candidato de extrema derecha, Eric Zemmour, entonces periodista, escritor y polemista decía: "Sueño con un Putin francés". Ahora ya como candidato, intenta hacer equilibrismos mejor o peor construidos, según el día, para que su admiración por Putin no le pase factura. Ya ha convocado ruedas de prensa y ha enviado varios comunicados para intentar despegarse, como Le Pen, la etiqueta de pro Putin.
Zemmour estaba convencido de que el presidente ruso no iba a lanzar ninguna ofensiva contra Ucrania, ahora ha tenido que reconocer el error. "Me equivoqué", declaró días atrás. Si bien "condena" la agresión de Rusia, estima que los principales responsables de la situación son la OTAN y sus países miembros.
Mélenchon toma distancia con "sus socios" rusos
En cuanto al izquierdista, Jean-Luc Mélenchon, que hasta el pasado enero consideraba Rusia como un "socio" y quiere sacar a Francia de la OTAN, ha tenido que cambiar de discurso después de la invasión en Ucrania. "El gobierno del señor Putin es el agresor de Ucrania", dice el candidato de la Francia Insumisa, pero también subraya que a quién "hay que castigar es a la oligarquía rusa y no al pueblo ruso" con las sanciones.
Sin embargo, hace apenas unas semanas, Mélenchon sostenía que si los rusos se movilizaban en sus fronteras era por el acercamiento de Ucrania a la OTAN. "¿Quién no movilizaría a sus soldados con un vecino así [Ucrania], con vínculos con una potencia que les amenaza continuamente?", decía en enero.
La guerra en Ucrania ha puesto patas arriba la campaña presidencial francesa. De momento no se habla de otra cosa en las entrevistas con los candidatos. La invasión rusa ha monopolizado completamente el debate con la mirada puesta en las consecuencias económicas para los franceses, sobre todo el precio del gas y la electricidad, que ya se está sintiendo en los bolsillos de los franceses, y la independencia energética de Europa, principal tema del que hablarán los jefes de Estado y de gobierno de la UE el 10 y el 11 de marzo en Versalles.
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