Este artículo se publicó hace 2 años.
El Gobierno israelí mantiene la equidistancia en la guerra de Ucrania mientras sus ciudadanos se alinean con Kiev
La cúpula política se reparte los papeles para mantener una cierta equidistancia entre las partes en conflicto. Aunque a nivel popular y periodístico, los israelíes se han alineado mayoritariamente con Ucrania, el ministro de Exteriores ha adoptado una posición crítica con Moscú y el primer ministro elude la cuestión para no enemistarse con los rusos.
Eugenio García Gascón
Madrid-Actualizado a
La invasión de Ucrania constituye un verdadero quebradero de cabeza para la clase dirigente israelí, que se esfuerza por mantener un delicado equilibrio entre las dos partes en conflicto, con las que tiene unas relaciones que podrían calificarse de óptimas y en cuyos países residen una importante cantidad de israelíes y de judíos en general.
El jueves, cuando el presidente Volodymyr Zelensky concedió su primera rueda de prensa en Kiev, más o menos clandestina, el corresponsal del Canal 12 de la televisión hebrea se encontraba entre los invitados. En un momento dado, el principal asesor de Zelensky hizo notar al presidente que entre los periodistas estaba el corresponsal israelí, una deferencia que no tuvo con el resto de la prensa y que abunda en las buenas relaciones que Kiev mantiene con Israel.
Zelensky, que es judío, ha visitado Israel en numerosas ocasiones y ha realizado declaraciones de apoyo a la causa sionista, como han señalado los medios hebreos. Está casado con una mujer que no es judía, pero sus relaciones con Israel son muy fluidas y se ha rodeado de algunos asesores que son israelíes o/y judíos.
En los últimos días los medios hebreos han entrevistado a asesores de Zelensky que hablan un hebreo perfecto, y también a judíos más o menos anónimos que hablan un hebreo no menos perfecto. Esta semana el Haaretz publicó una viñeta en la que aparece un periodista del Canal 11 preguntando al azar al conductor de un vehículo que marcha hacia Polonia: "¿Habla usted inglés?", y el conductor responde en hebreo: "Sí, pero acabo de hablar para el Canal 13".
Zelensky, que es judío, ha visitado Israel en numerosas ocasiones y ha realizado declaraciones de apoyo a la causa sionista
La viñeta hace referencia a la cantidad de ucranianos que hablan hebreo, tanto en el entorno de Zelensky como en otros ámbitos. Esto se explica principalmente porque muchos ucranianos judíos han vivido previamente en Israel y porque hay un número no desdeñable de israelíes que se presentan como "hombres de negocios" en Kiev y en otras ciudades.
Aunque a nivel popular y mediático se registra un amplio apoyo a Ucrania, los líderes israelíes prefieren mantener una posición equidistante. A esto contribuye el hecho de que Rusia mantiene una significativa presencia militar en Siria, un país fronterizo que continuamente es objetivo de la aviación israelí con el consentimiento de Moscú.
El trabajo se está repartiendo de la siguiente manera: el primer ministro Naftalí Bennett expresa su apoyo a Ucrania sin condenar la intervención militar rusa, mientras que el titular de Exteriores, Yair Lapid, se muestra verbalmente más enérgico con Moscú, una ambigüedad calculada.
Después de dudarlo, Yair Lapid anunció esta semana que Israel votaría a favor de una resolución de las ONU en contra de la invasión rusa. Con anterioridad, Israel no apoyó otra resolución de la ONU condenando a Vladimir Putin que fue presentada por Estados Unidos.
Washington ha señalado discretamente que Israel debería jugar un papel más activo en la escena internacional en esta crisis. Y de hecho, hace un par de días Washington agradeció a Israel que haya hecho lobby para que algunos países árabes también reticentes respalden las iniciativas antirrusas de EEUU.
Una circunstancia que los dirigentes israelíes consideran es que en cientos de ataques contra Siria a lo largo de los últimos años, Rusia se ha abstenido de utilizar sus baterías antiaéreas contra los aviones, drones y misiles israelíes, aunque Moscú ha condenado repetidamente esas intervenciones, tanto en Siria como en Líbano.
La prioridad para Israel es conservar este tipo de "coordinación" con los rusos tanto en Siria como en Líbano
La prioridad para Israel es conservar este tipo de "coordinación" con los rusos tanto en Siria como en Líbano, lo que les impide desarrollar una actitud extremadamente hostil contra Putin. De otro modo se arriesgarían a que los rusos pusieran límites claros a esos ataques aéreos.
En los últimos días se han producido una serie de declaraciones de advertencia de Moscú. En la última de ellas el embajador ruso ante la ONU recordó que su país nunca ha reconocido la ocupación del Golán sirio desde la guerra de 1967, un territorio que Israel se ha anexionado unilateralmente sin que la comunidad internacional intervenga.
También son chocantes algunas declaraciones de responsables israelíes sobre la guerra de Ucrania, en las que utilizan un vocabulario que no casa muy bien con el comportamiento del estado judío en relación con los palestinos. Sus llamamientos a la moderación de Rusia y a la legalidad internacional parecen fuera de contexto si se tiene en cuenta el comportamiento de Israel en los territorios ocupados.
Israel ha vetado que EEUU suministre a Ucrania baterías para interceptar misiles que se fabrican en Israel, y Bennett ha dicho que su país se contenta con enviar ayuda humanitaria, pero no militar a Ucrania. Sin embargo, Alemania y Holanda sí que van a enviar a Ucrania lanzagranadas fabricados con tecnología israelí, según ha informado Le Figaro.
El problema se hará más agudo cuando se apliquen más sanciones contra Rusia, cuando a Israel le será probablemente más difícil eludir la cuestión y tendrá que elegir un bando. En Israel residen cientos de miles de personas de origen ruso o ucraniano.
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