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Hacinados, sin agua ni comida y con atención médica deficiente: el drama de los migrantes detenidos en México

Migrantes denuncian la saturación y las malas condiciones de los centros que deberían funcionar como albergues. Las autoridades mexicanas han aumentado las detenciones de los que tratan de llegar a Estados Unidos.

Una mujer haitiana pide ayuda para ella y su hijo desde el interior del albergue Siglo XXI en la ciudad de Tapachula, en el estado de Chiapas (México). - EFE

PÚBLICO / REUTERS

Las instalaciones para migrantes en México están cada vez más saturadas y ofrecen peores condiciones a medida que las autoridades intensifican la detención de quienes se dirigen a Estados Unidos. Los retenidos languidecen durante semanas en medio de negligencias médicas, falta de agua y de comida, según han denunciado detenidos, abogados y grupos de Derechos Humanos.

Migrantes en el centro de detención Siglo XXI, el más grande del país y situado en Chiapas, en la frontera sur, han relatado a la agencia Reuters el calvario que están sufriendo. Cuentan que hay un hacinamiento severo, escasez de agua y alimentos, además de una atención médica limitada. Denuncian además que lo habitual es permanecer retenido durante al menos tres semanas, cuando está planeado que el centro albergue a personas por un máximo de 15 días hasta que se procesen sus casos

Durante los primeros cinco meses de 2019, se ha triplicado el número de migrantes que  México ha detenido mensualmente

El panorama es dramático, como la situación, que destaca este jueves el diario El País, de una migrante haitiana. "Por favor, ayúdame. Mi hijo está enfermo. Muchos días de sufrir. Pásame un poquito de comida. Todos los días no hay agua potable. ¡Ayúdame!". Su desesperación se repite entre los cientos de migrantes encerrados. Cientos de historias que muestran el drama de intentar llegar a EEUU y que esta semana se evidenció con la terrible imagen de un padre y su hija de ocho años que murieron ahogados en el río Bravo cuando trataban de llegar a territorio estadounidense.

Sus historias han sido respaldadas por dos abogados que representan a 26 detenidos, así como por el defensor de los migrantes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (CNDH) e informes de dos grupos de derechos de migrantes: Fray Matías de Córdova y la Misión de Observación de los Derechos Humanos para los Refugiados y la Crisis Humanitaria en el Sureste de México, un colectivo de 24 grupos de ayuda.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó recientemente con aranceles a todos los productos mexicanos si el país latinoamericano no hacía más por frenar la migración de centroamericanos. En respuesta, México ha incrementado las detenciones. Durante los primeros cinco meses de este año, se triplicó la cantidad de migrantes que detuvo mensualmente hasta alcanzar los 23.679 en mayo, según datos oficiales. Eso ha tensado su red de centros con financiación insuficiente. Los extranjeros detenidos por las autoridades mexicanas sin documentos válidos pueden ser retenidos mientras esperan visados de tránsito o la regularización de su situación. Según Edgar Corzo, de la CNDH, el proceso no debe durar más de 15 días.

Migrantes se escapan del centro de detención Siglo XXI en Tapachula. - REUTERS / ANDRES MARTINEZ CASARES

Migrantes se escapan del centro de detención Siglo XXI en Tapachula. - REUTERS / ANDRES MARTINEZ CASARES

Falta de espacio y de recursos

Miles de personas han pasado este año por las instalaciones de Siglo XXI, que Corzo y los grupos de derechos de los migrantes han señalado que han estado al doble de su capacidad, prevista para 970 personas, durante meses. Según los testigos, los detenidos duermen en colchones delgados o sobre el suelo en los pasillos y baños debido a la falta de espacio.

Cientos de detenidos han escapado de Siglo XXI en las últimas semanas tras los disturbios provocados por las malas condiciones

Corzo ha indicado que el Instituto Nacional de Migración de México (INM), que administra Siglo XXI no ha logrado aliviar el hacinamiento a pesar de las repetidas solicitudes de la CNDH, lo que ha atribuido, en parte, a la falta de recursos. Según los internos, los niños mayores de 13 años han llegado a ser separados de sus padres. Una de las denuncias más repetidas es sobre las condiciones insalubres, que han llevado a que produzcan brotes masivos de diarrea entre los más pequeños.

Cientos de detenidos han escapado de Siglo XXI en las últimas semanas tras los disturbios provocados por las malas condiciones del centro. Las fotografías y vídeos compartidos por un detenido muestran inodoros tapados y desbordados de basura, así como decenas de hombres semidesnudos tendidos sobre colchones en un pasillo. La agencia Reuters no ha podido confirmar la veracidad de las imágenes.

Mavi Cruz Reyes, portavoz de Fray Matías de Córdova, ha indicado que su grupo ha documentado múltiples casos de detenciones durante semanas y que con frecuencia los migrantes no tienen acceso a la información sobre por qué están detenidos. La CNDH ha señalado que algunos centros más pequeños ─entre los 58 centros de detención de migrantes en México─ están aún más abarrotados que Siglo XXI, superando hasta en cuatro veces sus capacidades.

Decenas de migrantes esperan para entrar al centro de detención Siglo XXI. - REUTERS

Decenas de migrantes esperan para entrar al centro de detención Siglo XXI. - REUTERS

"Una prisión en todos los sentidos del término"

Lisdybi García Aguilar, de 26 años y natural de Cuba, estaba embarazada de cuatro meses cuando los funcionarios de migración la sacaron de un taxi el 5 de abril para revisar sus papeles. García estaba de camino a la oficina de inmigración en Tapachula para buscar un visado, como le indicaron los funcionarios de migración en la frontera. Sin embargo, la llevaron a Siglo XXI, donde le confiscaron su teléfono y otras pertenencias.

Algunos centros más pequeños están aún más abarrotados que Siglo XXI, superando hasta en cuatro veces sus capacidades

"Me dijeron que era para 'regularizar' mi estado, que todo estaría bien y que esto no era una prisión, era un área de alojamiento", ha relatado García después de que fue liberada. "Era una prisión; una prisión en todos los sentidos del término", ha sostenido. García ha indicado que su embarazo es de alto riesgo debido a una endometriosis, pero fue ignorada cuando pidió ayuda durante un episodio de desmayos y dolores abdominales agudos. Cuando los detenidos la llevaron a la clínica, la enfermera le dio una píldora sin explicar lo que contenía.

García estuvo detenida en el centro durante tres semanas. El 13 de abril solicitó asilo en México con un funcionario del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). La agencia de la ONU no ha comentado el caso pero ha confirmado que había ayudado a algunos detenidos de Siglo XXI con las solicitudes de asilo. ACNUR también ha manifestado su preocupación por las condiciones del centro.

Otro caso notorio ha sido el de la cubana Yildiz Gómez, de 22 años, que intentó suicidarse tomando un frasco de píldoras que se usan para tratar infecciones de oído después de ser devuelta a Siglo XXI cuando ya habían pasado tres semanas y estaba a punto de ser liberada. Varios detenidos presentes la obligaron a vomitar. El 8 de mayo, después de 47 días de detención, Gómez renunció a una solución legal. Junto con docenas de otros detenidos, se escapó y se convirtió en una fugitiva en México.

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