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En Haití sigue sin vivienda un millón de damnificados

MSF hace un balance dramático de la situación seis meses después del terremoto

SUSANA HIDALGO

Rabia y frustración por llevar ya seis meses sobreviviendo bajo lonas: la cifra de un millón de personas que, tras el terremoto de Haití del pasado 12 de enero, sigue sin casa no desciende, según denunció ayer en un informe Médicos Sin Fronteras (MSF). En plena estación de lluvias y de ciclones, el panorama sigue siendo igual de desolador que hace un año. Y la gente cada vez está más enfadada y frustrada, agrega la ONG francesa.

'Con la reconstrucción avanzando a un ritmo lento, y la estación de lluvias agravando las miserables condiciones de los desplazados, proporcionar refugio sigue siendo la necesidad más urgente', denuncia MSF en su informe. 'La necesidad más general de los haitianos, recuperar algo de dignidad y esperanza, se está cubriendo con dolorosa lentitud', incide la organización, que desde el seísmo hasta finales de mayo ha atendido en Haití a 173.000 personas.

MSF alerta de que mucha gente que escapó de los edificios derrumbados hace seis meses todavía hoy tiene miedo a buscar refugio entre las ruinas. No pueden quitarse de la cabeza las réplicas y los rumores que corren entre la población de que puede haber más seismos. 'Se refugian bajo las lonas y las tiendas de campaña más endebles, corren tras ellas para agarrarlas cuando el viento se las lleva, y conviven con sus nuevos vecinos en desordenados emplazamientos urbanos', relata el estudio. Una de las médicos con más experiencia en Haití dice: 'La mayoría de mis pacientes tienen miedo de ser tragados por la tierra. El terremoto se les ha metido literalmente en el cuerpo y el ruido está siempre presente. Tienen graves trastornos del sueño'.

Para la organización, el problema estriba en que 'el proceso de toma de decisiones sobre la asignación de terrenos ha sido muy lenta'. De aquellas primeras promesas de que los refugiados serían trasladados a una zona con viviendas prefabricadas no hay nada. Los dueños de los terrenos exigen al Gobierno haitiano un precio elevadísimo por ceder los solares. Otros se niegan a vender.

Las tiendas empiezan a deteriorarse. 'Incluso sin huracanes, la temporada de lluvias bastará para agravar la miseria en que viven quienes han quedado a la intemperie', afirma MSF, que considera 'decepcionante' el compromiso de las autoridades con las condiciones de vida que están llevando los damnificados. 'Muestran una ansiedad acerca del futuro, sin esperanzas de mejora. Los problemas de pareja, familiares y socio-económicos reaparecen y se exacerban entre las personas que perdieron su estatus social o se ven forzadas a criar a los hijos en solitario', concluye el estudio.

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