Este artículo se publicó hace 12 años.
Los hinchas abanderados de la revolución egipcia
Los seguidores del Al Ahly estuvieron en primera línea en el levantamiento contra Mubarak. Estos aficionados piden ahora la caída de la Junta
El club Al Ahly no es solo el más popular de Egipto ni el ganador de las últimas ligas. Su enseña roja y blanca con un águila negra en el centro fue un símbolo habitual en las movilizaciones en contra del expresidente Hosni Mubarak y lo sigue siendo ahora en las manifestaciones que piden la caída de la Junta Militar egipcia.
Durante los partidos de fútbol, los seguidores del Al Ahly corean por igual cantos de ánimo a su equipo y consignas reivindicativas para exigir la retirada del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que gobierna el país tras la caída de Mubarak. "Nosotros siempre estamos ahí, en primera línea, para proteger a las mujeres y para organizar las líneas de defensa", explica el miembro de los Ultras Ahlawy, Mohamed Hasan.
La enseña del equipo se convirtió en un símbolo en las revueltas
La experiencia de los Ultras Ahlawy y de los White Knights del Zamalek, el otro gran equipo del país, en la lucha callejera contra la Policía era ya conocida en Egipto antes de la revolución. Pero fue durante el levantamiento popular que hizo caer a Mubarak el 11 de febrero del año pasado, cuando los aficionados al fútbol pusieron sus conocimientos y habilidades al servicio de la revolución.
"Sabemos cómo recoger las latas de gas lacrimógeno con un trapo para no quemarnos y que hay que verter vinagre en un paño para que los ojos no piquen", explicó Hasan, que recordó que los egipcios de a pie no sabían este tipo de cosas antes de la revolución del 25 de enero.
La batalla de los camellosLos ultras 'exportan' sus tácticas contra la Policía a las protestas civiles
Organizados, metódicos y experimentados, los ultras repelieron los ataques de los matones en la famosa batalla de los camellos, de la que ayer se cumplió un año. En este suceso, que despertó la sorpresa y la incredulidad en un país acostumbrado a casi todo, un grupo de jinetes montados en camellos y caballos atacaron a los manifestantes acampados en la simbólica plaza Tahrir de El Cairo.
Los ultras, recuerda Hasan, estuvieron entre los primeros que, sin dudarlo, se arrojaron apresurados contra los cuchillos de los atacantes a golpe de adoquín.
Más tarde, se les ha visto también en la primera línea del frente en los sucesos violentos de la calle Mohamed Mahmud, en noviembre, y también durante los choques en los alrededores del Parlamento.
Su arrojo y su odio eterno a la Policía han proyectado a los ultras a las primeras filas de todas las batallas campales contra los matones o las Fuerzas de Seguridad, que los manifestantes egipcios han tenido que afrontar durante sus protestas en contra de la Junta Militar.
Admiración en las redesLa admiración de los activistas es proverbial. Conocidos blogueros y líderes de opinión como The Big Pharaoh (el gran faraón) recuerdan estos días su papel en el frente: "Los ultras siempre lucharon en primera línea mientras nosotros estábamos atrás, tuiteando. Son nuestros héroes. Ojalá tuviera una pizca de su valor", escribía hoy este activista en la red social Twitter.
Demasiado cerca de las balas y demasiado lejos de la retaguardia, donde suele acumularse la prensa, ha sido esta matanza lo que ha atraído la atención de los periodistas sobre ellos y lo que los ha situado como una pieza más en el complicado rompecabezas de la transición egipcia.
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