Este artículo se publicó hace 13 años.
Holanda absuelve al ultra Wilders de incitar al odio contra el islam
Un tribunal dictamina que sus ataques a los musulmanes forman parte del debate político
Asegurar que el Corán es un libro “fascista” comparable al Mein Kampf (Mi Lucha) de Adolf Hitler o pedir que se blinden las fronteras contra los musulmanes no será castigado en Holanda. El tribunal de Amsterdam que juzgaba al líder xenófobo Geert Wilders, apoyo fundamental del Gobierno holandés, absolvió al acusado de los cinco cargos a los que se enfrentaba, entre ellos incitación al odio y discriminación contra los musulmanes.
El juicio comenzó en otoño del año pasado, pese al boicot de la defensa del líder del Partido de la Libertad, y concluyó con una “victoria para la libertad de expresión”, según aseguró el absuelto. “Afortunadamente, puedes criticar al islam en el debate público sin que te amordacen” y “resistirte a la islamización sin que sea un crimen”, aseguró Wilders. “Me he quitado un gran peso de encima. A veces pretendí ser grosero y denigrante”, reconoció, “pero en un debate político debes poder decir lo que quieras”.
Los jueces interpretaron que los comentarios de Wilders, vertidos en una película de 17 minutos y varios artículos de prensa, se inscribían dentro del debate político sobre la diversidad cultural y religiosa, muy presente en Holanda, y no pretendían azuzar el odio contra una comunidad concreta. En otras palabras: criticaban al islam, pero no a los musulmanes. Describir y censurar la existencia de un “tsunami de musulmanes” es “maleducado y humillante”, según la sentencia, “pero no subversivo y no incita al odio o a la discriminación” aunque bordee “el límite de lo que está permitido”, advirtió.
Según los jueces, Wilders hizo esas declaraciones en calidad de líder de una formación política, un terreno en el que la permisividad debe ser mayor. Son “buenas noticias para Geert Wilders, con quien estamos cooperando bien”, aseguró Mark Rutte, el primer ministro holandés, para cuyo Gobierno el fallo es también todo un alivio.
El Partido de la Libertad de Wilders, tercero en escaños, tiene la llave del Gobierno de liberales y conservadores, al que ofrece un apoyo externo imprescindible. Rutte recordó además que la Fiscalía había pedido la absolución al considerar que los cargos contra el líder xenófobo no tenían en cuenta la libertad de expresión.
“Ya está bien de islam en Holanda, no dejemos [entrar a] ningún inmigrante musulmán más”, había escrito Wilders en un artículo de prensa que sirvió para enjuiciarlo. “Ya está bien de tanto Corán en Holanda: prohibamos ese libro fascista”, llegó a decir.
El proceso se inició tras un proceso de acusación particular impulsado por asociaciones de musulmanes, una religión que según datos estadísticos de 2006 profesan 850.000 personas en el país, la mayoría inmigrantes turcos y marroquíes.
Wilders, que desde el asesinato del cineasta Theo van Gogh, en 2004, lleva escolta a todas partes, ha logrado convencer a un importante número de electores con un discurso nacionalista y anti europeo que llama a recuperar las raíces holandesas frente a la inmigración.
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