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Honduras se indigna por el poder oligárquico

IndignadosHN denuncia el paro, la inseguridad y el éxodo a EEUU

DANIEL LOZANO

'Lo que nos sobran son motivos'. La ola de la indignación ha llegado hasta Honduras y lo que sorprende es que no sea un tsunami. Como bien clama Olimpísima en Twitter, al país centroamericano, protagonista del último golpe de Estado en América Latina, le sobran los motivos.

'Vivimos una situación nunca antes vista y por eso estamos indignados: ola de desempleo, inseguridad, falta de atención en salud pública, éxodo de hondureños hacia Estados Unidos, falta de una educación eficiente', resume Elena Toledo, una de las portavoces de IndignadosHN,un movimiento ciudadano 'sin ideología o tinte político'. Las redes sociales son un hervidero estos días. También se han recogido 50.000 firmas en la calle.

El primer indignado, verdadero pirómano en el bosque social hondureño, se llama Roberto Contreras, empre-sario de San Pedro Sula. Hace una semana, inició una huelga de hambre para protestar por el 'atropello de las facturas eléctricas, que provoca cierres de empresas, desempleo y agobios del pueblo', describe para Público pocas horas después de la primera marcha de los Pies Descalzos. 'Porque hasta los zapatos nos han robado', remata.

El primer  indignado fue un empresario harto de la subida del precio de la luzEl fuego de su protesta corrió por toda la capital económica del país, logrando incluso reunirse, sin éxito, con el Gobierno. 'Sufrimos el robo de las clases aristocráticas, las cinco familias poderosas. Ellos son los dueños de las termoeléctricas. Y tienen comprado al Congreso para archivar los proyectos de energía sostenible. Los presidentes son sus marionetas', ataca Contreras.

Su verbo incendiario ha prendido rápidamente. Sobran los motivos. El golpe de Estado que aupó a Roberto Micheletti a la presidencia fracturó aún más si cabe la economía del segundo país más pobre de América. La tasa de paro supera el 48% y el 60% de los hondureños vive en la pobreza.

'Nuestro objetivo es rescatar al país de las manos de los políticos que durante años han hecho y deshecho con los bienes públicos, humillando y dejando al margen las verdaderas necesidades de la ciudadanía', denuncia Toledo. 'Mientras no haya justicia para todos, no habrá paz para estepueblo', apunta Contreras.

Los problemas se le acumulan al actual presidente, Porfirio Lobo, cuya Administración es considerada la más corrupta de la historia, según Gallup.

La indignación crece y crece, avivada por la violencia desmedida, que sitúa a este país en el segundo puesto del ranking mundial. El reciente asesinato de dos jóvenes, uno de ellos hijo de la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, primero conmovió al país. Después dio paso a la indignación, al desvelarse detalles estremecedores, preñados de violencia salvaje y gratuita.

La violencia y la impunidad policial han sacado a los jóvenes a las calles

Los dos universitarios fueron interceptados por la Policía en un control de madrugada el 23 de octubre. Los agentes les dispararon e hirieron sin mediar incidente alguno. Al percatarse de la gravedad, prefirieron rematarles con un tiro en la cabeza. Les robaron y tiraron los cadáveres, convencidos de que la impunidad de siempre haría su trabajo en un país donde cada 72 minutos muere una persona.

Se equivocaron. Los estudiantes salieron a la calles. El país gritó su indignación. El círculo se estrechó sobre los cuatro agentes autores del asesinato, pero fueron dejados en libertad por la propia Policía Nacional. Ahora ofrecen recompensa, pero la gente ha dejado de creer. Honduras, el país que siempre tiene a dios en la boca, está perdiendo la fe.

 

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