Este artículo se publicó hace 17 años.
Hong Kong espera la democracia prometida
Dos mujeres se disputan un escaño en el Parlamento local
Andrea Rodés
La llaman "la voz de la conciencia" de Hong Kong. Anson Chan, la primera ciudadana china en ocupar el puesto de secretario en jefe de la colonia bajo el mandato británico, es la nueva líder de los grupos pro-democráticos de Hong Kong.
A sus 67 años, Chan ha decidido regresar a la política y presentarse el próximo 2 de diciembre a las elecciones para un escaño que ha quedado libre en el Consejo Legislativo, Legco. Si sale elegida, la ex funcionaria ha prometido acelerar las reformas democráticas e introducir el sufragio universal a un ritmo mucho más rápido que el marcado por Pekín.
"Se trata de un derecho contemplado en nuestra Constitución", explica Chan, haciendo referencia al derecho de sufragio universal, garantizado en la Ley Básica de Hong Kong. La legislación entró en vigor en 1997, cuando la colonia británica fue devuelta a China, pero el proceso de democratización desde entonces no ha avanzado.
Sin prisas democráticas
El Gobierno central del Partido Comunista Chino (PCCh) no parece tener prisa por introducir las reformas que harían realidad el lema: "Un país. Dos sistemas".
Chan exige la introducción del sufragio universal en 2012 para elegir a los miembros del Gobierno y el Legco, la cámara parlamentaria. Actualmente, la mitad de los 60 miembros del Legco son nombrados por Pekín. Los otros 30, representantes de grupos políticos y de las distintas demarcaciones de Hong Kong, son elegidos por medio de elecciones.
Su programa electoral también exige la revisión histórica de los sucesos de Tiananmen en junio de 1989 y el derecho de los hongkoneses a seguir conmemorando cada 4 de junio las víctimas de la masacre.
"Hong Kong ha sido tradicionalmente un agente de cambio para China. Lo fue primero para transformar la economía del continente. ¿Por qué no puede convertirse ahora en un referente para la transición democrática?" reflexiona Chan. Su aspecto frágil y delicado esconde una mujer con una carrera consolidada en el sector público.
Chan estuvo trece años al servicio de la administración británica y otros seis trabajando para el Gobierno postcolonial, lo que le permitió hacerse un hueco entre las elites sociales de Hong Kong. Siempre obtuvo sus puestos por nombramiento, no mediante elecciones, y sus oponentes le acusan de "oportunista" su conversión de burócrata a demócrata.
A pesar de la lluvia persistente, Chan sigue repartiendo panfletos electorales cerca de una estación de metro de su demarcación, rodeada de oficinas y centros comerciales. 620.000 ciudadanos de esta zona podrán votar el próximo 2 de diciembre a su representante en el Legco: el escaño quedó vacío el pasado verano, tras la muerte del diputado anterior.
En Hong Kong, es necesario registrarse en el censo electoral para poder votar. Un paso que muchos de sus habitantes, poco familiarizados con la cultura democrática, no han dado. Sin embargo, las estadísticas proporcionadas por Chan aseguraban que la participación electoral ha aumentado y que un 60% de la población quiere la democracia.
Principal rival
La principal rival de Chan en estas mini-elecciones es Regina Ip, líder de los grupos políticos pro-Pekín y partidaria de ajustar las reformas democráticas al calendario marcado por el gobierno central. Ip, antigua Jefe de Seguridad del Gobierno, cuenta con el respaldo del PCCh.
Ambas candidatas necesitan aprovechar esta campaña para aumentar su popularidad si deciden presentarse al puesto de Jefe Ejecutivo de Hong Kong en 2012, cómo aseguran los analistas.
Una vez en el Legco, la principal dificultad de Chan será conseguir el apoyo del resto de los parlamentarios para impulsar las reformas. En el Legco está representada la elite política y empresarial de Hong Kong y muchos de sus miembros prefieren no enfrentarse a Pekín por miedo a perder sus escaños.
Chan admite que varias personalidades influyentes de la ex colonia no le han prestado apoyo público por sus desavenencias con el Gobierno central y asegura que algunos ciudadanos han recibido amenazas para que no le voten el próximo 2 de diciembre.
Según la revista The Economist, "las mini-elecciones al Legco podrían interpretarse como un referéndum virtual sobre el afán de reformas democráticas en Hong Kong". De momento, los resultados de las elecciones de distrito del pasado 18 noviembre no han despertado el optimismo entre los partidarios de las reformas: los partidos pro-Pekín se llevaron el 37,5% de los votos, mientras que las fuerzas democráticas no alcanzaron el 30%.
"Pekín ve los resultados como una muestra de que los electores respaldan la racionalidad y la estabilidad por encima de la verborrea de eslóganes", informó el diario de Hong Kong South China Morning Post.
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