Este artículo se publicó hace 14 años.
Las inundaciones en Río ya han causado 113 muertos
Los deslizamientos han arrastrado las favelas construidas sobre los cerros
Las lluvias han vuelto a cebarse con Río de Janeiro. Las tormentas e inundaciones de las últimas horas han causado por lo menos 113 muertos, 130 heridos, decenas de desaparecidos y miles de damnificados.
Aunque ya no torrencialmente, ayer seguía lloviendo en la ciudad de Río de Janeiro y otros municipios del estado sobre todo, la vecina localidad de Nitéroi se mantenían en alerta. Muchos barrios continuaban sin electricidad y el alcalde de la ciudad carioca, Eduardo Paes, no tenía reparos en calificar la situación de "caótica".
El Gobierno municipal decidió que las escuelas permaneciesen cerradas y pidió a los cariocas que evitasen pasar por las zonas más críticas y limitasen a lo imprescindible sus desplazamientos.
La mayor parte de estas muertes han sido causadas por los deslizamientos de tierra en las laderas de los cerros, donde se acumulan los barrios de chabolas de una región metropolitana que suma 12 millones de habitantes.
Lula reza a DiosEl mal sistema de drenaje de la ciudad contribuyó a la catástrofe
Sólo en la ciudad de Río, más de 2.100 personas se han quedado sin casa; en su gran mayoría, los habitantes pobres de las favelas.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que se encontraba de visita en Río, hizo un llamamiento para que los habitantes de las favelas en zonas de riesgo abandonen sus casas y busquen abrigo en albergues públicos. Para Lula, lo único que podía hacerse en aquel momento era "pedirle a Dios que amaine la tempestad para que se recupere la normalidad". Pero ¿qué pasará una vez recobrada esa calma que sucede a la tormenta?
Las inundaciones se produjeron apenas tres meses después de que 52 personas murieran sepultadas por las avalanchas que sucedieron a un aguacero en Angra dos Reis, también en el estado de Río de Janeiro.
Las dimensiones del temporal no pueden negarse en 24 horas cayó más del doble del agua esperada para todo abril, pero si la tormenta degeneró en catástrofe fue debido a problemas estructurales, como el déficit del sistema de drenaje y la proliferación de un millar de favelas en los cerros.
Queda por ver si el tamaño e impacto mediático del desastre llevará a que, de una vez por todas, se tomen medidas para prevenir este tipo de tragedias en la urbe que albergará los Juegos Olímpicos en 2016.
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